Por Pablo Arahuete
Como una novia sin sexo (2016) es el debut en el largometraje de Lucas Santa Ana, proveniente del territorio de la dramaturgia, que busca explorar el mundo de la masculinidad y la amistad como punto de partida de los vínculos y los prejuicios entre amigos. En esta entrevista exclusiva, el director nos introduce en el universo de su ópera prima.
Pablo E. Arahuete: – ¿Cuál fue tu motivación para desarrollar esta ópera prima?
Lucas Santa Ana: – Cuando empecé a pensar la historia, allá en 2001, quería hablar de la amistad y de la fragilidad de los vínculos. Es un tema que me convoca cada vez que escribo. Me parecía que el contexto de los años 90 era un lindo motor para demostrar cómo la homofobia atenta contra las relaciones. Hoy día sigue siendo así, y seguimos luchando contra esa homofobia.
P.E.A: – ¿Considerás que hay estereotipos que aún predominan en relación a lo masculino y la expresión del deseo?
Lucas Santa Ana: – Hay muchos estereotipos que predominan. El deseo en la actualidad se ha convertido en moneda corriente para la publicidad y el marketing. Y su uso, está plagado de estereotipos. Desde lo masculino y desde lo femenino. En la película intentamos salirnos de los estereotipos, a pesar de que varios de los personajes viven sus vidas desde un lugar estereotipado.
P.E.A: – ¿Cómo llega el elenco al proyecto?
Lucas Santa Ana: – Para encontrar los actores y la actriz hicimos un casting grande. Yo mismo trabajé con los actores y actrices con escenas de la película porque me interesaba ver la química que se generaba en el trabajo.
Con Javier De Pietro ya había trabajado anteriormente, de todas formas, vino al casting a probar el personaje de la película. A Luana Pascual la había visto trabajar en teatro y la llamamos para que participara del casting. Lo mismo con Marcos Ribas, con quien había tenido la oportunidad de trabajar en una miniserie. A Agustín Pardella me lo recomendó la asistente de dirección que había trabajado con él en trabajos previos de televisión.
P.E.A: – ¿Qué tuviste en cuenta a la hora de elegir a los protagonistas?
Lucas Santa Ana: – En el trabajo del casting hicimos varias pasadas de las escenas. En cada una, íbamos trabajando diferentes acercamientos a los personajes. A la hora de la elección, primó el talento y lo que los actores y actriz pudieron aportar a la caracterización.
Estoy muy contento con la elección de todos ellos. Cuando llegamos al rodaje después de varios ensayos, el vínculo que estaba en el guion se había hecho realidad.
P.E.A: – ¿Cómo trabajaste cada una de las situaciones y manejaste los tiempos y la tensión dramática?
Lucas Santa Ana: – Empecé hace más de 20 años mi carrera haciendo teatro. Creo que mi experiencia en dirección de actores y puesta en escena tuvo mucho que ver en eso. El tiempo, el ritmo, la tensión son elementos que viven en el teatro. Me gusta mucho trabajar con el actor o actriz el personaje y las acciones que componen el drama. Hablamos mucho, debatimos y probamos cosas.
Al momento del rodaje, dejo que fluya la actuación y no hago muchos cortes. Filmo en planos secuencia, varias veces las mismas escenas y luego trabajamos en montaje para reconstruir esa misma tensión.
P.E.A: – ¿Te sirvió la experiencia en dramaturgia para volcar ahora a la pantalla grande?
Lucas Santa Ana: – Creo que mi experiencia como autor teatral me ayudó mucho a poder trabajar la curva dramática de la historia. Pero mucho de eso lo aprendí en la escuela de cine.
Soy fan de la escritura con conflicto y cómo ayuda al desarrollo y riqueza de los personajes e historias.
P.E.A: – ¿Dónde viste las limitaciones y dónde las oportunidades singulares de esta película?
Lucas Santa Ana: – Creo que trabajar con pocos actores y en un lugar “chico” (todo sucede en un camping, playa y bosque, pocas locaciones) fue una de las limitaciones que me puse a la hora de escribir el guion y que terminó siendo uno de los aciertos, una gran oportunidad. Pude explotar al máximo las relaciones de los personajes sin disgregar la atención a diferentes locaciones y decorados. La atención queda concentrada siempre en los personajes.
Creo que eso también la hace bastante singular.