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domingo, 28 abril 2024
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La noche más oscura: Obsesiones

Por Marcos Rodriguez

Era más fácil entrar en el frente de guerra con Vivir al límite (The Hurt Locker, 2008), la película anterior de Kathryn Bigelow, porque por más que su registro se acercara al del documental y la trama se disolviera en cuadros aislados de un grupo de tareas del ejército, teníamos personajes y momentos claros, tensión magistralmente manejada, un cierto devenir. Con La noche más oscura la apuesta es mucho más árida, porque en este caso la protagonista es una agente de la CIA. Pero una agente no como de película de espías; otra vez lo que asombra en esta nueva película de Bigelow es cómo la puesta en escena se acerca al realismo hasta llegar a grados casi ridículos. Por más que torture, mate y viaje por todo el mundo, esta agente de la CIA hace la mayor parte de su trabajo sentada frente a un escritorio, en oficinas que se parecen a cualquier otra oficina, solicitando siempre autorización al superior inmediato. La CIA, como cualquier organismo gubernamental, es un laberinto de burocracias y jerarquías. Dentro de esa estructura, que se cruza con las redes virtuales e hipotéticas de la lucha contra el terrorismo, va construyendo la trama y los personajes que componen La noche más oscura.

Como había pasado ya en The Hurt Locker, Bigelow construye sus personajes exclusivamente a través de la acción. No hay ninguna prehistoria para la agente interpretada por Jessica Chastain, no hay un solo flaskback en toda la película, prácticamente no hay diálogos que detengan la película para explicarnos la subjetividad de los personajes. Las criaturas de Bigelow no hablan, hacen y se van formando en el hacer. Es por eso que en un primer momento la protagonista permanece fría, distante, extraña: no sabemos quién es, por qué está ahí, qué es lo que está buscando. Como empleada, cumple con su tarea, incluso si su tarea es ayudar a torturar personas. A medida que su investigación avanza, vamos descubriendo con ella los hilos de una trama de conexiones clandestinas que involucran nombres cruzados, datos falsos, silencios, mentiras. Y no es sino hasta bien avanzada la trama (cuando de pronto descubrimos que los hilos de esa trama ya nos tienen atrapados) que descubrimos el verdadero objetivo detrás de todo este ir, venir, torturar, insistir: lo que la protagonista intenta es atrapar a Bin Laden. Con el correr de la película, ese deseo se va haciendo más fuerte, va sobreviviendo a muertes y atentados, se arrastra a través de los años hasta configurarse en una obsesión oscura, poderosa y silenciosa, que consume y define al personaje. El personaje de Maya es pariente cercano del sargento James (el protagonista de The Hurt Locker): son criaturas que viven fuera de sí mismas, atrapadas por la adrenalina y la búsqueda.

Como había pasado también en Vivir al límite, ese registro casi documental (que en esta película estalla en el tramo final, con la resolución) pone a la película en un lugar incómodo. El tono de La noche más oscura claramente no es de crítica a la política exterior de Estados Unidos, pero tampoco es fácil decir que lo apoya. Poblada de personajes duros, fríos, resbaladizos, esta película no es una frazada cómoda para el nacionalismo: los registros de las torturas y los centros de detención son desapasionados, burocráticos. Sin detenerse a pasar juicios de todo lo que va mostrando en el camino, Bigelow narra.

Por supuesto que todo el arte de Bigelow no podría sostenerse sin una figura como la de Jessica Chastain: gran actriz que elige cuidadosamente sus trabajos y que sabe darle los necesarios pequeños matices (y toda la dureza) a su personaje de Maya. Son sus ojos (secos, neuróticos) los que le dan vida a La noche más oscura.

Título: La noche más oscura.
Título Original: Zero Dark Thirty.
Dirección: Kathryn Bigelow.
Intérpretes: Jessica Chastain, Joel Edgerton, Taylor Kinney, Kyle Chandler, Jennifer Ehle, Mark Strong, Chris Pratt, James Gandolfini, Stephen Dillane, Mark Duplass, Harold Perrineau, Jason Clarke y Edgar Ramirez.
Género: Drama histórico, Thriller.
Clasificación: Apta mayores de 16 años.
Duración: 157 minutos.
Origen: EE.UU./ Emiratos Árabes Unidos.
Año de realización: 2012.
Distribuidora: Distribution Company.
Fecha de Estreno: 31/01/2013.

Puntaje: 8 (ocho)

El staff opinó:

Cualquier serie televisiva como 24 o Homeland han abordado esta temática sin ninguna profundidad y abonado a la idea de que bajo tortura se logran resultados positivos; despojadas de un enfoque moral o ético, dado que en el contexto de la guerra parece que todo fin justificara los medios por lo que mostrar de cierta manera que en diferentes puntos no revelados geográficamente agentes de la CIA entrenados torturan prisioneros con las peores técnicas no es novedoso ni tampoco transgresor, aunque este no sea el eje central de esta película. Cuánto de cierto o no hay en esta película de la ex esposa de James Cameron en materia de datos comprobables, eso será un verdadero misterio como la propia muerte del terrorista más buscado en la última década, pero va más allá de los méritos que pueda o no tener el film y de las consideraciones políticas que puedan esgrimirse, dado que tanto la presidencia de Bush hijo como la de Barack Obama aparecen mencionadas en un espacio mínimo en esta historia sin diferenciarse en cuanto a la política. También es inexistente o casi nula alguna autocrítica sobre procederes de la propia CIA en relación a su plan y sus métodos para reunir información así como resulta casi ofensivo para otros países también involucrados en la cruzada contra el terrorismo un ninguneo por parte de la realizadora y los productores al volver a elevar al rango de Policía del mundo a Los Estados Unidos, hecho que ya forma parte de la ficción y del pasado histórico de esa nación en el nuevo escenario geopolítico.- Pablo E. Arahuete (7 puntos)

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