Por Francisco Nieto, corresponsal de Nueva Tribuna (España)
Los primeros cinco minutos de este tecno-triller son de lo mejorcito que uno ha visto en mucho tiempo. Un auténtico guantazo en la cara a modo de apertura frenética perfectamente sintetizada que te incita a reflexionar sobre en qué nos hemos convertido desde que los teléfonos móviles nos convirtieron en ciborgs. La vida, rápida y furiosa, nos hace cada vez más dependientes de la tecnología, más concretamente de los móviles 
multi-todo. Esta increíble apertura funciona por sí sola como una pesadilla si nos atrevemos a utilizarla como recurso para un autoexamen de conciencia: sin audio, la acción ininterrumpida y frenética nos alarma de la voracidad que no nos permite respirar ni un instante.
Todos somos cada vez más rehenes de una inteligencia artificial portátil, lista para hacernos la vida más fácil o lanzarnos al infierno dependiendo del uso que de ella hagamos. A partir de ahí todo se trivializa un poco y entramos en el terreno de lo ya visto muchas veces, aunque el éxito obtenido en la plataforma donde se puede visionar no debería pasarnos desapercibido.
La película trata de forma terrorífica su temática, y eso ya es un acierto, teniendo en cuenta que esa era la intención. La idea de convertir nuestra relación con la tecnología en algo tóxico y adictivo, que puede convertirse en un peligro aún mayor si entra en contacto con la psicopatía, se desarrolla muy bien y consigue asustar a los más impresionables. El film no pretende en ningún momento ser una analogía sofisticada sobre nuestro tiempo, sino que hace hincapié en los males de un mundo cada vez más globalizado a la vez que plantea la discusión sobre el robo de datos al que somos susceptibles a diario, entre civiles o más específicamente por empresas conscientes de lo que están haciendo. Pero claro, una cosa es la exposición de una problemática y otra es su desarrollo en la pantalla, y ahí la propuesta patina en una amalgama de sinsentidos con la que nuestra ilusión incipiente se va difuminando hasta llegar a un resultado nada satisfactorio.
Aquí no vamos a destripar el juego del gato y del ratón en que se convierte la sucesión de acontecimientos que se derivan de la pérdida y recuperación del teléfono móvil de una chica cuya vida se va a convertir en una auténtica pesadilla, con acosador espeluznante pero inteligente incluido. La película es bastante predecible. A medida que el primer acto se desarrolla frente a nosotros, podemos ver todos los pequeños indicios que hemos visto muchas veces antes en otras películas que tratan sobre el mismo tema o sobre otros que no lo son. Aquí se utilizan muchos tropos y arquetipos. la familiaridad no hace que una película sea objetivamente incorrecta, por lo que, si bien es predecible en todos los sentidos, la película aún puede ser entretenida.
Se trata del debut en el terreno del largometraje del actor coreano Kim Tae-joon, a quien hemos podido ver en obras tan populares como Península, El ejército de las sombras o The Night Owl. Aquí también ejerce labores de guionista, adaptando el libreto de la versión japonesa titulada Identidad borrada de 2018 que fue dirigida por el ínclito Hideo Nakata. En
términos visuales, la película tiene este aspecto muy claro que se ha convertido en el estándar para las producciones de Corea del Sur. Sin embargo, el director Kim Tae-joon y su director de fotografía logran componer y aun impregnar las escenas con una sensación de oscuridad.
Identidad desbloqueada tiene demasiadas coincidencias. Y sí, se nos pide que pasemos por alto algunos agujeros narrativos importantes. Su incoherencia puede llegar a molestar, llegando a un punto que ciertas decisiones de guion son bastante risibles. Si obviamos estas circunstancias en las que caen una y otra vez multitud de producciones coreanas actuales, estamos ante un divertimento disfrutable que debería llevarnos a reflexionar sobre nuestro grado de dependencia de una máquina que, a fin de cuentas, está para que la controlemos nosotros y no viceversa.
En definitiva, una película interesante y estimulante sobre el gran consumo de teléfonos inteligentes en estos días que se pierde un poco en una trama enrevesada con giros algo forzados. Si bien esta no es la primera película que aborda este tema, hizo un buen trabajo al brindar una llamada de atención realista sobre los peligros de las redes sociales sin ningún tipo de endulzamiento.
Título: Identidad desbloqueada.
Título original: Unlocked.
Dirección: Kim Tae-joon.
Intérpretes: Chun Woo-hee, Yim Si-wan, Kim Hee-won, Park Jeong-hwan, Kim Ye-won y Jeon Jin-Oh.
Género: Crimen, Drama, Misterio.
Calificación: Apta para mayores de 16 años.
Duración: 117 minutos.
Origen: Corea del Sur
Año de realización: 2023.
Plataforma: Netflix.
Fecha de estreno: 17/02/2023.
Puntaje: 6 (seis)
