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domingo, 28 abril 2024
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Scream 4: Acuchíllame, por favor

Por Emiliano Fernández

A quince años de su estreno hoy no queda ninguna duda que Scream: vigila quién llama (Scream, 1996) mató al cine de horror para adolescentes, ese mismo que se basaba en los viejos patrones establecidos en los ’70 y estandarizados en los ´80. A posteriori y en buena medida desapareció aquel slasher moralizante que garantizaba una muerte segura a todos los que sucumbían a los placeres de la carne: la película dirigida por Wes Craven y escrita por Kevin Williamson se sumergía en un abordaje súper consciente del género que por un lado satirizaba sus resortes prototípicos y por el otro los respetaba dedicándoles una nueva tanda de cadáveres frescos.

Los exploitations subsiguientes, una catarata que abarca muchísimas remakes y que continúa hasta la actualidad, nacieron sin vida ni nada valioso para agregar: el cimbronazo que produjo la obra protagonizada por Neve Campbell se siente en la incapacidad del Hollywood contemporáneo de ofrecer un film eficiente que no esté destinado a la ridiculización masiva y que aporte aunque sea un elemento novedoso. Durante la última década las propuestas que revitalizaron al terror llegaron de la mano de outsiders totales o directamente de Asia y Europa, como si la escasez mainstream de ideas fuese irreversible.

En lo que respecta al resto de los eslabones de la franquicia, si bien fueron proyectos disfrutables a decir verdad no alcanzaron la altura de la primera: Scream 2 (1997) demostró perspicacia pero sufrió por la anulación del factor sorpresa y Scream 3 (2000) fue la más floja del lote debido a un guion no tan elaborado en el que se hacía demasiado evidente la ausencia de Williamson. Cuando nadie lo esperaba The Weinstein Company decidió que era el momento oportuno para reflotar a Ghostface y reunir a todo el equipo original, así las cosas el resultado es la estupenda Scream 4 (2011), claramente la mejor secuela de la saga.

Luego de un sinnúmero de cuchillos agitados y un frondoso elenco de psicópatas detrás de la máscara, Woodsboro tuvo sus años de tranquilidad y pudo reponerse a la seguidilla de crímenes. Sidney Prescott (Campbell) regresa para promocionar un libro acerca de sus experiencias, Dewey Riley (David Arquette) ahora es el sheriff del pueblo y su esposa Gale Weathers (Courteney Cox) ha abandonado con recelo el periodismo. Por supuesto que la paz dura poco y pronto Sidney vuelve a ser blanco de un flamante chiflado adicto al acoso, privilegio que comparte con su prima Jill Roberts (Emma Roberts) y otras bellas señoritas.

Que la cuarta entrada genere empatía ya es un logro mayúsculo, si además sumamos un comienzo y un desenlace muy inspirados hablamos de una anomalía absoluta: el inicio funciona como una hilarante “parodia dentro de una parodia” y el final destruye a los medios de comunicación citando con inteligencia a Poder que Mata (Network, 1976) y El Rey de la Comedia (The King of Comedy, 1982), específicamente se hace hincapié en esa tendencia a mercantilizar los hechos cotidianos. El dueto Craven- Williamson reflexiona sobre los dispositivos de la enunciación sin descuidar una intriga que nunca defrauda…

Título: Scream 4.
Título original: Idem.
Dirección: Wes Craven.
Intérpretes: Neve Campbell, Courteney Cox, David Arquette, Emma Roberts, Marley Shelton, Hayden Panettiere, Adam Brody, Mary McDonnell, Anthony Anderson, Rory Culkin, Kristen Bell, Anna Paquin, Lucy Hale.
Género: Terror.
Calificación: Apta mayores de 16 años.
Duración: 111 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2011.
Distribuidora: Alfa Films.
Fecha de estreno: 28/04/2011.

Puntaje: 7 (siete)

El staff opinó:

El mérito de esta cuarta parte de la franquicia que recupera a Wes Craven en la dirección y al guionista Kevin Williamson llega por partida doble: una verosímil recuperación de historias y personajes de los orígenes y la introducción de los elementos que definen nuestro tiempo como los celulares, internet, la frivolización de la realidad desde los medios de comunicación y la desacralización de la muerte como un hecho aberrante, idea que arrastra la franquicia de El juego del miedo, film que en este caso aparece parodiado desde lo conceptual y forma parte del blanco predilecto de los creadores de Scream para lanzar sus críticas mordaces…Pablo Arahuete (7 puntos)

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