El tercer opus de Lucas Santa Ana aborda los conflictos y las búsquedas de los adolescentes en un contexto bastante distinto al actual. En esta entrevista, el director de Como una novia sin sexo amplía conceptos de su largometraje Yo, adolescente.
Por Pablo Arahuete
Pablo Arahuete: -Si bien en la película el contexto es de 15 años atrás, un año luego de Cromañón, ¿cuál es la diferencia entre aquella generación y la de nuestros días, teniendo en cuenta que los conflictos de la identidad no han cambiado demasiado?
Lucas Santa Ana: -Creo que la identidad es una temática abarcativa. Los conflictos han cambiado bastante. Hoy está más visible el bullying, por ejemplo, que en aquella época se sufría, pero no se exponía ni se combatía de la misma forma. Hay muchos conflictos de la adolescencia que han cambiado su forma de ser tratados por los mismos adolescentes y por los adultos responsables. La identidad sexual hace 15 años atrás se tomaba distinta. No había la gran libertad de expresión que hay ahora por ejemplo.
Pablo Arahuete: -¿Cómo entra en juego la libertad sexual cuando desde la actitud del protagonista todo se trataba de un juego de apariencias?
Lucas Santa Ana: -Zabo, el personaje protagonista, no sabe que está metido en un juego de apariencias. Él vive de manera intensa y pasional todos los conflictos que se inventa para tapar el dolor que siente, pero no lo hace de forma consciente. Se atormenta con sus dudas sobre su sexualidad, no lo siente como un juego.
Pablo Arahuete: -¿Cómo fue el trabajo de adaptación de una idea que detonó una novela, un blog y que fue mutando de materialidades y espacios?
Lucas Santa Ana: -Después de estrenar “Como una novia sin sexo” y “El puto inolvidable” empecé a pensar cuál sería mi nuevo proyecto y recordé la existencia de la blog novela “Yo, adolescente” de Zabo. No había podido leerla en su momento, así que se la pedí a él para leerla. Me fascinó y me parecía un material muy propicio para llevarla al cine. Hablé con Zabo y me autorizó a hacerlo. El proceso de adaptación al guión fue relativamente sencillo porque la novela estaba muy bien escrita y era muy visual y rica en conflictos. Una vez que tuve una versión que me gustaba, se la mostré a Zabo que terminó de aprobar la adaptación.
Pablo Arahuete: -¿Qué le pedís a tus actores a la hora de plantear los personajes de Yo adolescente?
Lucas Santa Ana: -Para el trabajo con lxs actores me gusta primero escuchar qué les disparó la lectura del guión y luego ir consensuando lugares en común entre mi visión y la de ellxs. Tuvimos la suerte de poder hacer una lectura del guión todxs lxs actores juntos al mismo tiempo y eso generó una muy buena química y dinámica en el elenco. Luego fue ensayar antes de llegar al rodaje. En el rodaje ya sólo el trabajo consistió en adaptar todo lo que habíamos imaginado a los espacios reales y las locaciones. El resto, fue el talento y la creatividad de todxs ellxs.
Pablo Arahuete: -¿En qué te sentiste identificado a la hora de pensar en la adolescencia respecto a tu propia experiencia personal y cuál fue el rol de amigos, padres y entorno más próximo?
Lucas Santa Ana: -Mi identificación con la historia y el personaje no fue directa. Yo no viví la adolescencia en esa época, pero sí me sentí interpelado por los conflictos que vive el personaje. La búsqueda de la identidad es algo que todos vivimos y desde ahí me relacioné con el material. Tanto mis amigxs, padres y entorno han sido parte de la construcción de esa identidad, pero no creo que estén reflejados de manera literal en esta película.