Por Soledad Colina
Una bella mujer que ha dedicado parte de su vida a la realización de un exitoso programa televisivo de fitness/ gimnasia llamado Pump It Up, ha sido despedida del mismo sin ninguna consideración por su tirano jefe de la cadena que produce el famoso envío. Ella es Elizabeth Sparkle (interpretada magistralmente por una espléndida Demi Moore), una estrella televisiva que debido a su edad (ronda los cincuenta y tantos años aproximadamente) y a la mirada puramente machista de su jefe (un desquiciado Dennis Quaid), es descartada brutalmente, para ser reemplazada por otra presentadora más joven y con “mucha mejor forma física”. Desconsolada, debido a esta severa situación, para colmo Elizabeth es protagonista directa de un brutal accidente automovilístico del que salva su vida de milagro. Sin demasiadas expectativas a futuro y transitando quizás el peor momento de su existencia, le llega una intrigante propuesta que podría ser una gran solución a sus problemas: La sustancia, un particular tratamiento estético de rejuvecimiento instantáneo extremo que promete cambiar su vida. Tras inyectarse este fluido en su cuerpo, Elizabeth sufre de una descomunal transformación física, que desdoblará en Sue (Margaret Qualley), una joven y hermosa mujer que es en realidad su alter ego juvenil. Siendo un espejo de una misma existencia modificada y con duración de 7 días entre sí, Elizabeth y Sue (son la misma persona por si no quedó claro) comenzarán a competir en una carrera de ambición y poder cada día más feroz, sangriento y brutal.
La sustancia (2024), dirigida por la realizadora francesa Coralie Fargeat, es una película que no dejará indiferente a aquellos espectadores que se sientan atraídos a verla. Estrenada en la última edición del Festival de Cine de Cannes (2024), dónde ganó el premio por Mejor Guion y fue la más comentada debido a sus defensores y detractores, este es un notable e inteligente retrato acerca del papel que poseen las mujeres en la sociedad, de las presiones estéticas a las que son sometidas diariamente y también del paso del tiempo y el inevitable envejecimiento físico. Pero lo mejor de todo este asunto, y lo más acertado dentro de este film que dura 140 minutos, es el tono lúdico, descarriado, audaz y hasta divertido conque la directora decide contarnos una historia que en otras manos quizás hubiera sido seguramente mucho más seria o formal en sus intenciones. Sin embargo en La sustancia todo se presiente tal como lo que logra transmitir: un escandaloso enfrentamiento entre dos mujeres que pelean por llegar a ser exitosas y principalmente deseadas; una body horror (película de terror corporal) muy pasada de rosca y delirante hasta límites insospechados; y un más que digno exponente moderno del cine de explotación y con marcadas influencias del subgénero Splatter, ese donde la sangre, las tripas y las vísceras salpican salvajemente la pantalla, gentileza tanto de logradísimos efectos prácticos y digitales, como de los clásicos maquillajes prostéticos.
En el año 2017 la directora Coralie Fargeat sorprendió gratamente con su debut cinematográfico, Revenge/ Venganza Silenciosa (disponible en la plataforma Netflix), otra película donde una bella mujer debía soportar el destrato machista. Su protagonista Jennifer (Matilda Lutz) es una joven hipersexualizada que es agredida brutalmente por su amante y sus amigos, todos machos que la toman como un objeto erótico al que luego descartan, supuestamente ya sin vida, en un desolado y solitario desierto. Pero Jennifer milagrosamente sobrevivirá, para eventualmente destrozar a estos hombres malditos y machirulos, que pagarán por su osadía asesina. En esta oportunidad la realizadora Fargeat se apoyó en la tradición del mejor cine de supervivencia y dentro de los cánones del subgénero “rape and revenge” (violación y venganza) para imprimir a su opera prima de una fuerte impronta feminista y crítica a un mundo patriarcal. En su segundo largometraje, La sustancia, vuelve nuevamente a retratar a un tipo de personaje femenino fuerte que es sometido al escrutinio masculino, ya sea por su edad o belleza. La primera media hora de película esta lleno de escenas que rozan constantemente al erotismo, mostrando desnudas o casi, tanto a Demi Moore (de increíbles 62 años) como a la deslumbrante actriz Margaret Qualley, que posan seguras y sin tapujos. Ellas, Elizabeth y Sue, son damas que los hombres ven con ojos de pecadores y cuya piel y partes de su atractiva anatomía desearían tocar y poseer. Pero serán estos mismos “caballeros” los que recibirán su merecido, gracias a las herramientas que el cine fantástico y de terror corporal pueden darnos mediante transformaciones, metamorfosis y mucho más, muchísimo…
De esta manera y gracias a su segundo largometraje, La sustancia, Coralie Fargeat se afianza fuertemente como una directora a tener muy en cuenta a futuro y quizás como representante de un tipo de cine de género muy bien plasmado y de impronta feminista. Es una mujer, así como lo son las protagonistas de sus films, muy valiente y que no teme de exponer en la pantalla todas las inquietudes, ideas y deseos que sus pares contemporáneas no se animan a gritar, aunque mas no sea dentro de una desaforada y sangrienta película de terror moderna.
Título: La sustancia.
Título original: The Substance.
Dirección: Coralie Fargeat.
Intérpretes: Demi Moore, Margaret Qualley, Dennis Quaid, Hugo Diego Garcia, Phillip Schurer, Joseph Balderrama, Oscar Lesage, Gore Abrams y Matthew Géczy.
Género: Terror, Body Horror, Splatter.
Calificación: Apta para mayores de 16 años, con reservas.
Duración: 140 minutos.
Origen: Francia/ EE.UU./ Reino Unido.
Año de realización: 2024.
Distribuidora: BF+ París.
Fecha de estreno: 19/09/2024.
Puntaje: 9 (nueve)
