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jueves, 21 noviembre 2024
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La Dalia Negra: Pornografía y mutilaciones

Por Emiliano Fernández

Luego de la fallida Misión a Marte (2000), el genial Brian De Palma nos ofreció la muy interesante Mujer Fatal (2002), un formidable regreso a su mejor estado. Tuvimos que aguardar cuatro largos años para conocer su próximo opus. Hoy la espera ha llegado a su fin. La Dalia Negra (The Black Dahlia, 2006) es un film noir desparejo y ambivalente, pero también inspirado y cautivante, que retoma todos los elementos paradigmáticos de los recordados policiales negros del Hollywood de los ’40 y ’50; léase antihéroes torturados, rubias despampanantes, desencanto general, pesquisas complejas, giros imprevistos e historias que involucran corrupción, venganza, avaricia y distintas clases de asesinatos. Las citas y referencias a clásicos de Hawks, Huston y Wilder por suerte están a la orden del día.

La película pone el ojo en el célebre crimen de Elizabeth Short, “la dalia negra” según el apodo asignado por la prensa, una aspirante a actriz que fue encontrada desmembrada en un baldío de Los Ángeles durante la década de 1940. A pesar de que el caso en realidad nunca fue resuelto ni encontrados los culpables, la realización de todos modos ofrece sus propias teorías basadas directamente en un libro ficcional sobre el tema de James Ellroy, el mismo de Los Ángeles al desnudo (1997). The Black Dahlia se centra en la laberíntica investigación encarada por los oficiales de policía Dwight Bleichert (Josh Hartnett) y Leland Blanchard (Aaron Eckhart); con varias subtramas que incluyen un pasado bien sórdido para la esposa de este último, Kay Lake (una muy bella Scarlett Johansson), y los turbios intereses de la bizarra familia Linscott, un poderoso clan del que se destaca Madeleine (personificada por una extrañísima Hilary Swank).

En lo que hace a los rubros técnicos, The Black Dahlia sobresale por su luminosa y cuidada estética visual. Tanto la escenografía y el vestuario como la fotografía y la música resultan inobjetables. La puesta en escena es prácticamente perfecta. El problema excluyente es el flojo guión de Josh Friedman, responsable también del mamotreto de Steven Spielberg La Guerra de los Mundos (2005). Si la novela original de Ellroy resultaba difícil de adaptar debido a su gran extensión y sus numerosas historias paralelas, la decisión más acertada hubiese sido dar de baja algunos elementos complementarios del relato y centrarse en la muerte de la joven. Pero el guión opta por introducir el asesinato y la posterior investigación recién a los 40 minutos del metraje, desviándose demasiado hacia caprichos argumentales que agregan poco al desarrollo progresivo del suspenso. Todo lo contrario, generan confusión y no llegan a resolverse en forma satisfactoria (cabos sueltos mediante). Aun así, el talento del director y su equipo hace que el preciosismo compense en gran medida las deficiencias, logrando que las premisas básicas atrapen a través de los ojos.

Por el lado de los aportes específicos de De Palma, están nuevamente presentes la meticulosidad y la grandilocuencia, rasgos habituales y bienvenidos. El veterano cineasta otra vez nos regala detalles sádicos y reacciones impetuosas por parte de los protagonistas: así vemos desfilar dientes extirpados, armas blancas resplandecientes y alucinaciones tétricas. Otra característica recurrente es su curioso desinterés en la dirección de actores (quizás como contrapartida exacta de su obsesión por la diagramación de cada secuencia). Esta ausencia de indicaciones precisas para la delineación de los personajes repercute de formas imprevistas e intensas; generando un complejo desnivel interpretativo (si consideramos el trabajo del elenco en su conjunto) y provocando reiteradas sobreactuaciones (chequear como ejemplo extremo la labor de Fiona Shaw dándole vida a la madre del clan Linscott, Ramona). En The Black Dahlia el realizador combina su costado más Hitchcock con sus incursiones al policial. En ambas corrientes hallamos joyas imborrables. Mientras que en la línea thriller/terror se pueden nombrar films como Obsesión (1976), Vestida para Matar (1980), El Sonido del la muerte (1981), Doble de cuerpo (1984), Demente (1992) y la ya citada Mujer Fatal; dentro de las películas centradas en el crimen organizado están Scarface (1983), Los Intocables (1987) y Carlito’s Way (1993).

El límite temporal que los productores le impusieron a De Palma y al anodino Friedman jugó en contra a la hora del balance final. Frente a la incapacidad de este último de condensar y/o eliminar elementos pertenecientes a la novela original, otra posible solución podría haber sido redondear un relato de tres horas, en vez de estos 120 minutos resumidos a los apurones. Los mayores logros de The Black Dahlia (y de toda la obra del estadounidense) se resumen en la pasión que el director le imprime a cada toma y la maravillosa construcción cinematográfica general. A pesar de algunas incoherencias, la película apabulla visualmente y ofrece un excelente retrato del “Hollywood de oro”, alejado de todo romanticismo y poniendo en el tapete su buena dosis de homicidios, mentiras y pornografía. No quedan dudas. El viejo Brian continúa siendo uno de los genios indiscutibles del cine.

Título: La Dalia Negra.
Título Original: The Black Dahlia.
Dirección: Brian De Plama.
Intérpretes: Josh Hartnett, Scarlett Johansson, Aaron Eckhart, Hilary Swank, Mia Kirshner, Mike Starr, Fiona Shaw, Rose McGowan.
Género: Crimen, Drama, Misterio.
Clasificación: Apta mayores de 16 años.
Duración: 121 minutos.
Origen: EE.UU./ Alemania/ Reino Unido/ Bulgaria/ Israel/ Francia.
Año de realización: 2006.
Distribuidora: UIP.
Fecha de Estreno: 22/11/2007.

Puntaje: 8 (ocho)

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