Por Pablo Arahuete
Antes de partir a la India en busca de un nuevo rodaje, el director de El cielo escondido (2016), Pablo César, tuvo la amabilidad de concedernos esta entrevista que más que una entrevista es una lección de historia. Disfruten tanto como lo hicimos nosotros al escucharlo.
Pablo E. Arahuete: – En una entrevista expresaste que los pueblos africanos tienen mucho de filósofos y científico ¿cómo definirías en términos conceptuales esa filosofía ancestral y qué la diferencia de la tradicional, la que se estudia académicamente hablando?
Pablo César: – En el libro “Síntesis sistemática de la filosofía africana” de Eugenio Nkogo Ondó, el autor presenta numerosos ejemplos de cómo la filosofía existía en el continente africano mucho antes que fuera un hábito en la Grecia antigua. La palabra filosofía no existía pero sí existía la actividad filosófica de los hombres sabios de las aldeas de diferentes pueblos africanos. Tengamos en cuenta que cuando digo pueblos africanos me refiero a las 2500 etnias que existen actualmente en el continente y que están circunscritas caprichosamente por la mano del colonizador en 54 países que fueron dibujados como cuadraditos en una torta que se repartieron franceses, holandeses, ingleses, alemanes, españoles e italianos básicamente.
La academia, en términos de sabiduría de pueblos del África, se transmite de manera oral desde miles de años. En las aldeas se preparan a las personas para que conserven el conocimiento y lo transmitan a los iniciados. En el pueblo Dogón, de Malí, el sabio es el Hogón. En este caso fueron 4 Hogones que transmitieron al etnólogo francés Marcel Griaule entre 1931 y 1948 sus conocimientos luego de haberlo investigado y haber visto los numerosos viajes que Griaule hacía al “País Dogón” y que los ayudara incluso a construir una represa con sus propias manos. Griaule publicó filosofía y ciencia del pueblo Dogón en dos libros principalmente Dios de Agua y El Zorro Pálido. Muchas veces los etnógrafos tienden a simplificar los conocimientos de los pueblos y lo que es ciencia o culto, lo convierten en su redacción en religión y no es así.
P.E.A.: – En El Cielo Escondido (2016) nuevamente aparece Hermes, también protagonista de Los Dioses de Agua (2014), aunque con cambio de actor en esta ocación ¿a qué se debe la ausencia de Juan Palomino?
Pablo César: – Juan Palomino tenía otros compromisos al momento que pudimos coordinar el plan de rodaje de El Cielo Escondido, entonces busqué a otro a actor que pudiera interpretar a Hermes. A Pablo Padilla ya lo había visto para el casting que había hecho para Los Dioses de Agua. Así que había una suerte de encuentro pendiente para realizar una película, pues me había interesado su perfil para el de Hermes. Tuvimos una serie de encuentros, hicimos una aproximación al personaje y me gustó mucho cómo Padilla interpretaba al personaje.
P.E.A.: – La etnia Damara es la protagonista de tu nueva película filmada en Namibia ¿por dónde pasan las diferencias entre esta etnia y las Dogón- Tchokwe, dominantes en la película anterior?
Pablo César: – Hermes sigue con su obsesión por conocer si la sabiduría de los dogón se ha extendido en el resto del continente africano. De hecho, hay muchas hipótesis que los Dogón transmiten un mensaje que viene de los Sumerios. Aparentemente ellos serían descendientes de los Sumerios o, al menos, los transmisores de sus conocimientos. Habrían estado en Egipto y luego, huyendo de la islamización de los musulmanes, encontraron refugio en los acantilados de Bandiagara, en Malí, un lugar totalmente inhóspito para ir a vivir. Hermes considera que en muchas etnias se esconden estos conocimientos. Sospecha que entre los Damara puede haber vestigios del poder del sonido y por eso mismo intenta acceder a esta información.
