Por Maximiliano Curcio
Woodstock, el festival de música más famoso, costoso e importante de todos los tiempos, es el centro del relato. A primera vista Bienvenido a Woodstock (Taking Woodstock, 2009) parece una propuesta sencilla, casi documentalista, pero Ang Lee va mas allá. Para quien entiende un poco de música, sabe que el evento en cuestión es mucho más que un festival de rock. En sus comienzos fue el espejo de una parte de la sociedad, un retrato de una porción de historia significativa. Es el movimiento hippie, es la culminación de un pensamiento social, es el estallido de la rebeldía, es el sumum del rock n’ roll.
En el año 1969 los hippies consiguen llamar la atención en un mundo que miraba hacia otro lado. Guerra, muerte y poder formaban una oscura realidad llamada Vietnam de la que el mundo era testigo. Allí, en medio de la desesperanza un festival de música con pocas pretensiones llegaría, desde el anonimato, para cambiar literalmente al mundo, sacudiéndolo con su frescura e irreverencia.
Jugando con las modas y los ambientes de la época, el realizador oriental implementa al film un lenguaje identificable que ya sea en la fotografía como en el uso de la cámara consigue captar el espíritu, las sensaciones y el colorido de una época donde la música era el puente a través del cual fluían los sentidos estimulados por una nueva mirada. Una empresa nada inalcanzable para un hombre que sabe de retratos sociales en épocas tan dispares. Ang Lee aquí se centra en un punto de inflexión clave para la cultura musical, política y sexual del occidente.
Michael Wadleigh hace 40 años filmó su propia visión de Woodstock en el documental homónimo de tonos épicos y antológicos que triunfara en los premios Oscar. Lee toma la posta del mencionado film y brinda una visión bastante remozada. Tomando como referente al film de Wadleigh, Lee implementa recursos lingüísticos familiares al documental mencionado, así como también reinstituye algunos de los pasajes más recordados de aquel evento fílmico. La música será un pretexto y pasará a un segundo plano; de hecho no veremos en el escenario a las grandes estrellas a lo largo del film. Con vocación histórica y respeto hacia la generación dorada que fundó esta revolución pacifica de liberación con un aire ingenuo que parece haberse perdido en el camino por estos tiempos, y que empañara el trágico festival de Woodstock allá por 1999.
El film de Lee es muy vital y optimista en su enfoque, y también por ende muy idealizado y por momentos anecdótico. Pretende ser un homenaje a una generación revolucionaria no sin nostalgias de por medio, poniendo el acento en el aspecto humano de estos personajes que forjaron su suerte en la historia. Centrándose en las divagaciones y conflictos que atraviesa el personaje principal, se divisa de fondo las costumbres marcadas de una sociedad sacudidas por estos nuevos vientos de pensamientos. El joven en cuestión está viviendo un despertar que es el de toda una generación, testigo de un espectáculo mítico que bajo el lema de amor y paz, con el flower power como emblema, quiso cambiar al mundo aunque sea por 3 días.
Título: Bienvenido a Woodstock.
Título Original: Taking Woodstock.
Dirección: Ang Lee.
Intérpretes: Henry Goodman, Liev Schreiber, Emile Hirsch, Demetri Martin, Jonathan Groff, Imelda Staunton, Jeffrey Dean Morgan, Eugene Levy, Paul Dano, Dan Fogler, Mamie Gummer, Zoe Kazan, Gabriel Sunday, Kelli Garner, Katherine Waterston y Clark Middleton.
Género: Biografía, Comedia, Drama.
Clasificación: No disponible.
Duración: 120 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2009.
Distribuidora: AVH.
Fecha de Estreno: 04/04/2010.
Puntaje: 6 (seis)