back to top
martes, 30 abril 2024
InicioCríticaBlack book – El Libro Negro: Consideraciones sobre el semen y la...

Black book – El Libro Negro: Consideraciones sobre el semen y la sangre

Por Emiliano Fernández

En la Israel de 1956, Rachel Steinn, una humilde maestra de un kibutz, se encuentra accidentalmente con una vieja amiga que está de vacaciones con su esposo. La reunión es efímera pero emotiva, despertando como consecuencia dolorosos recuerdos de la Segunda Guerra Mundial, cuando ella era una joven cantante de origen judío que debió resignar sus sueños y separarse de su familia para ocultarse en la caótica Holanda de 1944 bajo ocupación nazi. La trágica historia de esta mujer comienza con el bombardeo de su refugio por parte de los aviones alemanes y la imperiosa necesidad de escapar del totalitarismo, las purgas raciales y las matanzas masivas. En función de este objetivo decide unirse a un grupo de judíos que son escoltados por miembros de la resistencia en un viaje hacia zonas liberadas del sur. Allí, de forma inesperada, se reencuentra con sus padres y su hermano. Lamentablemente la alegría dura muy poco, ya que en pleno recorrido son interceptados por una patrulla que masacra a casi todo el contingente -incluida su familia-, situación de la que sólo ella sale con vida. Sin perder tiempo, Rachel se une a las fuerzas subterráneas que luchan contra la invasión y termina infiltrándose en la sede del poder nazi en La Haya, para lo cual se ve obligada a intimar con el oficial de las SS Ludwig Müntze. Pronto descubrirá no sólo a los responsables de los asesinatos, sino también los diversos secretos que esconde la misma resistencia…

A Paul Verhoeven le llevó siete años poder completar este antiguo proyecto que tenía en carpeta desde la realización de la recordada El Soldado de Orange (Soldaat van Oranje, 1977), cuando recopiló gran cantidad de documentación sobre la experiencia de los Países Bajos en la Segunda Guerra Mundial. Como aquella estaba centrada en los vaivenes de la vida durante la ocupación, el cineasta (asistido por el guionista Gerard Soeteman) decidió construir una historia aparte que trate específicamente la labor de la resistencia contra los nazis. Luego de casi dos décadas de pulir el guión y superadas las dificultades financieras, por fin tenemos el gusto de disfrutar de esta maravilla llamada Black Book – El libro negro (Zwartboek, 2006). Mientras que El Soldado de Orange era tan amarga y directa como celebratoria y patriótica, este nuevo film constituye un complemento perfecto, el lado B, la otra cara de la moneda: aquí se desmenuza la contradictoria participación holandesa durante y después del conflicto. Desde una concepción de justicia sin perdón y adoptando la estructura de un thriller bélico con elementos de espionaje, drama y suspenso, Verhoeven nos entrega una brillante y adictiva historia de traición y venganza, en donde vuelve a poner toda la carne al asador, literalmente hablando por supuesto.

El guion, la edición y la música funcionan en conjunto como un espléndido y suntuoso mecanismo de relojería. Uno que consigue la proeza de hipnotizar al espectador para mantenerlo atornillado a la butaca por dos horas y media con una destreza que no se veía desde hace mucho tiempo. Las imprevistas vueltas de tuerca que propone el relato son más que verosímiles y están sustentadas en personajes multidimensionales capaces de los actos más viles o, por el contrario, de conductas de una valentía inusitada. En todo esto colabora el excelente trabajo del elenco, dentro del cual se destacan los protagonistas Sebastian Koch (Müntze) y sobre todo la extraordinaria y pasional Carice van Houten (Rachel). Esta última aporta una logradísima caracterización que entra en perfecta sincronía dentro del ilustre panteón de mujeres fatales con aliento masculino construidas por Verhoeven (ya no cabe duda que para este último el vello púbico femenino debería cotizar en bolsa…). Nunca deja de sorprender el talento del realizador para la dirección de actores; siempre obtiene interpretaciones memorables de individuos extremadamente diferentes entre sí. La reconstrucción histórica también es admirable y detallista, demostrando todo lo que se puede hacer a partir de un presupuesto limitado para una épica de estas proporciones, pero administrado con pericia. De hecho, los 16 millones de euros que costó la película la convierten en la más cara de la historia del cine holandés; cifra que sin embargo está muy por debajo de los cánones hollywoodenses.

