Por Pablo Arahuete
El ida y vuelta de las palabras en un texto es algo que no se puede reflejar a simple vista y menos aún en los tiempos de internet, de la impunidad del anonimato virtual o el constante repiqueteo de comentarios positivos o negativos sobre una opinión. Por eso en No estás solo en esto, la crítica de cine y creadora del blog Cinescalas Milagros Amondaray (foto de portada de Leandro Fernández) sale a la búsqueda de los rostros para ponerle contexto a las palabras; a rescatar a los internautas que encontraron en su blog la libertad para ser y decir lo que sienten al compartir la pasión cinéfila. En esta entrevista charlamos con Milagros sobre cine, sensaciones y sentimientos.
Pablo E. Arahuete: – Antes de encarar el proyecto del blog Cinescalas, en tu carácter de crítica cinematográfica ¿pensabas en algún lector en particular a la hora de trasladar el texto?
Milagros Amondaray: – En cuanto a la etapa previa en CINESCALAS, puntualmente como redactora de la Revista Cinemanía, no tenía a ningún modelo de lector en mente sino a una idea que con el tiempo se fue trasladando a mi trabajo en el blog: tratar de buscar joyitas independientes, pequeñas películas sobre las cuales escribir desde un costado menos técnico y más personal. Recuerdo que había una sección en la revista llamada La elegida del mes, donde podía seleccionar algún film que me haya impactado por razones de lo más diversas y siempre elegía obras como Chasing Amy de Kevin Smith o Como un avión estrellado de Ezequiel Acuña, películas que por diferentes motivos resonaron a nivel personal y que me hicieron sentir que tenía algo para decir. Considero que esos años fueron, sin que yo lo supiera, la génesis de CINESCALAS pero sin el feedback.
P. E. A: – Explicás que uno de los motivos que te llevaron a construir Cinescalas obedeció a una necesidad personal con algún que otro fin terapéutico ¿cuál fue la motivación para pensar en este documental, financiado por el método Crowdfounding.
Milagros Amondaray: – Como no podía ser de otra manera, la motivación para el proyecto de No estás solo en esto fue el comentario de un lector. En este caso, de una mujer que me expresó que la historia de la intersección de comentaristas de distintos puntos del país – intersección que se produjo por motivos similares, muchos llegaron al blog en momentos bisagra, consecuentes al momento en el que yo lo concebí – era una historia interesante para mostrar, al menos filmando con un celular y con intenciones más modestas, publicando lo filmado en el blog mismo, como forma de retroalimentar, algo muy de nicho. Luego sentí que si iba a filmar algo tenía que hacerlo con otra clase de apoyo y les pregunté a los comentaristas si a ellos les incomodaba aportar dinero en Idea.me para la realización del film. Al contestarme que estaban gustosos de hacerlo elaboré el proyecto crowdfunding y llegamos a la meta de recaudación en un mes, incluso superándola.
P. E. A: – ¿Cómo surgió la idea del libro Démosle un buen final a esta historia -2013-? ¿Puede trazarse un paralelismo con este nuevo proyecto?
Milagros Amondaray: – Sí, ahora que me planteás la pregunta de ese modo me doy cuenta de que hay similitudes. En primera medida, porque un comentarista del blog me dijo que estaría bueno recopilar algunos textos del espacio y publicarlos en formato libro. En segunda medida, porque el epílogo está escrito por los comentaristas de CINESCALAS, dado que siento que forman parte de la gran mayoría de las cosas que hago. En tercera medida, porque el documental y el libro tienen el mismo origen o parten de la misma inquietud a la que me refería anteriormente. Se puede escribir sobre cine desde cómo el cine te hace sentir. No me parece que sea algo que abunde y a mí como lectora me gusta encontrarme con textos que se alejen un poco del clásico formato de crítica.
P. E. A: – ¿Qué diferencias encontraste entre leer y escuchar cara a cara a los participantes del blog?
Milagros Amondaray: – Ninguna. En el documental, una de las comentaristas, Lorena, asegura que en el blog “charlamos” como si estuviéramos sentados todos en una mesa ovalada blanca. Algunos hablan de un tópico en una esquina, otros llegan más tarde y otros se quedan hasta el final de la jornada. La dinámica de la interacción del blog es la misma que en la vida por fuera de la web, algo que puedo ratificar después de haber conocido a casi todos los que comentan en el marco no-virtual, porque nos fuimos conociendo a lo largo de seis años a través de las palabras y eso genera un grado de familiariadad que jamás contrasta en el cara a cara.
P. E. A: – Para montar el material que finalmente aparece en pantalla, ¿entrevistaste a cada uno o dejaste en ellos el fluir de las ideas y experiencias personales?
Milagros Amondaray: – Tenía una lista armada de preguntas generales, lo cual derivó en que muchos respondieran lo mismo sin saberlo, pero después ellos mismos fueron midiendo qué querían decir y hasta dónde. Al tratarse de testimonios muy personales, la confianza era lo primordial. En ese sentido, mi tarea estaba cumplida de antemano porque ya los conocía a todos a priori (si bien nunca en el contexto de sus casas), lo cual facilitó el intercambio.
P. E. A: – ¿Cuál fue tu criterio de selección de cada testimonio?
Milagros Amondaray: – Un post que marcó el rumbo del blog fue el de Silver Linings Playbook, donde yo escribo sobre mi experiencia lidiando con trastornos de ansiedad y pánico. Considero que es una película que va de menor a mayor (Excelsior) y eso lo quise trasladar, en primera medida, al libro, cuyo título es una cita del film. Con la película apliqué la misma regla. La idea es que los testimonios más “fuertes” fueran al comienzo y luego en el medio que empezara a entrar la parte más luminosa (incluso los testimonios más duros se van ablandando). También la finalidad era elegir comentaristas de todas las edades, espacios geográficos bien distintos y personalidades diversas. Por lo tanto, en el film hay una pareja, un grupo de amigos, una estudiante joven, todos llegando a conclusiones o planteos similares.
P. E. A: – ¿Recordás cuál fue la película que marcó por primera vez tu camino hacia la crítica?
Milagros Amondaray: – Hubo muchas pero la principal fue El mago de Oz, película que mi mamá me hizo ver muchas veces cuando era chica y después ya más adulta Antes del amanecer de Richard Linklater.
P. E. A: – ¿Tenés pensado subir tu documental a internet en algún momento para una mayor visualización?
Milagros Amondaray: – Sí, una vez que el documental termine de presentarse en salas voy a subirlo gratuitamente y seguramente en el blog mismo.
P. E. A: – Antes y después de Cinescalas, ¿cambió tu mirada sobre el concepto de virtualización y el fenómeno de la comunidad 2.0?
Milagros Amondaray: – Cambió mucho. Cuando ingresé a La Nación uno de mis deseos siempre fue ver una nota mía publicada en papel, por todo lo que eso implica (el romanticismo del diario, la prueba concreta de tu trabajo, etcétera) y después cuando empecé con el blog y a interactuar la comunidad, me di cuenta que mi espacio natural era ese. No me imagino publicar un texto sin la devolución de los lectores o el debate posterior, las notas se sienten incompletas sin ese ida y vuelta. Por eso siempre cambio de opinión cuando pienso para quién escribo. Sin dudas lo hago para mí, para mejorar y aprender del ejercicio, pero también lo hago para que otra persona complete mi visión. El blog siempre fue un espacio donde el autor no se pone por encima del lector. En CINESCALAS todos sentimos el cine de igual modo y, más allá del rol de moderadora que me obliga a tomar ciertas decisiones para preservar el buen clima del espacio, el espíritu del blog se generó en conjunto y así va a seguir.