Por Mónica Grau-Setó, corresponsal en España
Desde el 2006, Susana y Nélida están presas en la Cárcel de Mujeres de Tucumán. Se las acusa de un crimen del que ellas dicen ser inocentes. Las condenaron a 20 años de prisión como responsables de la desaparición de una docente amiga de ellas, Beatriz Argañaraz, cuyo cuerpo jamás apareció. Susana y Nélida siguen rezando todos los días para que el cuerpo aparezca y el misterio se resuelva. Mientras tanto sus vidas cambiaron rotundamente en los últimos 16 años viviendo tras las rejas.
Agustín Toscano (Tucumán, 1981) dirige su primera película de no ficción, después de títulos como Los dueños (2013) junto a Ezequiel Radusky, El motoarrebatador (2018) y sus inicios como actor, director, dramaturgo y también productor teatral. Exponente del llamado Nuevo Cine Tucumano, convirtiendo este caso mediático en una historia que fascina y nos llena de dudas.
El film es una fusión que funciona a la perfección, este se mueve entre el documental, el musical, las entrevistas testimoniales y la ficción. Nos narra la historia siguiendo pautas como si se tratara de una ópera, empezando con una escena, casi a cámara lenta en un bosque con dos novicias corriendo con el sonido de una orquesta de fondo.
La música ocupa un espacio vital en la historia, sobre todo en la parte ficticia representada por dos jóvenes actrices, donde se comunican cantando, como si fuera una especie de lenguaje secreto entre ellas, y por algo la historia empieza con el título “la obertura de las novicias”, con ambas religiosas representando la inocencia del inicio de esta historia de amor. La banda sonora se consiguió con una banda sinfónica y un coro de Tucumán. La última pieza musical se titula la “Balada de Cárcel del Río Salí” con otro momento de ficción, donde a través de las mismas actrices revivimos el momento en que se casaron en la cárcel.
El director quedó impactado por esta extraña historia de amor prohibido y un crimen contra otra mujer. El morbo por el pasado eclesiástico de las mujeres y por su homosexualidad despertó mucho interés en la época, las llamadas novicias rebeldes tenían todos los ingredientes para la curiosidad y también para ser prejuzgadas: una de ellas transexual, su amor lésbico y finalmente la acusación por un crimen.
La filmación alterna la realidad del caso y la ficción de una forma delicada, reviendo escenas del pasado y juventud a través de las actrices y la música, y viendo el momento actual a través de entrevistas en la cárcel a las dos mujeres, y también a varios de los involucrados en el caso, tanto del lado de la víctima desaparecida y de la justicia, como también del propio abogado defensor.
El director ya tenía experiencia en el mundo de la cárcel, por su trabajo con El motoarrebatador, y ha podido comparar la situación y ambiente en cárceles masculinas y femeninas.
La Premiere mundial se realizó en Tallin Black Nights Film Festival (PÖFF), donde consiguió el Premio al Mejor director en la Sección en competencia “Rebeldes con Causa”. También ha ganado numerosos premios de la Industria como en el Work in Progress 2023, del festival de Málaga, consiguiendo el Sanfic, Latam cinema y Yagán Films, en FIDBA 2022 el Wip Link #2022 y Gorki Postproducción de imagen.
El título del film se refiere a una revelación que tuvo una mística polaca, Sor Faustina Kowalda, que decía: “Al anochecer, estando en mi celda vi al Señor Jesús vestido con una túnica blanca. Tenía una mano levantada para bendecir y con la otra tocaba la túnica sobre el pecho. De la abertura de la túnica en el pecho, salían dos grandes rayos: uno rojo y otro pálido. En silencio, atentamente miraba al Señor, mi alma estaba llena del temor, pero también de una gran alegría. Después de un momento, Jesús me dijo: “Pinta una imagen según el modelo que ves, y firma: Jesús, EN VOS CONFÍO”.
Estamos ante un retrato de una historia que va más allá de los típicos casos de true crime, actualmente muy en tendencia tanto en televisión como en podcast, ya que se trata de un drama carcelario de dos personas que se aman y claman por su inocencia. Es la historia de un amor prohibido a la vista de muchos, la vida de Susana del Carmen Acosta y Nélida del Valle Fernández.
Vemos una juventud de ambas protagonistas dentro de un convento, años después viviendo con libertad y formando una familia, para finalizar en la cárcel de nuevo y encerradas ante el mundo exterior.
La historia empieza intercalando la voz en off de las protagonistas reales, con imágenes de las dos muchachas que inician una historia de amistad que se convierte en amor, todo dentro de una congregación religiosa en Formosa. Una es una mujer transexual, nacida bajo el nombre de Daniel y ahora Nélida (un anagrama de su antiguo nombre e identidad masculina) y la otra joven es Susana.
Con delicadeza, nos explica esta etapa en la que ambas se comunican con hermosos cánticos, casi como un lenguaje oculto o secreto entre ambas. Deben tomar la decisión, ya que siempre deben tener sus encuentros a escondidas en la zona boscosa, con contactos tímidos como agarrarse de la mano. Durante seis años deben separarse y al no disponer de teléfono para mantener el contacto, se la ingenian para comunicarse por radio.
