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martes, 11 noviembre 2025
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Adoración: Un laboratorio de experimentación actoral

Por Fernanda Descamps

Ver en Adoración (Adoration, 2008) que Simon (Devon Bostick) planea con su profesora Sabine (Arsinée Khanjian) la profundización de un ejercicio de redacción ficcional en francés con el fin de presentarlo como verdad, conduce a preguntarnos qué hubiese pensado el maestro, actor y teórico del teatro Constantin Stanislavsky; estudioso del arte dramático y obsesionado con el trabajo del actor en función de la construcción del personaje. Esta hipotetización seguramente fue prevista por Atom Egoyan, quien además del cine está involucrado en las artes escénicas. En consecuencia es lícito considerar al film en tanto laboratorio de experimentación práctico de los tópicos teatrales tradicionales considerados por el teatrista ruso mencionado; tópicos que repetidas veces fueron revisados y reformulados por teóricos posteriores y contemporáneos: mediante qué procedimiento y técnica puede el actor instalar un “como si” (lo representado) perteneciese a la realidad. Lo cierto es que ese “instalar” implica un pacto ficcional que el protagonista de Adoración desatiende voluntariamente, convirtiéndose así en un manipulador demagogo y emocional sin punto de equilibrio, ya que la suma total del poder se encuentra en manos del mentor de una ficción desconocida para un receptor que la considera real. En conclusión, Adoración parte de este ejercicio dramático -propuesto por la enigmática y sospechosa profesora Sabine- para zambullirse en la historia familiar de Simon. La meta es desentrañar una única verdad capaz de construir (o reconstruir) una nueva imagen paternal, ya que la actual es producto de una multiplicidad de interpretaciones que aportan a la configuración de un retrato paterno (y materno) distorsionado. Adoración es, en fin, una trayectoria hacia la dilucidación y concreción de una identidad que aguarda ser rescatada entre los escombros.

Una narración anacrónica ordena las escenas a partir de un patrón lógico que resulta claro y eficaz en función de la integración de la historia, la cual se va completando gradualmente por medio del recurso del montaje alternado; creador de un suspense que en Adoración es emocional y dramático. Si bien la historia se ubica en un aquí y ahora concretos (época navideña de la Canadá actual), el film nos da acceso a un pasado imaginario que se encarga de actualizar la ficción de Simon a la vez que a uno verídico figurado en los recuerdos de algunas escenas familiares y en las memorias grabadas del abuelo. Por otro lado, la pluralidad de espacios puede pensarse a partir de dos dípticos compuestos por: la casa del lago y el hogar familiar (una, sede de la autoridad conservadora y patriarcal, la otra, lugar idílico de amor y contención) y el aula escolar y el cuarto de Simon (núcleo genético de la actividad ficcional y foro cibernético de intercambio comunicacional, respectivamente).

Si bien es correcto considerar a Adoración como film-ensayo acerca de la relación ficción-realidad y, específicamente, de las consecuencias generadas cuando una ficción es desconocida como tal y considerada verdad; también es correcto mencionar que Egoyan no se olvida de reflexionar sobre asuntos interesantes, perfectamente integrados y justificados en la narración, como ser la implicancia de los mass-media en la vida (pos)moderna, las diferencias culturales derivadas de distintas -y opuestas- creencias religiosas tales como el cristianismo y el Islam (con sus correlatividades capitalistas y terroristas, respectivamente), la contemplación y fascinación ante el talento artístico eficientemente explotado, la coexistencia de múltiples verdades habilitadas por numerosos interpretantes, la reflexión metadiscursiva del cine en tanto dispositivo artístico y de creación de mundos verosímiles. Por último, es necesario remarcar que el visionado del film exige una intensa implicancia emocional particularmente reclamada por precisos recursos melodramáticos (como la construcción de distintos triángulos de interrelación, entre otros ejemplos) que aseguran el funcionamiento del drama familiar; un drama familiar que se propone y construye como un puzzle cuya pieza clave se condensa en la voluta de un violín.

Título: Adoración.
Título original: Adoration.
Dirección: Atom Egoyan.
Intérpretes: Devon Bostick, Scott Speedman, Rachel Blanchard, Louca Tassone, Kenneth Welsh, Arsinée Khanjian y Yuval Daniel.
Género: Estreno en DVD, Drama.
Calificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 101 minutos.
Origen: Canadá.
Año de realización: 2008.
Editora: Sony.
Fecha de lanzamiento: 11/11/2009.

Puntaje: 7 (siete)

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