Por Alan Prince
Ya sabemos qué esperar: la característica alfombra roja, los stands repletos de merchandising referido a videojuegos, series y películas, mientras que los estudios nos promocionan sus próximos estrenos. Pero nada tendría sentido de no ser por el público amplio que se reúne para compartir sus gustos, algunos de civiles, mientras que otros lucen elaboradísimos cosplay: así se abre paso una de las convenciones más importantes de los últimos tiempos, la Argentina Comic Con que se llevó a cabo el 24, 25 & 26 de mayo en el Centro Costa Salguero.
Este año tuvo un fuerte inicio y las críticas sobre la calidad de los invitados parecieron quedar atrás; una pena que Brandon Routh, uno de los Superman más infravalorados (por su trabajo en Superman Regresa) haya cancelado su visita, aunque vendría para la edición de diciembre. El que sí dio el presente fue Ernie Hudson, conocido por su rol como Winston en la franquicia de Los Cazafantasmas, quien aprovechó los tres días para compartir junto a sus fanáticos un repaso de su carrera.
No podía faltar el famoso vehículo Ecto-1, que estuvo presente para que los curiosos pudieran sacarse una fotografía, mientras que el grupo Cazafantasmas de Argentina estuvo a su lado para promocionar merchandising, no sólo por la visita de Hudson, sino también en el año de una nueva entrega de la saga (la muy floja Ghostbusters: Apocalipsis fantasma), donde incluso la gastronomía recordó el filme.
Mientras el público ochentero disfrutaba de su visita, las fanáticas más contemporáneas se deleitaban con la visita de Enzo Vogrincic, protagonista de La sociedad de la nieve, que repasó su experiencia en el filme, que resultó un gran salto para su carrera. Cada palabra del actor uruguayo se debatía en duelo con el desaforado grito de sus fanáticas que lo alentaron a morir desde el primer segundo en que apareció en escena.
Ambos artistas brindaron la posibilidad de un meet and greet (conocerlos y poder sacarse una foto o autógrafo) a quienes compraron previamente el ticket correspondiente.
Recordando que la Comic Con une generaciones, tuvimos también a los actores de doblaje que además de hablar de sus experiencias en el rubro nos dieron la posibilidad no sólo de interactuar mano a mano con ellos, sino también de sacarnos una foto o que nos dieran un saludo en modo de sus personajes. En esta edición tuvimos a Juan Guzmán (reconocido por la voz de El fantasma del espacio, Samurai Jack y la más reciente Rick, de Rick & Morty);
Emilio Treviño, la voz de Miles Morales en Spider-Man en los recientes filmes animados, y un talento local: Alejandro Szykula, creador y voz de varios personajes de Alejo & Valentina quien nos reveló sus planes para continuar con la serie de culto.
El escenario principal no sólo vibró con las estrellas, sino también tuvimos el clásico desfile de Cosplay, con Star Wars como tradición mientras que la música tuvo un rol más que importante a través de QPA Band (con un homenaje a Rocky), Back to the Orchestra (con Damián Mahler manejando la batuta), The Beats interpretando clásicos de The Beatles, Kiseki, Máximo Meyer y Reina Madre interpretaron canciones familiares de nuestra cultura pop.
Pero si el público busca una mayor cercanía tenemos también el auditorio, donde pueden tener un mano a mano con especialistas hablando sobre los temas que más les gustan: Alvaro Cañadas, Youtuber conocido por su fanatismo a Tron, brindó una charla sobre la resucitada tercera entrega por parte de Disney, que finalmente inició su rodaje. Mientras que los infaltables Batman (por sus 85 años) o Star Wars, no podían pegar el faltazo. No se hizo rogar, lógicamente, el homenaje que se le brindó el sábado a Akira Toriyama quien había fallecido en marzo. Fue recordado no sólo por Dragon Ball, su obra más notoria, sino por otros importantes trabajos que tuvo a lo largo de su vida.
La Argentina Comic Con Mayo 2024 cierra de manera exitosa una nueva edición, tomándose un descanso hasta diciembre, y sin lugar a dudas representa para muchos un fin de semana placentero y la excusa perfecta para otros de jugar a ser por un par de días el personaje con que uno se identifica o admira, sin importar lo que el resto diga. Los visitantes más discretos simplemente vienen a disfrutar del evento y de paso comprar algo interesante para el recuerdo.