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viernes, 3 mayo 2024
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Mi abuela es un peligro 2: Estirada como la tanga de Big Momma

Martin Lawrence es un comediante de cierta popularidad en su país y hay algunos sectores de la prensa que no hesitan en ensalzarlo como uno de los más talentosos humoristas de la escena local. A pesar de ello los mismos aduladores que lo suben al pedestal que comparte con otras figuras como Eddie Murphy o Will Smith (Lawrence actuó con ambos en varias ocasiones; con el primero en Boomerang y Life y con el segundo en Bad Boys y su secuela) lo bajan de un hondazo sin que les tiemble el pulso cada vez que el hombre se manda un desliz. Mi abuela es un peligro 2, y ya que estoy meto en el combo también a la precuela, es uno del tamaño de su falsa protagonista: gordo. Muy gordo.

Hay películas tan penosas de ver, que la sola idea de tener que padecer nuevamente con los mismos personajes desagradables, y por favor obsérvese que no estoy criticando la unidimensionalidad de los mismos que ya es cosa sabida de antemano, en una nueva “historia” dirigida a la familia con consejitos llenos de moralina que salen de la boca deforme de Big Momma puede espantar al más curtido de los críticos.

Voy a ser sincero: malogrado como está, el filme de John Whitesell es menos ofensivo que el original por haber abandonado, al menos parcialmente, esa insistente tendencia a hacer chistes con la escatología. Ese tipo de recurso puede causar algún efecto positivo dosificado con cuentagotas pero cuando pasa a ser el esqueleto en el que se sustentan la gran mayoría de los gags la gracia se convierte en humor repulsivo. El problema con el regreso de Big Momma a la pantalla es que, aún atenuadas las groserías, la puesta en escena y el guión carecen de sorpresa, timing o ingenio. Mostrar una tanga que parece una carpa y pretender que eso sea un hallazgo cómico es faltarles el respeto a los espectadores que seguramente podrían dedicar su tiempo a algo más productivo en lugar de ser tomados por estúpidos.

Mi abuela es un peligro 2 comparte con Niñera a prueba de balas una premisa más o menos parecida ya que tanto el agente del FBI Malcolm Turner (Lawrence) como el marine Shane Wolfe (Vin Diesel) deben hacerse cargo de los quehaceres de una casa y, más que nada, de cuidar a los niños que la habitan. Malcolm está caracterizado e infiltrado a lo Robin Williams en Papá por siempre para cumplir una misión relacionada con la seguridad nacional y Shane, en cambio, simplemente fue asignado para proteger a la familia de un posible secuestro. Los dos resultan anodinos por culpa propia -increíble cómo se desprestigian aceptando estos roles en comedias de cuarta categoría- y ajena pero a Lawrence le cabe mayor responsabilidad pues es uno de los productores del engendro.

Llena de situaciones organizadas como sketches, totalmente inconexas unas con otras, la película luce estirada como la tanga de la septuagenaria. Cuando llegan los títulos finales la sensación imperante es equivalente a la de haber sobrevivido al hundimiento del Titanic. Uno se alegra de que todo haya terminado pero la pesadilla no deja de proyectarse en nuestra cabeza. El concepto de vergüenza ajena cobra aquí un nuevo sentido y convierte a un papelón patético en un tsunami cinematográfico del que es imposible escapar indemne. El único consuelo que me queda es el olvido.

Título: Mi abuela es un peligro 2.
Título Original: Big Momma’s House 2.
Dirección: John Whitesell.
Intérpretes: Martin Lawrence, Nia Long, Emily Procter, Zachary Levi, Mark Moses, Kat Dennings, Chloë Grace Moretz, Marisol Nichols, Josh Flitter, Dan Lauria, Jascha Washington y Max Van Ville.
Género: Secuela, Comedia, Policial.
Clasificación: Apta todo público.
Duración: 99 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2006.
Distribuidora: Fox.
Fecha de Estreno: 02/02/2006.

Puntaje: 1 (uno)

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