Por Pablo Arahuete
A pocos días de culminar la séptima edición del festival de cortos SORIA, la competencia argentina deja un interesante mosaico de estilos y temáticas, géneros y búsquedas que a continuación compartimos con nuestros lectores.
Silencio Siesta, de Luz Márquez:
La animación asociada a la historia de un grupo de niños en La Rioja genera el ambiente propicio para la imaginación cuando los objetos ensamblados adquieren vida tras una invocación en un ritual llevado a cabo por los niños para salir de la rutina y el aburrimiento. Un logrado trabajo que hace culto de la infancia y la falta de reglas para la imaginación.
Just Kids, de Carlos Ledesma:
Entre lo idílico y los pactos de amor existe la realidad y este corto es una muestra palpable cuando la pareja se reencuentra y realmente aparecen las personalidades de cada uno. La ironía y algunas dosis de humor completan esta postal del desamor.
La casa del río, de Germán Vilche: (Foto de portada)
La propiedad privada y la idea de proyecto de familia en un choque de intereses dejan trascender una historia donde la conciencia de clase también dice presente. Entre otras cosas, La casa del río cruza realidades, la de una madre primeriza que pretende recuperar una vivienda y la de una familia que la ocupa y no puede quedar a la intemperie. Realismo duro con alguna dosis de magia.
Retiro, de Miguel Dianda y Alejandro Sorin:
Una historia muy pequeña, muy bien contada y que hace de las despedidas en la terminal de Retiro la esencia del vínculo con el otro para romper la inercia de la soledad. Original y contundente.
Todas Mis Lolas, de Marlene Grinberg y Lucía Ferreyra:
La adolescencia a pleno en un caleidoscópico retrato de la protagonista y sus diferentes yoes. El humor ayuda así como las buenas actuaciones y la dinámica para en pocos minutos construir un personaje rico en matices.
Nada de todo esto, de Hernán Alvarado:
Una singular historia que hace del acopio de objetos ajenos la búsqueda de la identidad perdida. Protagonizada por una madre y su hija, incapaz de entenderla pero siempre dispuesta a acompañarla en su delirio.
Acapulco, de Ignacio Oyuela:
La referencia a True Romance escrita por Tarantino alcanza para entender el sentido de una historia de atraco y amor en el marco de una galería donde hay un videoclub con el nombre del corto. También la chance de huir hacia otro lugar y empezar de nuevo.
