Por Pablo Arahuete
Barrefondo es el debut en la ficción del realizador proveniente del territorio documental Jorge Leandro Colás. Se inspira en la novela de Félix Bruzzone y transita por los andariveles del policial urbano pero más precisamente en la geografía del conurbano que aporta un plus a la trama protagonizada por un piletero y su cruce a la zona de la delincuencia como parte de una estrategia de supervivencia y ambición personal. Motivo más que interesante para tener la posibilidad de entrevistar al director y escarbar un poco más en el trasfondo de una ópera prima intensa y de neto corte realista.
Pablo Ernesto Arahuete: -¿Qué aspectos de la novela de Félix Bruzzone que adaptaste en Barrefondo te resultaban interesantes en términos cinematográficos?
Jorge Leandro Colás: -Cuando leí la novela “Barrefondo”, allá por el año 2011, sentí que había muchos elementos con un gran potencial cinematográfico. La construcción de Tavo, el personaje central; la forma de hablar, tanto de él como de otros personajes de la novela; la atmósfera suburbana realista y enrarecida que atravesaba todo el relato; ciertas ambigüedades morales. Todos esos elementos que aparecían claramente filtrados desde la mirada de lo real –Félix Bruzzone trabaja como piletero, al igual que el protagonista de su novela- componían un mundo muy atractivo y a la vez posible de trasladar a la pantalla.
P.E.A.:-¿Cómo te manejás con los géneros teniendo en cuenta tus antecedentes en el territorio del documental?
Jorge Leandro Colás: -Como toda mi experiencia previa viene del cine documental, sentía que en este caso tanto la novela en la que nos basábamos como el género en el que anclábamos -en este caso el policial- no tenían que ser meros marcos narrativos, sino que tenían que sumar, tenían que ser un plus para contar la historia de la mejor manera posible y a la vez conformar un todo orgánico. Del policial tomamos ciertas características, arquetipos, estructuras y códigos que fuimos incorporando y procesándolos desde el mundo narrativo y formal que propone la película.
P.E.A.:-¿Qué buscabas plasmar en esta ópera prima en base a la ficción y al registro realista que atraviesa la película?
Jorge Leandro Colás: –Siempre me pareció interesante el cruce entre un relato de ficción y el registro más documental, las películas en donde un sólido marco argumental puede contener una atmósfera realista. Hablo como realizador pero principalmente como espectador, me gusta el cine de los hermanos Dardenne, Miguel Gomes o Covi y Frimmel con sus miradas tan diversas sobre lo real -o lo ficcional-. En el caso de “Barrefondo”, hay un relato muy construido pero a la vez, desde el registro y la puesta en escena de la película, hay muchos elementos que tienen que ver con el cine documental. Es el caso del uso de la cámara en mano, los largos planos secuencia, la elección de locaciones reales, cierta rusticidad o agresividad de atmósferas sonoras. En algunos de mis documentales, mucha gente me decía que encontraba recursos más específicos de la ficción, como cierto tipo de construcción de escenas o incluso el uso del plano y contraplano. Veremos qué pasa en “Barrefondo”, si los espectadores encuentran algunas huellas del cine documental.
P.E.A.: -¿Cómo llega el elenco a tu proyecto?
Jorge Leandro Colás: –Para definir el protagonista de la película, hicimos un casting muy cerrado, entre tres actores muy buenos y que me gustan mucho. Sentía que pese a ser bastante distintos, podrían ser Tavos posibles. Finalmente, elegimos a Nahuel Viale, un actor muy talentoso, intuitivo e inteligente. Como elegimos a Nahuel en una etapa muy inicial del proceso de la película, fue muy valioso poder contar con su participación en diversos castings y encuentros con otros actores. Podemos decir que el resto de los personajes de la película se fueron conformando alrededor de él. Buscábamos equilibrio y matices, para componer el universo actoral de “Barrefondo”. Conseguimos un elenco de actores muy talentosos y reconocidos. Fue un lujo, para una primera película de ficción, contar con nombres como los de Sergio Boris, María Soldi, Claudio Da Passano, Osqui Guzmán y Adrián Fondari.
