Por Soledad Colina
La vida de la emperatriz Isabel de Baviera (1837- 1898), más conocida como Sissi, fue la de una mujer adelantada a su tiempo. Una dama perteneciente a la realeza que se destacó obsesivamente por su aspecto físico femenino, tanto por la moda de aquella intricada época (liderada principalmente por corsages que se ajustaban con presión al cuerpo para marcar 
la cintura), como por dejarse arrastrar por sus deseos sexuales por los hombres, entre los que se encontraban su esposo el emperador Francisco José y variados amantes. Durante la década de los años 50’s del siglo pasado la actriz germano-francesa Romy Schneider personificó a la emperatriz en tres exitosas películas: Sissi (1955); Sissi, la emperatriz (1956) y El destino de Sissi (1957), todas dirigidas por el realizador austriaco Ernst Marischka. Todas estas versiones sobre la emperatriz Sissi fueron muy “suavizadas”, de lo que en realidad se intuye en los registros históricos de la misma, que dan cuenta del comportamiento obsesivo a todo nivel de la noble.
En su cuarto largometraje, Corsage: la emperatriz rebelde (2022), la cineasta austríaca Marie Kreutzer rofrece una mirada más “realista” y feminista acerca de la conflictiva vida de Sissi, quien en esta oportunidad está personificada notablemente por la actriz Vicky Krieps. Ya muy lejos del retrato de una princesa salida de un cuento de hadas, lo que aquí se plantea es un registro modernista que muestra que los estandartes de belleza que vivió y sufrió la emperatriz no eran tan diferentes a los normales. Ayunos eternos a base de caldos, asociados a enfermedades como la bulimia y la anorexia, eran una norma en la cotidianeidad de Sissi. Ni hablar de la tortura impuesta por los famosos corsages, que apenas dejaban respirar a las damas de la alta sociedad. Son justamente estas piezas de moda una metáfora de la asfixia tanto física como mental que acechaba diariamente a Sissi, quien era presionada socialmente a estar siempre delgada y jovial a los cuarenta años que posee durante el recorrido de la película. Los mandatos patriarcales de la época
solo admitían la perfección y la emperatriz fue presa de su propio destino.
Como todo retrato de época de índole histórico la puesta es grandilocuente. Los típicos salones de las mansiones, llenos de lujos e intrigas, son expuestos de forma preciosista. Los cuadros/retratos que adornan las paredes son deslumbrantes, exposiciones de un tipo de vida de ricos, tan regodeante como egocéntrica. Sissi, vanidosa y caprichosa, muestra a sus pares una buena cara, pero sus sentimientos son otros: su exigente vida es solo una fachada de sus verdaderos deseos que carcomen su corazón frustrado.
La actriz luxemburguesa Vicky Krieps, quien ya brilló a las órdenes del director Paul Thomas Anderson en El hilo fantasma (2017), logra un trabajo impecable poniéndose en la piel de Sissi, una noble con una compleja doble vida. También la directora Marie Kreutzer toma estas vivencias y las aplica de forma personal, saliéndose de la norma de cierto cine de qualité europeo, que es pretencioso y muchas veces peca de ser políticamente incorrecto. Corsage: la emperatriz rebelde es una magnífica película de época, una biografía que se aprecia con agrado, que ofrece una franqueza y libertad mucho más sincera que lo que se esperaba.
Título: Corsage: la emperatriz rebelde.
Título original: Corsage.
Dirección: Marie Kreutzer.
Intérpretes: Vicky Krieps, Colin Morgan, Ivana Urban, Florian Teichtmeister, Finnegan Oldfield y Aaron Friesz.
Género: Histórica, Drama.
Calificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 114 minutos.
Origen: Austria. Alemania. Francia.
Año de realización: 2022.
Distribuidora: Mirada.
Fecha de estreno: 31/08/2023.
Puntaje: 8 (ocho)
