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domingo, 28 abril 2024
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Identidad secreta: Las chicas miran acción

Por Marcos Rodríguez

Incluso quienes no vimos ninguna de las películas de la saga Crepúsculo, terminamos conociendo (a fuerza de posters, propagandas, tráilers, televisión y demás parafernalia) a los chicos con los que al parecer sueñan todas las chicas: el vampiro pálido y el hombre lobo étnicamente ambiguo. La saga sigue, pero gracias a su éxito cada una de sus estrellas ha intentado abrirse camino con proyectos propios. Si el vampiro pálido tuvo su intento romántico (entre otros) con Agua para elefantes, el hombre lobo Taylor Lautner lo intenta ahora con una película de acción y suspenso, con agentes secretos, identidades robadas y demás.

Estaba claro, de entrada, que este proyecto estuvo pensado siempre para el público adolescente (una buena tajada del mercado). En principio, uno podía suponer que la fórmula no era necesariamente mala: el cine siempre se llevó bien con el público adolescente y las películas de acción suelen atraer a ese público. Pero al ver Identidad secreta descubrimos algo: la película apunta al público adolescente, pero está orientado (casi exclusivamente) al público femenino. Ese no es el público que suele ir a ver estas películas.

¿Por qué decimos que Identidad secreta está pensada para el público femenino? No se trata simplemente de la preeminencia ridícula de Lautner en pantalla. No es cuestión tampoco de la infinidad de planos que parecen sacados de una propaganda de desodorantes. Tampoco es por los momentos gratuitos de Lautner sin remera o por las escenas cargadas de “sentimientos”, en los que el protagonista llora o siente timidez a la hora de encarar a su vecinita de toda la vida. No, Identidad secreta se revela como una película de acción pensada para chicas adolescentes (ese público que no suele mirar películas de acción) por un simple hecho: la acción en esta película importa bastante poco. Hay una persecución, un tiroteo, dos peleas a puño limpio (de las cuales una es falsa). La trama que explica la “guerra” entre agentes secretos parece por momentos enmarañada y cuando finalmente es hora de revelarla resulta sosa y sin interés. Puede ser, por supuesto, que todo esto sean síntomas no de una película de acción para chicas, sino simplemente de una película mal hecha.

No se puede decir, por otro lado, que las (pocas) escenas de acción estén mal hechas. En general, están filmadas de una forma prolija, se entiende lo que pasa, no se abusa del montaje, el ritmo es parejo. Pero no hay demasiada tensión y los personajes no nos importan demasiado (a no ser que ya estemos enamorados de Lautner). El chico lobo Lautner, a su vez, se maneja bien en estas secuencias. El problema es todo lo demás.

Los malos (que son unos cuantos) proliferan, no se entienden, su motivación resulta bastante débil (además de azarosa) y tampoco importan mucho. Eso, en una película como esta, siempre es un problema grave. El peligro tiene que tener una cara y tiene que ser amenazador. Acá hay dos bandos (aunque al principio no se entiende), se supone que (paranoicamente) todos son malos, pero al final triunfa el orden gubernamental. Es difícil, sin embargo, enojarse con el costado “de espionaje” de esta película, porque ni a ella le interesa.

Contrapicados varios, desplazamientos que no se entienden mucho, planos del musculosito cargado de amor y sentimientos, y una historia que suena un poco a Harry Potter cargado de esteroides.

Título: Identidad Secreta.
Titulo Original: Abduction.
Director: John Singleton.
Intérpretes: Taylor Lautner, Lily Collins, Alfred Molina, Jason Isaacs, Sigourney Weaver, Maria Bello y Michael Nyqvist.
Género: Acción, Drama, Misterio, Thriller.
Duración: 100 minutos.
Calificación: Apta mayores de 16 años.
Origen: EE.UU.
Año Realización: 2011.
Distribuidora: Alfa Films.
Fecha Estreno: 22/09/2011.

Puntaje: 4 (cuatro)

El staff opinó:

Frente a una “máquina del tiempo cinematográfica” tan inocente y hueca como Identidad Secreta (Abduction, 2011) uno no puede contener la sonrisa: si bien hablamos de apenas un vehículo para Taylor Lautner, no por ello deja de ser cierto que la propuesta combina con mucha torpeza los latiguillos de la “saga Jason Bourne” con todos los clichés imaginables de aquellos films de acción/ espionaje de fines de los `80 y principios de los `90. En suma, la obra de John Singleton es extremadamente inverosímil, al punto de que pasada la mitad hasta comienza a caer simpática…Emiliano Fernández (2 puntos)

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