Años después Nélida regresa al convento, y anima a Susana a abandonar los hábitos y vivir en pareja. Alternamos los testimonios de ellas en la actualidad, con las actrices que representan su historia de amor. Tenían muy claro la idea de formar una familia, pero como en aquella época la sociedad tucumana no era nada tolerante con las parejas de mismo sexo y este hecho impedía la adopción, Daniel siguió con el pronombre de él y así firmaron como una pareja heterosexual y pudieron adoptar a una niña llamada Erika María. Durante un tiempo, convivieron felices como familia en un departamento, en el centro de Tucumán, y los fines de semana disfrutaban de la naturaleza en su casita prefabricada, en unos terrenos familiares en El Cadillal.
Esos años, fuera de convento y como pareja y familia, pudieron vivir en armonía y decidieron que ampliarían la familia con otra adopción, hasta que un crimen irrumpió en sus vidas, tras la desaparición de una compañera de trabajo llamada Ángela Beatriz Argarañaz y demolió todos sus proyectos comunes.
Ellas siempre se han declarado inocentes y aunque no encontraron ni causa concreta ni pruebas concluyentes ni testimonios, ni tan solo el cuerpo, esto no impidió que fueran condenadas a 20 años de cárcel y separadas de su hija de 8 años. La niña por lo tanto también fue una víctima indirecta de esta condena.
El caso de Betty Argañaraz marcó los casos judiciales de Tucumán, iba a ser propuesta como directora en el centro educativo en el que trabajaba junto a Susana y a Nélida. El 31 de julio de 2006 Liliana, la hermana de Betty, denuncia su desaparición en la comisaría, a pesar que lo habitual en los casos de desaparición suele existir un tiempo de 48 horas de espera, la fiscalía actuó de forma inmediata, el único motivo de sospecha del crimen fue por envidia por el nuevo puesto de trabajo, ya que Susana también había sido una posible candidata al cargo en el colegio franciscano Padre Roque Correa.
La rapidez en actuar por parte de la fiscal, los medios de comunicación y el juicio presentan ciertas irregularidades como, por ejemplo, la oportuna llamada a la fiscal realizada por parte del marido de Liliana, indicando que la tarde anterior a su desaparición Betty tenía que ir a la casa de Susana y Nélida a recoger una sorpresa. La realidad es que no hay testimonios que indiquen que esta llegara al departamento ni tampoco de nadie que viera como sacaban un cuerpo.
La realidad es que algunas de las supuestas pruebas que presentó la acusación resultarían inadmisibles en la actualidad, como el uso de una supuesta experta en grafología, indicando que una firma con rúbrica como la de Susana mostraba que era una persona muy sexual y obsesionada por el dinero. O el uso de videntes que pretendían localizar el cadáver, que a fecha de hoy sigue sin aparecer. Tampoco se hizo ninguna reconstrucción de los hechos.
La propia Fiscal Adriana Gioannoni se refería al rol masculino para citar a Nélida, identificando así como alguien controlador y a Susana como alguien sumiso, según el abogado de la defensa, la fiscal y la policía querían resolver el caso de forma rápida e involucraron a la pareja, ya que encajaban en un estereotipo en el sistema criminal, y fueron odiadas y acusadas por su homosexualidad, un opinión compartida por gran parte de la sociedad tucumana que era contraria a la convivencia de dos personas de un mismo sexo y lo veían como pecado. Ellas perdieron su honor y su libertad en parte por la ideología de la Fiscalía.
Durante la investigación se encontraron más de cien John y Jane Doe, es decir, cuerpos de víctimas de asesinato sin identificar. El abogado remarca que las desapariciones en la zona son frecuentes y no investigadas, pero en este caso hubo un interés político e ideológico para cerrar rápidamente la investigación.
El rodaje sufrió un parón debido a la pandemia del covid, y tres años después el equipo de rodaje regresó a la cárcel de mujeres, para seguir entrevistando a ambas. Susana aprovechó los últimos años para estudiar abogacía, tras la reflexión sobre la situación de los internos, ya que hay mucha gente humilde sin medios y su primer contacto con la educación es dentro de la cárcel. Ambas mujeres viven esta situación como una prueba a las que la somete Dios, ellas nunca reniegan, saben que es una cuestión de humanos hacer daño y buscar culpables. Ellas comentan que en la cárcel hay culpables, pero también muchas personas inocentes. Ellas explican que han recurrido a la corte Suprema, para salidas transitorias que se han ido postergando hasta poder conseguir la libertad condicional.
La familia de la víctima insiste en su culpabilidad y remarcan que han hecho un pacto de silencio, sellado con un matrimonio dentro de la cárcel y vinculado también con su pasado de novicias, ya que ese tipo de vida religioso las prepara para el encierro y el silencio.
Ellas nunca perdieron la fe en Dios y a pesar de abandonar los hábitos, esa fe siempre la mantuvieron hasta el día de hoy. ¿La verdad? Sólo ellas la conocen, y el visionado de la película deja al espectador con más preguntas que respuestas.
Título: En vos confío.
Título original: Idem.
Dirección: Agustín Toscano.
Con la participación de: Susana del Carmen Acosta, Nélida del Valle Fernández, Adriana Giannone, Gustavo Morales y Pedro Roldán Vázquez.
Actrices: Ruth Plaate y Camila Plaate.
Género: Documental, True crime.
Calificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 81 minutos.
Origen: Argentina.
Año de realización: 2023.
Distribuidora: Magma Cine.
Fecha de estreno: 30/11/2023.
Puntaje: 8 (ocho)