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viernes, 3 mayo 2024
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La felicidad trae suerte: Negando a la gente común

Por Emiliano Fernández

Estamos ante una verdadera malformación cinematográfica, una película que a la enorme mayoría del público le resultará tan singular como desconcertante. La felicidad trae suerte (Happy-Go-Lucky, 2008) es una anti-comedia del británico Mike Leigh sobre el optimismo más hedonista. Literalmente aquí los personajes se ríen mucho más que los espectadores y esta inversión de roles puede generar algo de irritación en receptores desprevenidos. En lo que respecta a la inclaudicable alegría solipsista que recorre la propuesta, toda ella está condensada en la protagonista absoluta, la siempre sonriente Poppy (Sally Hawkins).

Nuestra heroína es una hippie trasnochada que se siente a gusto con su vida y disfruta viendo el lado positivo de las situaciones. Esta maestra jardinera de los suburbios londinenses vive desde hace diez años con una entrañable amiga, la ácida Zoe (Alexis Zegerman), quien funciona como contrapeso de tanta “buena onda” disparada a mansalva. Las dos primeras escenas pintan de lleno al film: en la primera Poppy visita una librería y a la salida descubre que le han robado la bicicleta, en la segunda ella y sus amigas se emborrachan en un boliche y bailan desaforadas al ritmo feroz de Common People de Pulp.

De hecho, la no- historia sigue el devenir cotidiano de la treinteañera durante un puñado de semanas. Dentro de una serie de encuentros determinados por el azar sobresale la relación con el perturbado Scott (Eddie Marsan), un instructor de manejo al que recurre cuando decide que es hora de aprender a conducir. El colorido diseño de producción y el trabajo del elenco, en especial las apabullantes interpretaciones de Hawkins y Marsan, son los puntos más fuertes del proyecto. Pero lamentablemente el guión, firmado por el propio director, tiene algunos baches que imposibilitan un mayor desarrollo de las intenciones revulsivas.

Con el transcurso del tiempo Leigh ha demostrado ser un artista bastante irregular: tenemos desde excelentes dramas costumbristas como Secretos y Mentiras (Secrets & Lies, 1996) y El secreto de Vera Drake (Vera Drake, 2004), hasta obras a mitad de camino como Naked (1993) y productos fallidos como Simplemente amigas (Career Girls, 1997) o Topsy-Turvy (1999). La felicidad trae suerte está en la frontera entre los dos extremos, picando alto en ambición conceptual y defraudando en cuanto a realización concreta. Aunque le falta inspiración y mucha garra, alcanza la medianía con una loable pretensión de incomodar.

El film demuestra inteligencia en el mismo hecho de no exaltar gratuitamente ni tampoco condenar a la protagonista, permitiendo que cada uno saque sus conclusiones y dictamine hasta qué grado los arranques de simpatía caótica de Poppy son respuestas meditadas ante un entorno vital hostil o quizás latiguillos infantiles para escapar de un mundo que casi nunca le devuelve la sonrisa (en este sentido la escena con el vagabundo es muy interesante). En ningún momento conocemos el origen de su actitud o la causa de la de Scott. Parece que combatir la depresión y la paranoia requiere obviar a la “gente común”…

Título: La felicidad trae suerte.
Título Original: Happy-Go-Lucky.
Dirección: Mike Leigh.
Intérpretes: Sally Hawkins, Alexis Zegerman, Eddie Marsan, Andrea Riseborough, Sinead Matthews, Sarah Niles, Joseph Kloska y Sylvestra Le Touzel.
Género: Comedia, Drama, Romance.
Clasificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 118 minutos.
Origen: Reino Unido.
Año de realización: 2008.
Distribuidora: SP Films.
Fecha de Estreno: 18/06/2009.

Puntaje: 6 (seis)

El staff opinó:

Con este intento de comedia poco lúcida e interesante donde el único atractivo es su protagonista, el director inglés Mike Leigh confirma que lo suyo no es este género y debería replantearse a partir de ahora seguir por la senda del melodrama social como El secreto de Vera Drake. Apenas alguna risa y el costumbrismo habitual en este tipo de propuestas…Pablo E. Arahuete (5 puntos)

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