P.E.A.: -¿Considerás al escenario del conurbano, espacio donde se desarrolla la trama, un territorio singular para este tipo de historias policiales?
Jorge Leando Colás: -Creo que el espacio es siempre determinante para los relatos, para los personajes y sus conflictos. Posiblemente esto sea aún más marcado en las historias policiales, pienso en la tradición del cine negro, como un reflejo oscuro y levemente deformado de la realidad de los `40 y `50. En este caso, buscábamos generar una idea muy realista en cada una de las locaciones. Todo debía ser posible, creíble, natural. No ser sólo el fondo que aparece atrás de los personajes, sino un contexto vivo y activo que esté narrando todo el tiempo. En este sentido esta construcción de nuestro conurbano bonaerense fue muy trabajada, muy pensada. No es el mismo conurbano el de las películas de Campusano, Trapero o Perrone. Entonces, era un desafío encontrar nuestro propio espacio y cómo la historia se iba a conectar con este aspecto de lo real.
P.E.A.: -Es muy interesante la transformación del protagonista a partir de su forzado vínculo con el oscuro mundo del delito, ¿cuánto de necesidad por subsistir y cuánto de atajo -cuestionable moralmente- creés según tu opinión que define las elecciones de sectores sociales postergados, como el que se representa en este piletero?
Jorge Leandro Colás: -El personaje de Tavo atraviesa una transformación desde lo narrativo, desde lo que le sucede, pero también atraviesa una transformación moral. Duda, toma riesgos -propios y ajenos-, acierta, se equivoca. Tanto él como el resto de los personajes intentan sobrevivir, intentan zafar lo mejor posible de realidades complicadas y terminan cruzando algunos límites. En este sentido, intentamos no juzgar a nuestros personajes. Creo que esto es un poco herencia de nuestros antecedentes en el cine documental, en donde es imprescindible estar a la par, estar a la misma altura que tus personajes. Eso hace que por momentos haya lecturas o interpretaciones completamente diversas y hasta opuestas de las historias que contamos. En el caso de “Barrefondo” se fue dando naturalmente de esta manera. Es decididamente difuso el límite entre el bien y el mal y es posible que esto pueda llegar a incomodar a algunos espectadores que esperen que las cosas estén dadas a partir de una idea un poco más maniquea de buenos y malos.
7-¿Qué le pediste a Nahuel Viale para afrontar su personaje, teniendo presente un exitoso debut en la película El aprendiz, de Tomás de Leone?
Jorge Leandro Colás: –Cuando vi “El aprendiz”, Nahuel Viale ya había sido elegido como protagonista de nuestra película. Había algunas similitudes, era un personaje central que aparecía en todas las escenas, tenía algunos puntos de contacto a nivel argumental. Entonces también era un desafío separarnos de lo que Nahuel había hecho en su película anterior. Junto a Lisandro Musso, el coach de actores de la película, trabajamos mucho en la construcción del personaje. Es un personaje parco, que habla poco pero al que le pasan muchas cosas por dentro y que se va transformando a lo largo de la película. Más allá de lo meramente actoral, Nahuel también tuvo que aprender y entrenarse en el oficio de piletero, para que sus acciones y movimientos sean reales y creíbles. Pasó horas enrollando mangueras, pasando el sacahojas o usando el barrefondo.
P.E.A.: -¿Cuáles son tus expectativas en relación al público teniendo en cuenta que este período veraniego se encuentra dominado por títulos mainstream ?
Jorge Leandro Colás: –Somos conscientes de que se trata de una época del año difícil para la exhibición comercial. ¿Pero que época no es difícil para las películas pequeñas como ésta? ¿Qué época no es difícil para las películas que no cuentan con el apoyo de una televisora? En un contexto bastante crítico de la exhibición de películas nacionales, analizamos bastante cada una de las posibilidades y nos parecía que también era factible que hubiera un público para una película como “Barrefondo” durante el verano. Nos gustaría que el público pueda encontrarse con una historia pequeña, bien actuada, que lo pueda enganchar e incluso por momentos llegar a incomodar.