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martes, 30 abril 2024
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Sin destino: El triunfo de la voluntad

Por Pablo E. Arahuete

Resulta muy complicado hoy por hoy encontrarle una vuelta de tuerca a un tema urticante como el de los campos de exterminio donde se aniquilaron seis millones de judíos. Aunque la intención podría ser otra, es imposible evitar las postales del Holocausto sin tener la sensación de haberlo visto todo: pilas de cadáveres transportados en carretillas, miles de cuerpos esqueléticos hacinados, famélicos, sometidos a tortuosas jornadas laborales y por supuesto a cada segundo la manifestación de la muerte en vivo o en la expresión de los rostros que se apagan. Pero así como el horror se respira y se sufre a cada instante, cualquier reacción vital -por más imperceptible que sea- resignifica el milagro de estar vivo, celebra el increíble poder de la voluntad frente a la adversidad. Por eso las palabras de Gyuri, protagonista del film, no suenan a demagogia ni a discurso negador cuando afirma haber vivido “los momentos más felices” en el campo de Auschwitz o Buchenwald.

Esta frase contiene el espíritu de Sin destino, debut en la dirección del prestigioso director de fotografía Lajos Koltai. Habitual colaborador del director Itzvan Szavo, Koltai afronta el desafío de contar otra historia de supervivencia de la Shoa pero a través de los ojos de un chico de 14 años. Gyuri, igual que tantos otros húngaros judíos, ignora por completo lo que le espera cuando baje del tren en el desolado campo de trabajo. Allí, cientos de hombres, mujeres y niños son maltratados por los guardias nazis y separados en grupos. Una vez que cruce la entrada ya no será Gyuri, sino sólo un número que deberá pronunciar en perfecto alemán si desea sobrevivir.

Basada en la novela homónima del Premio Nobel de Literatura 2002 Imre Kertesz, colaborador en el guion, el relato reconstruye a modo de viñetas, su experiencia y su lucha interior con una explícita toma de posición ante la idea de la resignación o fatalidad del destino, discurso que subrepticiamente se desliza desde otros personajes. Y al estructurarlo en viñetas que se clausuran abrupta e intempestivamente con fundidos a negro, el realizador consigue imprimir la sensación de presente puro como también la impresión de que el tiempo está abolido.

Sin tiempo, ni identidad, aparecen el recuerdo o la proyección de futuro como vía de escape, o por lo menos esa es la chance que le muestra al muchacho su compatriota, quien lo salva en el momento más crítico cuando el hambre, el frío y la enfermedad parecen invencibles.

Sin destino asimila desde sus imágenes reconocibles por todos esa sutil diferencia entre la poesía visual y el esteticismo con una impecable realización. Si bien en la banda sonora, de Ennio Morricone, prevalece un dramatismo y un tono melancólico que se transmite en la pantalla, Koltai no se excede con lo lacrimógeno.

Un film opresivo, contundente que rescata la fortaleza humana frente a las atrocidades sin necesidad de negar la historia.

Título: Sin destino.
Título Original: Sorstalanság aka Fateless.
Dirección: Lajos Koltai.
Intérpretes: Endre Harkanyi, Marcell Nagy, Aron Dimeny, Andras M. Kecskes, József Gyabronka y Daniel Craig.
Género: Drama, Romance, Bélica.
Clasificación: Apta mayores de 16 años, con reservas.
Duración: 140 minutos.
Origen: Hungría/ Alemania/ Reino Unido/ Israel/ Francia/ EE.UU.
Año de realización: 2005.
Distribuidora: Eurocine.
Fecha de Estreno: 23/11/2006.

Puntaje: 8 (ocho)

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