Por Pablo E. Arahuete
Palestinos go home es un documental que procura visibilizar la diáspora que sufren aún hoy el pueblo palestino en su lucha por el reconocimiento de sus territorios usurpados por el estado de Israel. En un viaje por diferentes lugares, donde la comunidad Palestina encontró calidez y refugio, aparece también los vestigios de cultura, la tradición y un reclamo histórico y político que trasciende fronteras y religiones. En esta entrevista, los directores Silvia Maturana y Pablo Navarro Espejo nos cuentan su experiencia y las aristas detrás de lo que eufemísticamente se considera un conflicto étnico-religioso, pero que en realidad no es otra cosa que una arbitraria expulsión de un territorio.
Pablo Ernesto Arahuete: – ¿Cuál fue la idea desde el comienzo al elegir el tema Gracias a la Vida de Violeta Parra, como leit motiv de este documental?
Pablo Navarro Espejo: No lo pensamos como leit motiv. Nos encontramos con Mariem Labidi, cantante tunecina que hace esta fantástica versión de un poema de Mahmud Darwish, el poeta palestino libertario, símbolo de la resistencia con la música de Violeta…
Silvia Maturana: Nos fascinó, nos pareció increíble que quienes sufren tanto como los palestinos piensen: “Gracias a la vida”
P.E.A : – ¿Qué aspectos de los palestinos que habitan en Latinoamérica resultan comunes entre los países y sus propias idiosincrasias?
Silvia Maturana: Hay regiones, como Chile, donde los palestinos encontraron condiciones geográficas muy parecidas a su tierra natal, donde pueden preparar las comidas con los mismos sabores. Pero más allá de eso, allí donde se instalaron encontraron una América que tiene un largo camino de lucha por los derechos humanos y sociales, y que los acompaña en las calles.
Pablo Navarro Espejo: En esta parte del mundo hay mucha solidaridad desde la población y desde los gobiernos. Tanto Argentina como Venezuela, Nicaragua, Uruguay, Brasil, Cuba y Chile reconocieron los derechos de los palestinos a tener su patria con las fronteras de 1967.
P.E.A: – ¿Qué los motivó a acercarse a la historia de la protagonista?
Pablo Navarro Espejo: A los documentalistas nos pasan esas cosas: estábamos escribiendo el guión y nos encontramos en la vida a Maia, que además conocía a amigos nuestros. A Tilda la conocemos de años, de luchas comunes y la elegimos como asesora del proyecto.
Silvia Maturana: Ambas estaban colaborando con el proyecto pero juraban que no saldrían en cámara. Hasta pensamos en utilizar actrices que cuenten su historia. La magia del cine las llevó de a poco, y se adueñaron del protagonismo.
P.E.A: – ¿Tuvieron la idea de ir a buscar voces desde el lado o postura de los judíos para contrastar las miradas sobre el conflicto?
Pablo Navarro Espejo: Si, haciendo la salvedad que no existe un conflicto entre musulmanes y judíos, como no la hubo entre judíos y cristianos durante el genocidio nazi. No hay un conflicto religioso, más aun, no hay conflicto, hay ocupación de territorio y expulsión de habitantes originarios, como en la “Conquista del desierto” en nuestras pampas, desierto que estaba lleno de originarios. Pero en Palestinos Go Home se ve a dos jóvenes que viajaron en un programa de una asociación israelita y cuando vieron lo que vieron abrazaron la causa palestina.
Silvia Maturana: En Argentina y en todo el mundo hay judíos de origen y religiosos que repudian los métodos guerreros de ocupación y expulsión.
P.E.A: – ¿Cuánto demandó el rodaje del documental y cuáles fueron los mayores escollos que debieron sortear para finalizarlo?
Silvia Maturana: Nos llevó tres años desde que presentamos el proyecto hasta que terminamos la edición. Pero la película sigue: ahora estrenamos, comenzamos a recibir las respuestas del público. Las películas no se terminan nunca…
Pablo Navarro Espejo: Tuvimos algunos problemas burocráticos para rendir los gastos del exterior por las cuestiones cambiarias y las avivadas de los bancos. Pero desde el punto de vista de la realización todo anduvo sobre ruedas. La química con los integrantes del equipo, con las protagonistas… Vivimos días de rodaje que nunca olvidaremos.