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jueves, 21 noviembre 2024
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El villano: El mal padre

Por Mónica Grau-Setó, corresponsal en España

Luis Ziembrowski es un reconocido actor argentino, al que le inquieta el hecho de ser siempre convocado en películas, series y puestas teatrales, para interpretar papeles de villano. Cuando él era muy chico, su padre -un inmigrante polaco- entró en el hampa y provocó una hecatombe familiar. A Luis lo alarma la posibilidad de expresar a través de la actuación, un gen maligno que pueda despertarse y producir daño en quienes ama. A partir de recuerdos fragmentados, el actor indaga en la memoria de su familia mientras se pregunta si tanto él como su padre, no son meros simuladores. Si lo único auténtico, lo único posible en una vida, es la ficción o la fuga.

Crítica

El cine nos ha ofrecido en numerosas ocasiones las crisis y conflictos existentes en las relaciones familiares, y aunque es una temática recurrente, pocas veces se ha mostrado con tanta autenticidad y sinceridad como lo hace Luis Ziembrowski. Tras este nombre reconocido en sus múltiples facetas como director, autor y actor, existe también la del hijo abandonado. Es esta historia la que nos irá desgranando a lo largo de este documental. Estamos ante un relato íntimo, que funciona como una especie de terapia que necesita realizar para reconstruir su pasado y sus orígenes. Sin duda el proyecto más humano y personal al que se ha enfrentado.

El director puede contar con los dedos de la mano las pocas veces que vio a un hombre, que le dijeron que era su padre. Esa figura paterna fue sustituida por otros hombres como su abuelo, primos o padrastro, y cree que interpretar de alguna forma fue cubrir esa gran ausencia.

El trauma familiar es una condición de la que no se suele hablar y superior al que sería un trauma puramente personal. Este hecho puede afectar a varias generaciones y marcar sus propias relaciones, y la mejor forma de tratarlo es afrontarlo sin reprimir emociones, para sanar esas heridas abiertas desde hace tanto tiempo.

En la psicología se recomiendan varios pasos, empezando por la aceptación del trauma, incluir a familiares y amigos en el proceso de sanación, reforzar vínculos, buscar ayuda de un terapeuta y como diría Alejandro Jodorowsky hacer rituales propios.

Y aunque no hablemos propiamente de la psicomagia, el sistema que creó Jodorowsky, este filme en parte sí tiene mucho que ver. Del mismo modo que el siempre controvertido escritor chileno defendía sanar los traumas y bloqueos con terapias alternativas, como la magia y el teatro, en este caso se sustituye el teatro por un documental realizado por un hijo que siempre ha sufrido por el abandono de su padre.

Luis dirige junto a Gabriel Reches, y vemos como sigue estos pasos terapéuticos durante el propio rodaje, al que asistimos como curiosos espectadores y descubrimos varios secretos del pasado de su padre. Ambos se embarcan en este viaje, Gabriel quedó huérfano de padre cuando era muy joven por culpa de un accidente, y comprende perfectamente el dolor de su amigo por crecer sin esta figura presente.

El documental alterna varios recursos, momentos de cámara en mano, más bruscos y con menos calidad de imagen que nos transmiten autenticidad y realismo a todo el proceso, otros en que vemos un repaso a su carrera cinematográfica y teatral a través de una pantalla de televisión o cámara estática, otras en que lo acompañamos en el rodaje de una película tratando con actores la misma temática del documental. Destacando numerosos primeros planos del protagonista y transmitiendo su vacío y su tristeza, siendo un magnífico trabajo por parte del director de fotografía Armin Marchesini Weihmull.

Luis es hijo, pero también es padre, y en su interior existe un temor sobre tener un gen del mal, que lo vincule con el pasado delictivo de su padre ausente y haciendo retrospectiva a los numerosos papeles de villano que ha interpretado a lo largo de su carrera, como si de una maldición se tratara.

Creció sin tener una figura paterna presente ni un referente y a través de la grabación del documental realiza un viaje a su infancia y pasado. En marzo de 2006 murió su madre Elsa Corzalczany, pero su padre aún vive y tiene demasiadas preguntas sin responder. Ella falleció con muchos sentimientos ocultos, con resentimiento y desesperación y vergüenza por no haber hablado antes con sus hijos, por este pasado oscuro del padre.

