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domingo, 28 abril 2024
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El tigre y la nieve: Una fábula de amor

Por Emiliano Fernández

Parece que Roberto Benigni aprendió la lección y en su nueva película no repitió los errores que hicieron de su anterior opus, Pinocchio (2002), un bodrio insalvable. Sin la grandilocuencia y banalidad de aquella película, El tigre y la nieve (La tigre e la neve, 2005) retoma la estructura de La vida es bella (La vita è bella, 1997), la obra que lo consagró a nivel internacional en su faceta de director (hay que recordar que ya era conocido como actor gracias a sus distintos trabajos para directores como Jim Jarmush, Federico Fellini y Bernardo Bertoluci).

Attilio de Giovanni (Benigni) es un profesor universitario que vive obsesionado con casarse con una mujer a la que ama profundamente, Vittoria (Nicoletta Braschi), a pesar de no ser correspondido en su amor. No solo la persigue buscando el “sí”, también sueña todas las noches con la posibilidad de contraer matrimonio, aunque ella se mantiene siempre renuente al más mínimo contacto. Vittoria está escribiendo la biografía de un importante poeta iraquí, Fuad (Jean Reno), por lo que decide acompañarlo a su tierra justo en los momentos preliminares a la Segunda Guerra del Golfo. Un día Attilio recibe un llamado de su amigo Fuad y se entera que Vittoria ha recibido un fuerte golpe en la cabeza como producto de un derrumbamiento a causa de los bombardeos estadounidenses sobre la zona. Al no poder conseguir ningún medio de transporte, desesperado, decide hacerse pasar por médico e ingresar a la Cruz Roja. Cuando a duras penas llega a Irak, encuentra a su amada inconsciente en la cama de un hospital y con un edema cerebral que no puede ser tratado por falta de recursos. A partir de ese momento deberá conseguir, con la ayuda de Fuad, el equipamiento y los medicamentos necesarios para garantizar la vida de Vittoria. Pero esto no será nada fácil teniendo en cuenta la invasión yanqui sobre el país.

Como en La vida es bella, aquí la primera mitad funciona como una comedia romántica de tono simple y optimista, con Benigni como un payaso chaplinesco que le permite dejar en claro su histrionismo, su exhuberancia y lo incontrolable que puede llegar a ser (como todo gran actor cómico). El film se oscurece durante su segunda mitad, también en sintonía directa con La vida es bella: el drama aparece de a poco hasta que en el final se asoma del todo. Si en la primera parte vemos una situación idílica en donde el protagonista se la pasa persiguiendo el paraíso en el cuerpo de una mujer, en el resto de la película apreciamos como la realidad se va filtrando progresivamente, por más que Attilio no se percate del horror que lo rodea debido a sus problemas personales.

Tan entretenida como sincera, El tigre y la nieve es prácticamente un ejercicio de estilo para Benigni. Aporta muy pocas novedades y, en la mayoría de su extensión, retoma temáticas ya analizadas en el pasado bajo esta misma lupa humanista (el amor, el dolor, la amistad, la guerra, etc.). Una presencia que merece ser celebrada es la del gran Tom Waits, aquí en un cameo como el pianista de esa boda onírica que se da cita recurrentemente durante la primera mitad del film. El excelente músico norteamericano aporta la hermosísima canción central, la cual aparece tanto en su versión cantada como instrumental. De hecho, El tigre y la nieve marca la reunión de estos dos viejos veteranos de las películas de Jarmush.

El film sufre de lo mismo que padecía La vida es bella. Quizás es demasiado simple, inocente, hasta trivial por momentos. Por eso se presta en demasía a la burla o a la negación apresurada. Sin embargo, esta es la intención manifiesta de Benigni, decirnos que en el medio del dolor se puede ser un apasionado de la vida, defenderla contra todos los obstáculos y conservar algo de inocencia en el camino. Esta siempre fue su postura y, más allá de que se la pueda compartir o no, el tipo sabe redondear, cuando está inspirado, una película que explicita esta concepción que puede ser simple pero no por eso desdeñable o indefendible. El italiano quiso construir una fábula alrededor del amor y lo hizo con bienvenida solvencia.

Por otro lado, Benigni demuestra inteligencia en las críticas que les lanza tímidamente a los estadounidenses. Sin ser un film político, El tigre y la nieve posee un gag antológico. Cuando Attilio ve a su amada en la camilla rodeada de moscas, decide buscar un matamoscas en un bazar cerca del hospital. Al pie de la cama de Vittoria, le grita a ella inconsciente “¡encontré las armas de destrucción masiva!”. Mirando a los insectos y con el matamoscas en mano, las comienza a bajar. El realizador/guionista/actor tiene su postura con respecto al conflicto bélico, pero se la guarda sabiendo que es mejor comediante que orador político.

Título: El tigre y la nieve.
Título Original: La Tigre e la Neve.
Dirección: Roberto Benigni.
Intérpretes: Roberto Benigni, Jean Reno, Nicoletta Braschi, Emilia Fox, Andrea Renzi, Tom Waits.
Género: Comedia, Drama, Romance.
Clasificación: Apta mayores de 16 años, con reservas.
Duración: 114 minutos.
Origen: Italia.
Año de realización: 2005.
Distribuidora: Distribution Company.
Fecha de Estreno: 28/09/2006.

Puntaje: 6 (seis)

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