P.E.A.: – La Masoneria es una logia de la que se ha escrito material diverso pero poco se sabe de su vinculación con ciertas corrientes esotéricas ¿por qué, tiene un agente de prensa mejor que las demás?
La Masonería tiene un buen agente de prensa que incluso ha tocado Hollywood pero hasta cierto punto. Nuestro país ha sido manejado por masones durante años. El obelisco es un símbolo de los antiguos egipcios, por ende africano, pero el de Buenos Aires fue diseñado por el Arquitecto Prebisch que era masón, durante el gobierno del Presidente Agustín Pedro Justo, que también era masón. La ciudad de La Plata, caracterizada por sus diagonales, fue totalmente diseñada por masones. Pero hay más, la Masonería ha tomado muchísimas cosas de las sociedades secretas africanas. En el pueblo Dogón está la Sociedad Secreta de las Máscaras, conocida como Awa. Tiene una lengua propia. Los masones copiaron literalmente muchas ceremonias y actos de sociedades como Awa. El gorro frigio, tan característico de nuestro escudo nacional, es un gorro dogón, también tiene algo de gorro yoruba, ambos africanos.
P.E.A.: – Esta es la sexta vez que rodás en el continente africano ¿cambió tu mirada desde la primera vez que pisaste suelo extranjero respecto a esta nueva aventura en Namibia?
Pablo César: – Si, cambió en el sentido que voy expandiendo más mis conocimientos y mis dudas respecto de todo lo que veo. Aprender es tener más y más preguntas. Mi primer acercamiento fue con Túnez, un país musulmán, moderno, con población berbere al sur, también un pueblo del Mediterráneo, por lo que se diferencia muchísimo de poblaciones como los Yoruba, de Benín, donde filmé Orillas (2011) o los cuidadores del Arca en Axum, Egipto. De la misma manera ocurre con los Damara y los Himba de Namibia.
P.E.A.: – ¿Qué fue lo más arduo en el rodaje de El cielo escondido?
Pablo César: Lo más arduo fue filmar el diálogo entre Hermes y los dos gemelos himba, los Hidipo, pues ellos eran naturales y no eran actores. Fueron los 3 primeros días de rodaje y todo era muy complejo. No teníamos opción además. Para el actor también fue difícil porque tenía que enfrentar el tema del idioma, a pesar de que Pablo fue muy profesional y todos los días estudiaba la fonética de la lengua Khoi-Khoi que hablan los Damara, con la ayuda de un profesor local. Pero este rodaje fue una maravilla en líneas generales. Tengo solamente buenos recuerdos. Namibia es un lugar hermoso.
P.E.A.: – Tengo entendido que el final de esta trilogía llegará recién el próximo año con el título tentativo El día del pez, nuevamente el agua como elemento unificador de conocimientos y origen del hombre
¿Esta trilogía marca el proceso de Hermes en su camino hacia el conocimiento y por ende la iluminación o sólo recorre los puentes desde lo simbólico para amalgamar los conocimientos de los pueblos originarios a pesar del incipiente oscurantismo occidental?
Pablo César: Esta trilogía nunca la concebí como tal. Fue al final de Los Dioses de Agua que sentí que no había concluido con todo lo que necesitaba
transmitir. Entonces surgió la continuación El Cielo Escondido. Pero como recordarás esta película tiene un final bastante especial y no es fácil una continuación pero, en cambio sí hay una suerte de precuela que es El Día del Pez. Esta película será la historia de Esteban, el obsesionado coleccionista egiptólogo al que Hermes va a ver en Los Dioses de Agua. Esteban (Boy Olmi) en El Dia del Pez, comienza en una ascensión de una logia al grado 26 y recibe una misión de viajar a Senegal donde existen círculos de piedras similares a los del Stonehenge (Inglaterra) pero más chicos, y escribir un libro que tergiverse toda la información que él realmente pueda obtener. Pero se encontrará con la ante sala al País Dogón y de Senegal pasará a Malí donde todo cambiará.