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domingo, 28 abril 2024
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Desayuno en Plutón: El juego de las digresiones

Por Pablo E. Arahuete

Igual que con El juego de las lágrimas, el protagonista de Desayuno en Plutón es un hombre que se siente y vive como mujer. El título del film de Neil Jordan obedece, en parte, a un dicho irlandés semejante a la idea de vivir en la luna o en un mundo propio. Eso es precisamente lo que define a Patrick -o mejor dicho Patricia “Kitten” Braden- (Cillian Murphy) durante su aventura por Londres de los tempranos setentas cuando se ve involucrado en una serie de situaciones; algunas dramáticas como la lucha entre el IRA y los policías británicos (donde siempre mueren inocentes) y otras un tanto extrañas con un conjunto de personajes raros y simpáticos.

Sin embargo, pese a las bombas y los contratiempos, Patrick no claudica en la búsqueda de su madre, quien lo dejó abandonado en la puerta de una parroquia para que lo críe alguna familia sustituta. De aquella mujer fantasma -así la llama él- no quedaron rastros en el pueblo, salvo ciertas referencias físicas y su posible lugar de destino: la convulsionada ciudad de Londres.

Hacia allí parte el protagonista con sus pocas pertenencias y tras haber dejado atrás una familia virtual que siempre lo ha rechazado.

El viaje emprendido por Patrick, atravesado por una atmósfera psicodélica y onírica, es el pretexto de esta película grandilocuente y confusa que gira en torno a la búsqueda de la identidad y sus conflictos. Basada en la novela homónima de Patrick McCabe, la propuesta del director está estructurada en episodios, cuyo nexo no sólo es dramático sino musical con una banda sonora (que recorre la cultura pop de los setenta) completamente funcional a las imágenes.

Cada canción enlaza con una acción como si se tratara de capítulos de una novela. Quizás ese sea el mayor problema porque da la impresión de que el realizador de Mona Lisa no logra condensar en pantalla aquellos núcleos narrativos principales. Así, pese a los esfuerzos de crearle un mundo propio a su criatura lo hunde en una maraña de digresiones. De este modo, el relato se prolonga a más dos horas cuando la historia no merece tantos minutos.

La excesiva duración se nota, aunque a veces tal dilatación permite gozar de la excelente actuación de Cillian Murphy. Su composición transforma al transexual Patrick en una caricatura hipersensible. Presente en prácticamente todo los planos, el actor le imprime ritmo al film cuando recae en lo anecdótico pero también transparenta con sus innumerables intervenciones las falencias de un guión que no sabe qué contar.

No obstante, el cómo parece menos problemático cuando Neil Jordan se acuerda del cine y abandona su obsesión ilustrativa. No alcanzan los colores, la música ni la incursión de Liam Neeson como el párroco confundido o Stephen Rea, un mago bastante particular, como así también Ian Hart y una pequeña aparición del cantante Brian Ferry (uno de los exponentes de la época).

Desayuno en Plutón es un film irregular que funciona como “star vehicle” de un actor que promete.

Título: Desayuno en Plutón.
Título Original: Breakfast on Pluto.
Dirección: Neil Jordan.
Intérpretes: Cillian Murphy, Liam Neeson, Ruth Negga, Laurence Kinlan, Stephen Rea, Brendan Gleeson, Ian Hart, Gavin Friday, Conor McEvoy, Ruth McCabe, Steven Waddington.
Género: Comedia, Drama.
Clasificación: Apta mayores de 16 años.
Duración: 128 minutos.
Origen: Irlanda/ Reino Unido.
Año de realización: 2005.
Distribuidora: Columbia.
Fecha de Estreno: 09/03/2006.

Puntaje: 6 (seis)

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