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viernes, 11 julio 2025
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El juego del calamar (Temporada 3): ¿La nueva Marvel surcoreana?

Por Guillermo Barrera, corresponsal de Nueva Tribuna España

En los últimos 20 o 30 años, la industria audiovisual surcoreana aupa como ninguna, y se consolida como una de las potencias cinematográficas más influyentes del siglo XXI. Lo ha hecho a través de grandes películas, cineastas de renombre y una apuesta clara por la calidad narrativa y visual. Prueba de ello son los logros históricos que han sacudido el panorama cinematográfico global, como el éxito en los Oscar de Parasite (2019), la primera película de habla no inglesa en alzarse con los grandes premios de la Academia de Hollywood. Y ahora, también en la pequeña pantalla, El Juego del Calamar, se ha convertido en un fenómeno televisivo global que confirma la potencia creativa del cine surcoreano. Una ficción comercial de alto impacto, que ofrece un retrato feroz no solo de la sociedad coreana, sino también de la sociedad contemporánea en general. Una crítica envuelta en espectáculo, diseñada para el consumo global… pero con una identidad propia e inconfundible.

Con el cierre de su tercera y última temporada, que consta de 6 capítulos, los cuales ya están disponibles en Netflix, es el momento perfecto para analizar (sin spoilers) no solo este desenlace, sino todo lo que ha significado esta serie. La primera temporada, llegó en 2021, y en apenas 28 días, fue devorada por millones de espectadores de todo el mundo, y hoy sigue siendo, la serie más vista de la historia de Netflix. Una primera entrega, con un punto de partida de supervivencia distópica ya vista, pero con una envoltura única, que deslumbró por su combinación de elementos: violencia estilizada, estética infantil pervertida, carismáticos personajes y una crítica social cruda. Un Battle royale desesperado donde los participantes, arrinconados por las deudas, no tienen más remedio que apostar sus vidas.

La segunda entrega, llegó a finales del año pasado (2024), algo más irregular e incompleta, puesto que sirvió como puente narrativo. Una temporada de tránsito donde la historia se expandía, presentaba nuevos personajes y las piezas se recolocaban para preparar el desenlace. Fue menos intensa, pero necesaria. Y ahora, con esta tercera y última temporada, nos entrega un cierre de enorme tensión, que, en líneas generales, es eficaz. Mención especial para el 3×02: posiblemente el mejor capítulo de toda la serie, absolutamente desgarrador.

Aunque la historia central llega a su punto final, comienza a expandir su lore y allanar el camino para lo que viene. Un universo compartido, al estilo Marvel, donde el gigante de streaming parece haber encontrado en esta franquicia su mina de oro: para el próximo año está prevista la versión yanqui y una precuela ambientada en 1987. A esto se suman varios spin-offs para 2027 y 2028, lo que confirma que El Juego del Calamar se vuelve franquicia televisiva. Porque la serie, más allá de sus valores narrativos, ya se ha transformado en un fenómeno de consumo masivo, con su propio código visual, iconografía y mitología reconocible: las máscaras geométricas, los monos rosas, la estética de parque infantil convertido en escenario macabro.

Y, por encima de todo, un mensaje: la desigualdad social, que, aunque es reiterado a lo largo de toda la serie, no queda plasmado como un mensaje impostado ni populista.

Eso sí, personalmente, uno de los elementos más cuestionables de la serie son los llamados VIP: esas élites grotescas, satíricas y caricaturescas que observan el juego como si fuese una obra de teatro privada. Como idea funcionan: representan al sistema, a los que se benefician del dolor ajeno. Pero en la ejecución, me fallan las interpretaciones, son forzadas, y quizá mal dirigidas. Una sátira que rompe el tono general de la serie y que me genera, personalmente, un rechazo.

Detrás de este éxito está su creador: Hwang Dong-hyuk, un director que ha sabido mantener una visión autoral dentro de una maquinaria comercial. Antes de crear este éxito global, ya tenía una filmografía interesante. Recomiendo dos películas: Silenced (2011), protagonizada por Gong Yoo, y La Fortaleza (2017), una delicia bélica e histórica de enorme poderío visual (ambas disponibles en Netflix).

El reparto también es fundamental: protagoniza Lee Jung-jae, no es el personaje más carismático ni el mejor escrito, pero tiene cierta profundidad y desarrollo. Aunque es un actor con filmografía destacable, esta serie le catapulta al estrellato internacional, llevándole incluso a participar en la saga Star Wars y debutar como director con la irregular pero interesante Hunt (Heon-teu, 2022).

A su alrededor se despliega un abanico de personajes tan amplio como carismático. Lo interesante es la diversidad del reparto: personajes de todas las edades y géneros, con historias cruzadas, motivaciones complejas y perfiles morales ambiguos. Mención especial merece también la incorporación en la segunda temporada de T.O.P, veterano del K-pop y exmiembro de BIGBANG, que resurge aquí tras años de silencio mediático.

En líneas generales: El Juego del Calamar ha sido esa ambigüedad o equilibrio extraño entre lo grotesco y lo entrañable: donde los juegos tradicionales coreanos se convierten en escenarios de muerte y supervivencia. Y, por encima de todo, su lectura social sigue siendo tan potente como necesaria.

Esta tercera temporada cierra con contundencia una historia que, en realidad, nunca pensó en acabarse. Porque si algo ha demostrado esta serie es que el juego no termina. Un producto comercial, sí, pero construido con inteligencia, tensión narrativa y personalidad suficiente como para justificar su fenómeno. Es intensa, bien escrita, visualmente poderosa, y con un universo lo suficientemente rico como para seguir creciendo. La gran pregunta ahora es: ¿cuánto más durará la batería de este fenómeno? Por lo pronto, el juego sigue.

Título: El juego del calamar (Temporada 3). Título Original: Ojing-eo geim. Dirección y guion: Hwang Dong-hyuk.
Intérpretes: Lee Jung-jae, Lee Byung-hun, Wi Ha-joon, Im Si-wan, Kang Ha-neul, Park Gyu-young, Park Sung-hoon, Yang Dong-geun, Kang Ae-shim, Jo Yu-ri, Lee David y Roh Jae-won.
Género: Serie, Acción, Thriller, Misterio.
Calificación: AM 16 años.
Duración: 6 episodios de entre 55 y 66 minutos.
Origen: Corea del Sur.
Año de realización: 2025.
Plataforma: Netflix.
Fecha de estreno: 27/06/2025.

Puntaje: 7 (siete)

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