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domingo, 24 noviembre 2024
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Entrevista Express a Sabrina Farji: Una película no me puede costar el vinculo con mi familia, el límite es el amor.

Por Pablo E. Arahuete

Sabrina Farji y su constancia convencieron -por decirlo de un modo elegante- a sus hijas y su propia madre a formar parte de un viaje y documentar la experiencia bajo el pretexto de bucear en el terreno filoso de la maternidad y los vínculos entre madres e hijos. El resultado es Desmadre, Fragmento de una Relación, rico por donde se lo mire porque el artificio y las ganas de hacer de ese artificio el elemento fundante de otro tipo de vínculo se nota en cada plano. Esta entrevista exclusiva con la realizadora en medio del torbellino Bafici aleja tempestades y rescata inquietudes porque qué otra cosa existe más que el conflicto como parte constitutiva de un documental, disfrútenlo. 

Pablo E. Arahuete: – ¿Cuándo apareció la necesidad de encarar este proyecto que involucra a tu seno familiar más íntimo?

Sabrina Farji: El proyecto tiene 4 años en medio de otro momento de crisis familiar (hitos familiares) que compartiendo con otras mujeres me decían que estaban pasando por lo mismo, hablábamos de la complejidad del vinculo madre e hija, de cómo está tan idealizado y que cualquier situación donde una se “saque” está mal vista. Es como que no se puede hablar de esto. La maternidad, ser madre y ser hija es un vinculo de una complejidad e intensidad inmensas. Uno se puede separar de una pareja, pero es difícil que una se separe de una hija. Claro que hay casos y algunos también se narran en el documental.

De todos modos mientras escribía el guión nunca imaginé lo que pasaría del “dicho al hecho”. Me llevó más bien una fuerza inconsciente y hasta ingenua.

Entrevista Express a Sabrina Farji: Una película no me puede costar el vinculo con mi familia, el límite es el amor. 1
Sabrina Farji, madre, hija y directora de cine.

P.E.A:Un puntal de lanza o al menos un detonante en el documental siempre es el conflicto. ¿Cuántos atravesaste durante el rodaje que fueran provocados en tu triple rol de hija, madre y realizadora?

Sabrina Farji: Nunca acabaron!

El rodaje fue un conflicto y eso está en la película. Pero también la previa fue un conflicto. Mi madre pidió leer el guión y tachó partes o me decía que estaba faltando a la verdad. Me tachó y escribió al lado. Claro que ella no tiene una impronta profesional con lo cual lo que ella lee, lo tomaba como verdad. Lo cual era difícil de hacer entender que era una simple hoja de ruta. Porque ninguna podría repetir diálogos como si fuéramos actrices. De hecho no lo somos, aunque mi madre me parezca una gran actriz.

Conflictos durante la edición, sobre qué sacar y qué dejar… En fin… El estreno en sí mismo calculo que será otro conflicto como vienen dándose las cosas.

Pero lo que rescato es que a pesar del conflicto, igual sé, que estemos todas en la sala de cine o no, somos una familia.

Una familia de mujeres con mucho temperamento, en un momento bisagra para mí donde mi madre está grande, yo estoy grande y mis hijas también. Todas queremos ser independientes y tenemos maneras de ver el mundo distintas (muy). Es como una especie de TEG donde las aliadas o enemigas van cambiando de acuerdo al tema o situación.

Más allá del conflicto en sí mismo me gustó mucho poder cotejar y compartir sus historias de maternidad como madres e hijas. Porque funcionan como un coro griego donde arman un contrapunto a la subjetividad de mi propia experiencia.

P.E.A: – ¿Durante la convivencia con tus hijas aprendiste o descubriste algo distinto de ellas, al tomar la distancia casi mínima con la cámara?

Sabrina Farji: Es un trabajo muy esquizofrénico esto de ser director y “actor”, había momentos que realmente yo padecia pero por adentro sabia que eran buenos y útiles para la película. Entonces preferí seguir transitándolos. Porque estábamos haciendo una película. Momentos que en la “realidad” tal vez no hubiera tolerado.

Me di cuenta de lo animal de cine que soy, que con tal de hacer una buena película era capaz de exponerme sin tabúes en una intimidad incómoda. Lo único que siempre tuve como límite era la intimidad de mis hijas y mi madre. Siempre pensé que si alguien podria “bancarse” el ridículo o ser cuestionada, esa era yo porque en definitiva es mi película.

A ellas las cuidé y dejé momentos que no son cómodos para mí.

Igual en el resultado final calculo que habrá quienes crean lo contrario.

Lo que sí sucedió es el paso del tiempo. Entre rodaje y finalización de edición, mi hija mayor creció más aún, y dejó el rol de antagonista para estar más colaboradora con la experiencia cinematográfica. Ella hizo los títulos y todas las piezas gráficas, lo cual no sólo me llena de orgullo, sino que me da alegría porque es contar aun más con ella.

Mi hija menor era más niña (tenía 13 años) y en un año floreció como una adolescente más plantada. Con ella podría hacer Desmadre, reloaded!

En definitiva de lo que habla la película es del paso del tiempo y cómo nos modificamos las mujeres, el vinculo, nuestra historia.Entrevista Express a Sabrina Farji: Una película no me puede costar el vinculo con mi familia, el límite es el amor. 2

P.E.A: – Si bien creo no era tu intención plantear los dilemas éticos que se superponen cuando existe la pasión por filmar y la delgada línea entre la intimidad que busca celosamente no ser documentada, atravesaste esa zona de manera permanente, ¿Cómo manejaste esa contradicción tanto en lo estético como en lo emocional? 

Sabrina Farji: Es tal cual, nunca pensé hablar de los dilemas éticos, pero creo que fui ingenua en eso. Me vi superada y arrasada por la situación. Mi hija estudia diseño, su herramienta es también la mirada. Yo hacía videoarte, ella hace visuales, o sea que somos del mismo barco, desde lo estético. La idea de darle una camara a ella fue durante la previa al rodaje. Lo que le dio un giro a todo. Porque apareció otro ojo. Un ojo critico que tenia “all access” incluso más que yo respecto del juego entre hermanas. Era la cámara más incorrecta, pero era la “real”.

Y creo que dejarle a ella esa cámara de alguna manera es asumir el paso del tiempo y de poder dejar el lugar a la hija para que se desarrolle, que florezca.

La película empieza con la imagen video de ella dentro de mi panza y termina con el registro de ella sobre mi universo.

Qué es actuar y qué es la verdad? Cuándo estamos usando la realidad y hasta cuándo somos todos un archivo punto gif o puntomov?

Para mi fue una nueva dimensión de la película poder hablar de eso. Fue inesperado.

Como te dije antes, fue un juego esquizofrénico en donde si alguien tenia que morir, esa podía ser yo. No podría permitir que una película me cueste el vinculo con mi familia de mujeres. Esa es la única realidad. Y el límite es el amor.

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