Por Pablo Arahuete
El director Edgardo González Amer nos cuenta en esta entrevista exclusiva cómo se gestó su nueva película ¿Yo te gusto? donde la violencia y la supervivencia urbana se dan la mano y también alimentan la sensación que no hay salida ni redención.
Pablo E. Arahuete: – ¿Considerás que la redención en cierto modo limita las acciones en lugar de limpiarlas?
Edgardo González Amer: – Tengo que responder dentro de los límites que propone la película, que es una ficción, y que, de alguna manera, fue también un ¨ experimento ¨ . En mi historia personal hubo violencia, durante mi infancia y adolescencia, esa violencia me llevó a correr verdadero riesgo de vida, y recomencé mi vida como sobreviviente, en soledad, a los diecinueve años. Para poder armar una vida: matrimonios, hijos, trabajos, carreras, proyectos , etc etc. Tuve que perdonar. Fue imprescindible redimir a mis victimarios y redimirme a mi mismo para que la vida fuera posible.
En términos de ficción, las protagonistas de ¨ La Patota ¨ en sus dos versiones (Daniel Tinayre y Santiago Mitre) sufren abuso y perdonan y redimen, por motivos diferentes en los dos casos, y la vida ¨ continúa ¨ . En ¨ ¿Yo te gusto? ¨ , Nati no perdona, y la vida, de nadie, puede continuar. Ese era el experimento : ¿Qué pasa si no se perdona? ¿Qué pasa si no redimimos a nadie? El resultado fue: La vida no continúa.
La redención limita la venganza, limita el ¨ no perdón ¨ , en ese sentido sí, limitaría la acción. Pero en términos reales, y también ficcionales, la redención da lugar a la vida, a que todo continúe, aún cuando cada uno reciba un castigo, siempre que ese castigo no sea la muerte.
P.E.A. : – ¿Por qué el título tiene signos de interrogación?
Edgardo González Amer: – Durante la violación, uno de los atacantes de Nati le pide disculpas y le dice ¨ Vos me gustás ¨ . Nati se apoya en esa afirmación cuando vuelve a ¨ encontrarse ¨ con sus violadores, y de manera más desesperada que vengativa, previo a hacer ¨justicia ¨por su cuenta les pregunta: ¿ Yo te gusto ? Eso da el título a la película.
P.E.A: – ¿Cómo llega al casting Martina Krasinsky, la protagonista?
Edgardo González Amer: – Hicimos un casting muy amplio y abierto, convocando en las redes y en Alternativa Teatral. Martina fue una de las chicas que se presentaron al casting, todas ellas muy talentosas. Tuvimos una participación muy numerosa. Fuimos haciendo preselecciones. Cuando supimos que Martina era la elegida, tuvimos una conversación para ver si tenía idea de la responsabilidad que implicaba llevar adelante un protagónico, no sólo desde lo artístico, también desde lo profesional. Nos pareció que sí, y no nos equivocamos.
P.E.A: – ¿Cómo trabajaron con ella las escenas de mayor exposición física y emocional?
Edgardo González Amer: – Cuidándola. Preguntándole. Siempre trabajamos dentro de los márgenes que resultaban posibles para ella. Es una gran actriz y tiene una entrega absoluta; personalmente , como director, eso me obligó a ser mucho más cuidadoso. Por empezar, leyó el guión, planteó todas sus dudas, y nos abocamos a las escenas más comprometidas y violentas. Algo importante fue establecer un vínculo de trabajo muy afectivo con Sebastián Chávez, su hermano en la película, y todos los chicos de la bandita, que a la larga serían los que deberían ¨maltratarla ¨ , para que la corriente de afecto atenuara la tensión en los momentos más álgidos del rodaje.
P.E.A: – ¿Qué aportaron a la historia tanto Leticia Bredice como Daniel Aráoz?
Edgardo González Amer: – Desde mi punto de vista, crearon dos personajes con muchos matices. Son actores que pueden trabajar por fuera del naturalismo. Leyeron el guión y entendieron el rol de Mary y de Yuca, obviamente, pero lo entendieron desde todo lo que había que agregarles , desde el trabajo del actor, para que la historia tuviera el máximo vuelo posible. Todo el tiempo propusieron, desde lo físico, el vestuario, historias de fondo y muchas veces también desde los diálogos.
P.E.A: – ¿Cuánto tiempo demandó el rodaje y qué fue lo más difícil?
Edgardo González Amer: – El rodaje duró cinco semanas, desde el 22 de enero hasta el 23 de febrero de 2018. Lo más difícil, siempre, es filmar con muy poco dinero, que redunda en falta de tiempo; esa es la dificultad general. Luego, la escena más difícil fue la de la violación, porque, aunque no se ve nada en la escena, y no había contacto físico ni nada, los chicos estaban muy impresionados, paralizados. Conversé con ellos, les mostré que no se veía nada, es más, tanto ellos como Martina estaban vestidos y no hacían contacto físico. En otra respuesta te hablé de la ¨ corriente de afecto ¨ , bueno, temían afectar a Martina aunque todo estaba absolutamente controlado y todo se mentía. Por suerte, hoy estamos todos muy sensibilizados con lo que es un abuso sexual y el daño que genera, es una concientización que llegó para quedarse, espero.