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jueves, 21 noviembre 2024
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La dama de honor: Con poca consistencia

Por Luis Pietragala

La dama de honor, dirigida por Claude Chabrol y escrita entre él y sus hijas, parecería -a los ojos de este crítico- tener poca consistencia.

Este pionero del -quizá- último movimiento de renovación que dio el cine hace ya medio siglo, la nouvelle vague (nueva ola), denotaría imprecisión, lo que produce extrañeza, ya que la precisión en el relato de suspenso es una cualidad que demostró con solidez a lo largo de la mayoría de su obra.

Así, esta historia que va de la normalidad a la anormalidad, del equilibrio al desequilibrio, sufre condiciones de inverosimilitud en el diseño de la actitud de los personajes de su situación clave, así como también en la definición del tema. ¿Es posible y verosímil que alguien se enamore de una persona que da claros signos de desequilibrio y que, pese a ello, no advierta esos anuncios? La respuesta es obvia, basta vivir para responderla: por supuesto que sí, los humanos somos ciegos muchas veces ante lo evidente y desoímos las señales de peligro (que son evidentes para otro humano que está fuera de la situación).

Cuando somos espectadores de una narrativa, es necesario que nos provean de herramientas, de datos, como para que los personajes que se ve, van a caer en un pozo por ceguera, tengan esa ceguera “a la vista”. Los grandes trágicos como los griegos o Shakespeare suministran esa información; de ese modo el espectador vive con angustia la manipulación que hace Lady Macbeth con su esposo o el lugarteniente de Otelo con su jefe. Esos personajes actúan irracionalmente, sí, pero su entrada en ese estado fue construido por el artífice de la ficción de modo coherente y nada arbitrario.

El armado de la víctima es, entonces, esencial. Y esto es lo que el gran director de El bello Sergio y Niña de día, mujer de noche logra a medias. Acierta con los ambientes: los decorados hablan por sí de sus personajes; en especial, la vieja casona casi abandonada donde habita la dama de honor, a la que hace alusión irónicamente el título.

El resultado es, como dijimos, intermedio. Cabos sueltos, como la relación del protagonista masculino -exitoso vendedor- con su madre o el tema de la mentira, contrastan con sólidas descripciones de ambientes o de situaciones (el manejo que ese hombre hace con una clienta es uno de los ejemplos). La mirada crítica a la pequeña burguesía y a la familia como supuesta base de la sociedad no es menor; posiblemente sea lo más relevante e interesante de esta película.

Pero finalmente, la sensación que queda al terminar la película es la de una pieza incompleta, donde las cosas suceden porque estuvieron escritas en un guion, y no porque fueran parte de las acciones e idiosincrasia de sus personajes.

Título: La dama de honor.
Título Original: La demoiselle d’honneur.
Dirección: Claude Chabrol.
Intérpretes: Benoît Magimel, Laura Smet, Aurore Clément, Bernard Le Coq, Solene Bouton, Anna Mihalcea, Michel Duchaussoy, Suzanne Flon, Eric Seigne, Pierre-François Dumeniaud, Philippe Duclos, Thomas Chabrol.
Género: Thriller, Drama, Romance.
Clasificación: No disponible.
Duración: 111 minutos.
Origen: Francia/ Alemania/ Italia.
Año de realización: 2004.
Distribuidora: Alfa Films.
Fecha de Estreno: 07/07/2005.

Puntaje: 6 (seis)

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