El sexo y la violencia vuelven a determinarlo todo, representando el egoísmo más salvaje y la búsqueda incesante de beneficios personales. La comparación entre los seres humanos y los animales parece fundamental a los ojos del director: puestos en situaciones de ausencia casi completa de poder o acumulación extrema del mismo, desaparecen de inmediato los límites que supuestamente nos separan de las clásicas carnicerías de la naturaleza. De allí surge la decisión de dejar de lado toda insinuación cobarde de medio pelo, tan común en el cine actual en lo que respecta a los contenidos. Aquí estos siempre aparecen de forma explícita y a través de bienvenidos golpes de efecto, tan rimbombantes como sádicos (chequear la escena del tanque con excrementos, ejemplo paradigmático de crueldad cotidiana). Esta estetización ampulosa de la imagen y sus significados es manejada con mano maestra por Verhoeven, el cual a la vez que reconoce la influencia del cine porno hardcore, desparrama sin tapujos adrenalina, hemoglobina, testosterona y estrógeno en cantidades industriales. Nuevamente el semen y la sangre guían el accionar de un mundo ficcional en donde la violencia es tan gratuita, fulminante y fugaz como en la realidad (en este sentido, no llama la atención que el film esté basado en acontecimientos verídicos). Tratamiento y tema vuelven a unirse bajo la lógica despiadada, truculenta y necesaria del sexagenario holandés. Black Book es entretenimiento inteligente en su máxima pureza, un ejemplo sublime de un cine exuberante, magnifico y de una rigurosidad envidiable.

Ahora bien, la película va más allá del desmenuzamiento de las complicidades entre los invasores y los invadidos a la manera de El Pianista (2002). También retrata al repugnante y decadente régimen nazi en tanto sistema dominante no sólo fascista y racista, sino también parasitario. Aquí queda muy en claro que el nazismo, como tantos otros modelos gubernamentales autoritarios a posteriori, estaba apuntalado en el terror, las masacres, la corrupción, los robos y el caudillaje. El estado policial se constituye a sí mismo fundamentalmente a través del monopolio en el uso de la fuerza de represión pública, mecanismo principal para imponer su todopoderosa voluntad sobre el conjunto de mortales que compone la sociedad. Este aparato represivo y propagandístico de amplios alcances es el contexto en el que se inserta la trama del film, la cual a su vez está atravesada por revanchas cruzadas, trampas demoledoras y vejaciones varias. Como si todo esto fuera poco, el director nos expone un circulo vicioso de dolor y pesar, una concepción cíclica del tiempo, al empalmar el relato con los problemas y enfrentamientos del presente en Medio Oriente (lo que queda explícito en la secuencia en la que una Rachel hastiada grita sollozando “¿es que esto nunca terminará?”). Alcanzando la altura de obras inigualables y sardónicas como la citada El Soldado de Orange, Conquista Sangrienta (Flesh+Blood, 1985), RoboCop (1987), El Vengador del Futuro (Total Recall, 1990), Bajos Instintos (Basic Instinct, 1992) e Invasión (Starship Troopers, 1997), Black Book es otra obra maestra revulsiva y polémica, fruto de la mente del genial Paul Verhoeven, un verdadero animal cinematográfico en movimiento constante y siempre al acecho.

Título: Black book – El Libro Negro.
Título original: Zwartboek.
Dirección: Paul Verhoeven.
Intérpretes: Carice van Houten, Sebastian Koch, Thom Hoffman, Waldemar Kobus, Halina Reijn, Derek de Lint, Christian Berkel y Peter Blok.
Género: Bélica, Drama, Thriller.
Calificación: Apta para mayores de 18 años.
Duración: 145 minutos.
Origen: Países Bajos/ Bélgica/ Inglaterra/ Alemania.
Año de realización: 2006.
Distribuidora: Pachamama Cine.
Fecha de estreno: 23/08/2007.

Puntaje: 10 (diez)

El staff opinó:

Un film audaz donde las miserias y voluntades humanas se exponen con crudeza y las ideologías estallan como el mito de los héroes. Provocativo como siempre, Verhoeven desnuda los desastres de la posguerra pero elige un registro de film de los 50 que le quita fuerza al relato. Lo compensa con una actriz maravillosa de un carisma descomunal y una dirección magistral-. Pablo Arahuete (8 Puntos)

De vez en cuando una película conjuga la mirada profunda y sin contemplaciones del cine europeo con el ritmo y la capacidad para entretener de Hollywood. El libro negro es una de ellas. Paul Verhoeven, su director, sabe cómo construir personajes contradictorios atractivos y hacerlos chocar en un drama absorbente. Carice van Houten, la actriz principal, es todo un hallazgo: bella (rubia o morocha), inteligente y carismática. De lo mejor del año, sin dudas-. Diego Martínez Pisacco (9 Puntos)

NOTAS RELACIONADAS

Dejar una respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here

ÚLTIMAS PUBLICACIONES