Por Pablo Arahuete
Lisérgica y violenta, Juego perverso, segundo opus de Mitzi Peirone, podría definirse como un trip delirante y extraño que toma como punto de partida el vínculo indestructible entre tres amigas enfermas de la cabeza.
Lo de enfermas de la cabeza, parece un eufemismo para no hablar de la locura pero en este caso locura sería un término liviano ante la propuesta integral, porque por momentos las protagonistas de esta suerte de relectura retorcida de clásicos como Alicia en el espejo y otros relatos infantiles con moraleja -y algo de moralina- demuestran estar perfectamente en sus cabales.
Todo es un juego como indica el título local y ese juego pide a gritos violencia, respeto de un conjunto de reglas y una relación cambiante de roles para un triángulo no necesariamente amoroso, de cuyos vértices se resalta alguna característica de cada una de las involucradas. Dos de ellas en plan fugitivas intentan alzarse con una suma importante de dinero guardado en una caja fuerte, y para ello deberán someterse “al juego” y dominio de la tercera en discordia.
La dialéctica amo y esclavo ocupa el centro; la idea de llevar los delirios al extremo también y en ese derrotero, que mezcla ficción y fantasía, se apoya el endeble andamiaje para sostener este relato hasta las últimas instancias y así escapar de convencionalismos, aunque no de estereotipos.
Por momentos, despareja en cuanto al exceso de las actuaciones, la película fluye y desde su puesta en escena plagada de detalles visuales suma un plus cuando los movimientos frenéticos de cámara y ritmo alocado le restan.
Título: Juego perverso.
Título Original: Braid.
Dirección: Mitzi Peirone.
Intérpretes: Madeline Brewer, Scott Cohen, Sarah Hay, Imogen Waterhouse, Brad Calcaterra, Mauricio Ovalle, Mary Looram y Nancy Ozelli.
Género: Terror, Thriller.
Clasificación: Adultos.
Duración: 82 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2018.
Distribuidora: BF París (cine on line).
Fecha de Estreno: 10/12/2020.
Puntaje: 6 (seis)
