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viernes, 3 mayo 2024
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Todos los hombres del rey: Sobre las élites dirigentes

Por Emiliano Fernández

Este film de Steven Zaillian, ganador del Oscar por el guion de La lista de Schindler (Schindler’s List,1993), se basa en el libro homónimo de Robert Penn Warren y en la primera adaptación para la pantalla grande del mismo, versión que data de 1949 y que ganara varios Oscar, incluido el de mejor película. Esta remake pretende aggiornar los personajes centrales, suavizar los conflictos políticos y reforzar el costado melodramático del relato.

La historia se centra en el ascenso del ambicioso Willie Stark (Sean Penn) desde sus orígenes humildes hasta la cúspide de la escena política estadounidense y la gobernación del estado de Luisiana. El que comienza siendo un idealista que denuncia los turbios manejos del gobierno de turno, progresivamente se convertirá en un líder despiadado que no dudará a la hora de destruir a sus adversarios con terribles artimañas, patoterismo punzante y amenazas varias. Todo es visto a través de los ojos del pragmático periodista Jack Burden (Jude Law), un miembro ambivalente de la clase acomodada local que se suma al proyecto político de Stark, trabajando como un secuaz todo terreno. Una vez en la gobernación, el personaje de Penn mantiene un serio enfrentamiento con el juez Irwin (Anthony Hopkins), por lo que le encarga a Burden encontrar algo de “ropa sucia” para ventilar en público. El problema de conciencia surge porque el juez es un viejo conocido de Burden, prácticamente un “padre simbólico” para él. Pero la veta melodramática de la película no se acaba allí: Stark y Burden, para colmo, andan sin saberlo con la misma mujer, Anne Stanton (Kate Winslet). Con semejante lío alrededor del poder, los egos y las polleras, no es de extrañar que todo se complique de a poco.

Todos los hombres del rey (All the King’s Men, 2006) no es un film desdeñable, funciona relativamente bien como un análisis general sobre la política y la moral, tamizado con toques dramáticos que involucran relaciones románticas cruzadas y traiciones familiares. Sin embargo, por momentos los personajes son un tanto caricaturescos y la transición de Stark de “inocente” a “corrupto” es un poco forzada y simplona. Pero donde más sufre la película es en el terreno de las comparaciones. Como mezcla de drama y thriller político, es inevitable la analogía con la película de 1949 del mismo nombre. Mientras que en aquella veíamos a un Stark mucho más salvaje, desconsiderado y vengativo, ahora nos encontramos con una desconcertante suavización del protagonista durante la primera mitad (la que describe su surgimiento y despegue) y un apuntalamiento de los componentes trágicos durante la segunda parte del film (donde se desarrolla el drama de celos y deslealtades). Si antes ambas vertientes corrían exitosamente juntas, ahora se nos presentan reestructuradas y divididas temporalmente, generando un gratuito e innecesario conflicto narrativo.

Pero no todas son rosas para la versión original del ’49; ésta ya era una limitada derivación, una coda reduccionista de los principales tópicos y líneas argumentales que plasmó a lo largo de su carrera el genial Orson Welles. Solo basta tener presentes los vínculos entre política, economía y sociedad que encontramos en sus obras maestras El ciudadano (Citizen Kane, 1941), Soberbia (The Magnificent Ambersons, 1942), Macbeth (1948) Mr. Arkadin (1955), Sed de mal (Touch of Evil, 1958) y El proceso (Le Procès, 1962).

Si Todos los hombres del rey decae en el trazado de similitudes y diferencias es tanto por sus debilidades formales y sus simplificaciones en el orden del contenido, como por el ilustre pasado que la precede. Si dejamos de lado los antecedentes cinematográficos en relación al núcleo temático “formación y reproducción de los estructuras dirigentes”, podemos apreciar un film bienintencionado que brinda interesantes actuaciones de Sean Penn, Jude Law, Anthony Hopkins y Kate Winslet. A pesar de ser un tanto cobarde en su planteamiento general y un poco esquemático en la descripción del político protagonista, Todos los hombres del rey ayuda a centrar el ojo social en las maquinarias gubernamentales, las élites políticas y los oscuros mecanismos que garantizan la permanencia en el poder y la impunidad de muchos demagogos, hipócritas, corruptos… y hasta asesinos.

Título: Todos los hombres del rey.
Título Original: All the King’s Men.
Dirección: Steven Zaillian.
Intérpretes: Sean Penn, Jude Law, Kate Winslet, Patricia Clarkson, James Gandolfini, Anthony Hopkins, Mark Ruffalo, Talia Balsam, Kathy Baker, Jackie Earle Haley y Frederic Forrest.
Género: Drama, Thriller.
Clasificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 128 minutos.
Origen: EE.UU./ Alemania.
Año de realización: 2006.
Distribuidora: Columbia/ Sony.
Fecha de Estreno: 09/11/2006.

Puntaje: 6 (seis)

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