Por Soledad Colina
El comienzo de Muerte infinita (Infinity Pool, 2023), tercer largometraje del realizador canadiense Brandon Cronenberg, no puede resultar más inquietante y atractivo: una pareja burguesa que acaba de arribar a un espectacular resort de lujo, ubicado en el imaginario país Li Tolqa, decide ir a recorrer las majestuosas instalaciones de este y lo que deberían ser unas placenteras vacaciones, de pronto se presienten oscuras y perversas. Es entonces cuando el director Brandon, hijo y heredero cinematográfico del maestro del cine de terror David Cronenberg, decide mostrarnos una mirada enrarecida del bellísimo lugar, girando la cámara sobre su propio eje y distorsionando todo en un espejo onírico y desdoblado. El matrimonio Foster, conformado por James (Alexander Skarsgård), un escritor de novelas y Em (Cleopatra Coleman), hija del millonario editor para quien trabaja su esposo, parece un poco distante debido a las frustraciones (económicas, intelectuales, etc.) del hombre y quizás este descanso en tan paradisíaco lugar vuelva a poner todo en su lugar para la pareja. Pero nada más lejos de este deseo, el encuentro con otro matrimonio que también disfruta de las instalaciones, Gabi (Mia Goth), una joven atractiva y de profesión actriz, junto a su esposo francés y arquitecto Alban (Jalil Lespert), un hombre rico y bastante más mayor que la mujer, complicará el vínculo inesperadamente. Como para torcer aún más las vidas de los Foster, un trágico accidente de auto durante la estadía hará que la pareja sufra una verdadera pesadilla, donde convivirán el horror, el sexo, las mutaciones y el abuso de poder.
Infinity Pool, que lamentablemente no pasó por las salas de los cines argentinos y se estrena directamente por estos días para alquiler en la plataforma de streaming Flow (también asequible vía Apple TV+), es una provocativa propuesta que no dejará indiferente a todo aquel que se sienta tentado a verla. Es un descenso a los infiernos sin concesiones, donde un grupo de burgueses sentirán que su dinero y poder económico no valen nada y que al final todos los humanos somos iguales a la hora de ser juzgados. La disparidad social que presenta Li Tolqa -las locaciones son de Croacia y Hungría- es muy notoria: dentro del complejo todo es riqueza, comidas abundantes y pulcritud, incluidas las piletas infinitas que dan título al film y se funden por un efecto óptico con la playa y el mar; mientras que en los alrededores del resort la pobreza, la falta de comida y la corrupción gubernamental es la norma y forma de vida. En determinado momento del perturbador relato estas dos “sociedades” irremediablemente chocarán y con resultados contundentes, llenos de perversidad, locura y ambición. Lo médico y quirúrgico, presente en toda la obra de David y ahora en la de su hijo Brandon, no dará tregua, con personalidades desdobladas incluidas, entre otros surrealistas planteos formales y visuales.
Brandon Cronenberg es un director que carga con el inevitable mote de ser “hijo de”. Su padre, David Cronenberg, es uno de los directores más importantes dentro del cine de terror moderno (La mosca, Rabia, Crash, Cuerpos invadidos, entre otras) y creador del concepto conocido como Nueva Carne, aquel cuya impronta es la fusión del cuerpo humano, la tecnología y los avances médicos y experimentales. Brandon ha tomado varios elementos que caracterizan al cine de su padre, principalmente los referidos a lo visceral, sexual y tecnológico, incorporando además cuestiones autorales y pensamientos propios a sus películas, como la gran opera prima Antiviral (2012) y luego la logradísima Possessor (2020).
El elenco principal realiza un gran trabajo actoral logrando transmitir toda la inquietud, miedo y fobias que sufren sus personajes a lo largo de la trama. El mayor rédito se lo llevan Alexander Skarsgård, que sentirá en carne propia todo el rigor de un sistema de gobierno corrupto y sádico; también brilla la actriz británica Mia Goth, la nueva musa del cine de terror actual y protagonista de los films X, Pearl y MaXXine, quien no para de seducir y corromper a todo aquel que se cruce en su camino, inclusive a los incautos espectadores, con sus audaces miradas y rareza corporal. Uno de ellos será justamente James (Skarsgård), un hombre casado pero que caerá en las redes de Gabi (Goth), una femme fatal actual, descarada y manipuladora.
Para los que se animen a vivir una experiencia audiovisual y sensorial diferente (aclaro que hay bastantes escenas perturbadoras y hasta otras sexuales de tipo XXX), esta Infinity Pool seguramente los sorprenderá con su camino infinito de muerte, sangre, vida y doppelgängers sin filtros ni moral. Brandon Cronenberg vuelve a provocar con inteligencia y buen oficio, y de paso intenta continuar con intención el gran recorrido de su progenitor David.
Título: Muerte infinita.
Título original: Infinity Pool.
Director: Brandon Cronenberg.
Intérpretes: Alexander Skarsgård, Mia Goth, Cleopatra Coleman, Jalis Lespert, Thomas Kretschmann, John Ralston, Amanda Brugel, Caroline Boulton, Roderick Hill.
Género: Terror, Misterio, Ciencia ficción.
Calificación: Apta mayores de 18 años.
Duración: 118 minutos.
Origen: Canadá/ Hungría/ Croacia.
Año de realización: 2023.
Plataformas: Flow y Apple TV+ (ambos para alquiler).
Fecha de estreno en Flow: 13/07/2023.
Puntaje: 9 (nueve)