Por Rodrigo Rago
Antes que nada, cabe destacar que La corazonada es la primer película hecha en argentina para Netflix, la cual está basada en la novela “La Virgen de tus ojos” de Florencia Etcheves. Este film, dirigido por Alejandro Montiel, es un policial que funciona como la precuela de Perdida (película del 2018) y se encuentra protagonizada por Luisana Lopilato y Joaquín Furriel.
En La Corazonada seguimos las investigaciones (varios años antes de Perdida) de Manuela “Pipa” Pelari (Luisana Lopilato), en este caso, una novata recién salida de la academia de policía que tendrá que resolver, junto con su superior Juánez (Joaquín Furriel), el violento asesinato de una joven de 19 años la cual tiene como única sospechosa a la mejor amiga de la víctima. En forma paralela, Pelari también tendrá que investigar de cerca a su superior dado que es, según el fiscal de la causa, el principal sospechoso del asesinato de Patricio Galván, un homicida recientemente liberado de prisión el cual se encargó de asesinar a la mujer de Juánez.
Y es así como La corazonada va directo al grano: desde el primer acto como espectadores nos vemos envueltos en un clima de misterio cargado de preguntas las cuales tienen el oficio de caracterizar a este policial que no tiene reparo en no otorgar pausas, por más que el producto las necesite, ni tampoco le importa la presentación o el desarrollo de personajes. Es un rompecabezas que insiste en ser atrapante a base de misterio forzado y diálogos muy exigidos.
Su desarrollo directo y su falta de vuelo creativo hace que esta producción vuelva a caer en los recursos básicos y pobres que suelen ofrecer este tipo de películas típicas del universo Netflix; como la sobrecarga de música que, en la búsqueda de generar tensión, peca de inconexa y termina inundando el ambiente; o como los diálogos de los personajes, que transparentan un guion imposible cargado de acento policiaco el cual llega un punto que se torna insoportable. Ni hablar del ritmo otorgado, el cual pasado los primeros 20 minutos se borra totalmente del mapa dejándonos a nuestra suerte de entendimiento, que si bien no requiere tanto esfuerzo, hace que la película de vueltas en círculos hasta volverse un poco (bastante) molesta y repetitiva.
La corazonada logra llevar adelante sus tramas principales con claridad y soltura porque se limita a un desarrollo más limpio y menos enroscado, el cual en ningún momento intenta sostener la tensión a base de giros argumentales. Y justo cuando llega el momento de virar violentamente el barco en búsqueda de una vuelta de tuerca narrativa, ya es demasiado tarde, la película ha llegado a su fin. Pero, sin embargo, lo peor se esconde en las similitudes que tiene con Perdida, una película que en su momento habrá sido de las más flojas del año 2018.
Entonces me pregunto, ¿cuál es el atractivo de producir una precuela con los mismos errores creativos que la original? ¿Cuál es la necesidad de profundizar en un producto que ya ha fallado?
Lo triste es que ambas películas terminan funcionando como cine nacional industrial el cual solo se limita a adoptar fórmulas ya probadas y conocidas, de esas que hemos visto mil veces. En este caso la universalidad de Netflix poco puede aportar a esta historia que, si bien a mi entender es mejor que Perdida, no deja de añorar personalidad, carisma, y sobre todo: un desarrollo creativo y propio.
Título: La Corazonada.
Título original: Idem.
Dirección: Alejandro Montiel.
Intérpretes: Luisana Lopilato, Joaquín Furriel, Rafael Ferro, Maite Lanata, Juan Guilera, Abel Ayala, Sebastián Mogordoy, Delfina Chaves y Marita Ballesteros.
Género: Drama. Policial.
Clasificación: Apta para mayores de 16 años.
Duración: 116 minutos.
Origen: Argentina.
Año de realización: 2020.
Distribuidora: Netflix.
Fecha de estreno: 28/05/2020.
Puntaje: 5 (cinco)