Por Omar Tubio
En medio de mucha expectativa y de una supuesta polémica generada en torno al film antes de su estreno oficial, finalmente Jorge Coscia (Sentimientos…, El general y la fiebre) pudo presentar su último trabajo en los cines argentinos. Expectativa y polémica 
conjugadas en una sola persona: Luca Prodan, figura mítica y líder absoluto de Sumo, una de las bandas argentinas más representativas del rock nacional de los ochenta. Al parecer Coscia se enfrentó con algunos problemas a la hora de poder contar, por ejemplo con algo vital para su proyecto: la música y las canciones del famoso grupo, reemplazando éstas por composiciones hechas especialmente para la película, intentando retratar el espíritu de las mismas. Primer error. Como pasó con la exitosa Tango feroz, la principal razón de ser del film no existe.
Basada ligeramente en la obra teatral homónima de Carlos Polimeni, el director recurre al documental de ficción para tratar de reflejar en él la personalidad, el pensamiento y las vivencias internas de un personaje tan al límite, que su trágico final se adivina a poco de comenzar. Así asistimos a innumerables escenas donde se ve a Luca en ambientes donde reina el alcohol, la droga y muchas mujeres. Ya sabemos que del escenario poco y nada y que las referencias a Sumo son tan escamoteadas como absurdas (hay dardos para Pettinato e incluso para los contratos leoninos del Sr. Grinbank).
Coscia se carga la cámara al hombro y filma de manera casi “dogmática” con planos cortos y desde diversos ángulos. Utiliza tanto el color como el blanco y negro y echa mano de un
recurso ya usado en la magnifica The Wall en cuanto a la animación en el plano onírico. Pero el hablar o filmar dentro de los míticos Cemento o el Parakultural no alcanzan para dimensionar en su justa medida una época tan referencial como los 80, ni siquiera la utilización de los recurrentes flashbacks con las Madres de Plaza de Mayo, que aparecen de este modo como muy descolgados.
Queda de esta manera una película fallida desde todo ángulo, de una extensión en su duración totalmente desproporcionada, donde lo más sobresaliente sin dudas es la composición sentida de Daniel Ritto como Luca, que no alcanza de todas formas para dar sustento a una obra que no cumple con su principal cometido. Quién no conozca absolutamente nada de su protagonista, solo verá el retrato de un hombre destruido por sus adicciones y sus fantasmas, pero no accederá jamás al perfil de un artista, ni mucho menos comprenderá su valor dentro del contexto de la música popular argentina.
Título: Luca vive.
Título Original: Idem.
Dirección: Jorge Coscia.
Intérpretes: Daniel Ritto, Valeria de Luque, Lorena Damonte, Tom Lupo, Adriana Pérez Gianny, Omar Chabán, Ada Quiñones.
Género: Biopic, Musical.
Clasificación: Apta mayores de 16 años con reservas.
Duración: 111 minutos.
Origen: Argentina.
Año de realización: 2002.
Distribuidora: No disponible.
Fecha de Estreno: 10/10/2002.
Puntaje: 4 (cuatro)
