Una mujer que atravesó sus propios incendios y se ha convertido en un auténtico peligro para todos quienes la rodean acude a Maniáticos Anónimos. Sus problemas no tardan en evidenciarse: el fuego del alma renueva, pero también consume. Fuego, fuerza misteriosa e impredecible, como el amor. En clave de comedia dramática y con tintes autobiográficos, la historia que se nos relata sigue a Fabiana Cantilo en el personaje de una mujer que, presa de la desesperación, busca reconstruir su vida, enfrentar un pasado oscuro a través de la espiritualidad y reencontrarse con su hija.
La propia cantante y compositora fue quien comenzó a gestar la idea del guion, allá por 2016. Casi una década después, arriba a las pantallas en forma de largometraje, con un elenco integrado por Gastón Pauls, Pipo Cipolatti, Inés Estévez, Julia Zenko, Sergio Boris, Andrea Rincón y Viviana Saccone, entre otros. Lo hace bajo la dirección de Gabriel Grieco, cineasta de gran diversidad, también autor de cortometrajes y de un centenar de videos musicales.
Apenas unos minutos de proyección alcanzan para exhibir la precariedad de un producto consumido por sus propias cenizas. Los diálogos intrascendentes y las situaciones inconexas que, minuto a minuto, se acumulan vuelven la trama un grandioso disparate…en la peor de sus acepciones. Las frases hechas —como que ‘el dolor es un gran maestro’ o ‘que la verdad salga a la luz’— se precipitan hasta vaciar de sentido todo lo que la pantalla nos devuelve.
Eligiendo no correr riesgos, los responsables de este despropósito prefieren la completa confusión a la mínima noción de reflexión. ‘La vida es la mejor escuela’, dice su leitmotiv musical (la banda sonora se encuentra compuesta por la propia Cantilo, junto a Marisa Mere), aunque llevado a los hechos dicha lección se diluye bien pronto. La problemática que atraviesa la protagonista, mencionada de forma concreta recién a los cincuenta minutos de metraje, es abruptamente interrumpida, eligiendo el peor de los modos para abordar una temática tan delicada como la que –torpemente- plantea hacia su desenlace.
El trabajo de cámara, de nivel casi amateur, y el recurso del flashback, utilizado con completa haraganería, convierten la experiencia en algo próximo a lo insufrible. Cuando Lágrimas de Fuego -carente de forma y contenido- intenta ser dramática, se vuelve solemne; cuando quiere ser graciosa, cae en el absurdo, mientras la puesta intenta sostenerse entre cameos que funcionan más como guiños amistosos que como sustancia narrativa.
El resultado es una suma de anécdotas y vivencias, una más prescindible que otra, con el vuelo creativo de una mediocre tira televisiva de media tarde. Lágrimas de Fuego confía en un poder superior al que entregar su suerte, pero la evidencia en su contra es apabullante: ciertas tomas de cámara parecen un experimento casero y la dirección de actores con poco oficio en la solapa brilla por su ausencia. Vergonzoso. Hacer cine es otra cosa.
Título: Lágrimas de fuego.
Título original: Idem.
Dirección: Gabriel Grieco.
Intérpretes: Fabiana Cantilo, Gastón Pauls, Inés Estévez, Magui Bravi, Lola Abraldes, Viviana Saccone, Pipo Cipolatti, Elvira Onetto y Andrea Rincón.
Género: Drama, Comedia.
Calificación: AM 16 años.
Duración: 82 minutos.
Origen: Argentina.
Año de realización: 2024.
Distribuidora: Apima.
Fecha de estreno: 09/10/2025.
Puntaje: 1 (uno)