Seguido por una cámara, vemos como Luis está buscando información acerca del pasado de su padre, ya que por parte de su familia siempre hubo mucho silencio. Se dirige a puertos por donde accedían los inmigrantes al llegar a Argentina y localiza los datos de un hombre de nacionalidad polaca llamado Isaac Ziembrowski, que llegó a través del barco Almanzora en el puerto de Cherburgo en 1930, también descubre que iba acompañado de un niño de 2 años llamado Israel. Hablamos de los años en que muchos europeos, sobre todo judíos, huyeron del terrible poder de los nazis.

A modo de catarsis, mientras investiga el pasado de su padre real, realiza una audición con varios actores buscando alguno que interprete a su padre ficticio y que en voz alta declare que odia a su familia y a su descendencia, alguien que se ponga ante la cámara proclamándose como un mentiroso. Necesita escuchar de ese falso padre las palabras en que reconozca haber preferido una vida entregada a los placeres, desafíos y huir así del aburrimiento cotidiano para evitar cualquier responsabilidad familiar. También hace lo mismo, buscando su propia versión más joven de hijo que necesita escuchar por parte del padre ficticio la palabra perdón.

Vamos alternando, momentos de investigación y entrevistas a quienes conocieron de joven a su padre Israel, con otros en que Luis necesita dirigir y reconducir la situación recreando esos momentos, a través de simulaciones de los hechos que terceras personas le han explicado.

Curiosa es la entrevista con un anciano, este compara el oficio de actor del hijo con la vida vinculada al hampa de su padre. Ya que un criminal también actúa, tejiendo un plan e interpretando ante los demás, al fin y al cabo, es teatro en estado puro en la vida real. Este le explica que su padre estuvo preso por robo de autos y le recuerda que las personas que han ingresado en el camino de la violencia y el engaño no saben cómo salir de allí.

El proceso también debe realizarlo a través de su propia familia, empezando por su tía paterna, ella no tiene buenos recuerdos, el vendía a los desconocidos una imagen de hombre divertido, pero su familia conoció su cara oscura. Rememora cuando aparecía en casa, acompañado de otros hombres que disimulaban cordialidad, pero siempre iban armados.

Israel Ziembrowski también utilizó otros nombres como Santiago. En los recortes de prensa, recopilados por Luis, se informa sobre la detención de una banda de ladrones de vehículos, en la que detuvieron a seis hombres y entre ellos estaba su padre, alias “el Ruso”.

Sus hermanas mayores, Claudia y Gloria, le recuerdan que la vida con Santiago para ellas también fue fugaz, aunque que el apenas tienen recuerdos porque tenía 2 años y lo vio pocas veces.

Realmente hay un gran trauma familiar, con hijos y nietos marcados por este padre ausente. Hacen una terapia en grupo, lo que se llama Terapía de Constelación familiar, una especie de pseudociencia con el objetivo de liberar a las personas de sus conflictos, estos suelen provenir de generaciones pasadas, por ser hechos emocionalmente intensos y sin resolver, que aun marcan el presente de las generaciones actuales. En esta sesión participa toda la familia, incluidas las hijas de Luis, finalmente el reconoce que necesita a su padre. Varias personas representan diferentes papeles, uno de ellos ejecuta el rol del padre falso que sentencia “haya pasado lo que haya pasado, te di la vida”. Las hermanas también confiesan hechos que sufrieron en su adolescencia por culpa de la actitud del padre. Por fin a través de esta terapia grupal se liberan y comprenden mejor las dos generaciones, y se unifican los relatos familiares.

Finalmente, nuestro protagonista ya está preparado para afrontar el momento, ya de adulto puede reunirse de nuevo, cara a cara, con su anciano padre, a la espera de entender su comportamiento y que comprenda el dolor que generó a toda una familia, busca hablar del relato en lugar de la relación en sí. Sin duda la parte más interesante y dura del filme y el colofón perfecto.

Título: El Villano.
Título original: Idem.
Dirección: Luis Ziembrowski y Gabriel Reches.
Intérpretes (documental): Luis Ziembrowski, Ricardo Ragendorfer, Manolo Ledbabni, Gloria Dziembrowski, Claudia Dziembrowski, Antonio Dziembrowski y Nina Dziembrowski.
Intérpretes (ficción): Gabriel Puma Goity, Dady Brieva, Gabo Correa, Pablo Echarri, Alejandra Flechner, Sergio Boris, Flor Dyszel.
Género: Documental.
Calificación: Apta mayores de 13 años, con reservas.
Duración: 75 minutos.
Origen: Argentina.
Año de realización: 2023.
Distribuidora: Cine Tren.
Estreno: 07/12/2023.

Puntaje: 6 (seis)

 

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