Por Sergio Dobosz
Como es habitual en este tipo de producciones, la acción se impone sobre la caracterización de los personajes o las situaciones. Todos los elementos que componen la narración se mueven rígidamente hacia adelante, hacia la resolución del argumento dentro del plazo temporal previsto, sin prestar demasiada atención a algunos aspectos accesorios a la trama principal.
La expectativa inicial de este film pareciera resultarle favorable; aumenta al saber que está basado en la novela de Tom Clancy, La suma de todos los miedos, libro que permaneció cerca de seis meses en el listado del New York Times como uno de los más vendidos y que desde su lanzamiento en 1991, hasta la actualidad, ha vendido millones de copias.
En toda novela de Clancy, Jack Ryan es el héroe norteamericano por excelencia. No sólo salva constantemente a su país de las amenazas provenientes de fanáticos subversivos, sino que sus virtudes heroicas le permitieron ascender de simple analista de la CIA hasta director de la agencia. Sus hazañas fueron llevadas al cine en varias ocasiones, aunque su papel fue interpretado por diferentes actores: Alec Baldwin en La caza al Octubre Rojo (John McTiernan, 1990) y Harrison Ford en Juego de patriotas (Phillip Noyce, 1992) y Peligro inminente (Phillip Noyce, 1994).
En La suma de todos los miedos Ryan esta comenzando en el servicio (¿precuela acaso?), entablando relación con la mujer que luego será su esposa, en Juego de Patriotas (Cathy, aquí Bridget Moynahan, en el rol que más tarde ocupará Anne Archer) y lo extraño es que sucede en la actualidad, cuando las versiones anteriores eran de los 90 (?!). El actor encargado de personificar a Ryan es Ben Affleck y su misión es impedir que su país y Rusia se embarquen en una guerra nuclear que significaría la destrucción de buena parte del mundo. Una bomba atómica extraviada en el conflicto que mantuvieron Israel y Egipto en 1973 es hallada veintinueve años después. Un grupo de fanáticos nacionalistas la adquiere para hacerla estallar en un estadio repleto de gente en Baltimore. Este atentado, sumado a algunas escaramuzas llevadas a cabo por generales rusos rebeldes, hace suponer al presidente norteamericano Fowler que Rusia, bajo el mandato del nuevo e intrigante presidente Nemerov, está desencadenando un ataque nuclear. Ryan, quien ha escrito un artículo acerca de la personalidad del líder ruso, se transforma en la única persona que sospecha que puede tratarse de un atentado terrorista (!!). Venciendo todos los obstáculos imaginables, este heroico joven debe impedir la hecatombe, deteniendo tanto las acciones de los terroristas como aquellas de los presidentes de ambas naciones.
Pero la época de la Guerra Fría terminó hace bastante y un posible enfrentamiento entre Estados Unidos y Rusia resulta remoto, quitándole al relato la credibilidad que necesita para impactar. A esto hay que sumarle la utilización de elementos demasiado repetitivos en los films de acción, como el de un hombre común y corriente que tiene en sus manos salvar al mundo de una catástrofe. Como es habitual en este tipo de producciones, la acción se impone sobre la caracterización de los personajes o las situaciones. Todos los elementos que componen la narración se mueven rígidamente hacia adelante, hacia la resolución del argumento dentro del plazo temporal previsto, sin prestar demasiada atención a algunos aspectos accesorios a la trama principal. En este film, por ejemplo, no existe la menor preocupación por describir los catastróficos efectos de la bomba que estalla en Baltimore; el relato se preocupa por la unión de la pareja protagónica y desemboca en un epílogo que muestra la estabilidad conseguida por ambos países.
Phil Alden Robinson, responsable de films tales como Héroes por azar (1992), El Campo de los sueños (1989) y del primer episodio de Brand of Brothers, diluye el interés de La Suma de todos los miedos gracias a una narración lenta que se enfrasca en un juego de poder que puede ser nefasto para la humanidad. Un tira y afloje permanente entre los líderes de Estados Unidos y Rusia como eje central, que hace que la propuesta no despegue por ningún lado.
Generalmente asistimos a la proyección de este tipo de films oportunistas, previsibles, supuestamente aleccionadores entre tantos otros calificativos similares, con mucho temor de que nuestros prejuicios encuentren justificación en la pantalla. La suma de todos los miedos se encarga de confirmar todos y cada uno de ellos en una sola entrega.
Título: La suma de todos los miedos
Titulo Original: The sum of all fears
Director: Phil Alden Robinson
Género: Thriller, Espionaje, Basado en novela
Intérpretes: Ben Affleck , Morgan Freeman , Bridget Moynahan, James Cromwell, Liev Schreiber, Colm Feore, Philip Baker Hall y Alan Bates
Duración: 128 minutos
Origen: Estados Unidos
Año Realización: 2002
Calificación: Para mayores de 13 años
Distribuidora: UIP
Fecha Estreno: 20/06/2002
Puntaje 3 (tres)
