Por Pablo Arahuete
Miss (2016) es el debut en la dirección de Robert Bonomo y va más allá de la historia de amor entre un hombre introvertido y una chica -en los papeles- inalcanzable, porque se trata de tomar protagonismo en una historia cuando todas las cartas del destino anunciaban el papel de extra perpetuo. En esta entrevista, el director nos cuenta de qué se trató este desafío donde la mezcla de actores y no actores marca el rumbo de la película.
Pablo Arahuete: – ¿En qué se diferencia el personaje de tu película del real que encontraste en una investigación?
Robert Bonomo: – Las coincidencia entre la realidad y la ficción del personaje no son sólo formales: los dos trabajan como extras en publicidad, los dos son seres solitarios y vagan por la ciudad y están tras la búsqueda de un amor para toda la vida.
Pero lo que más me inspiró y usé como recurso fue su mirada del mundo, su subjetivación y pensamiento lateral del amor, la vida y de las relaciones humanas. El corazón de la película es la sensibilidad del protagonista.
Obviamente para el armado de la ficción y la trama, me tomé licencias para que la historia funcionara, como el recurso de la Miss (2016) como estereotipo de la belleza pasada de moda, y también su lectura del libro de los records, como idea de superación del personaje.
Pablo Arahuete: – ¿Qué aspectos de la ficción viste potables para abarcar mejor a este singular personaje?
Robert Bonomo: – Creo que toda la película está atravesada por la realidad
y la ficción del personaje. Por la idea de transformar a la persona en personaje de una ficción.
En este sentido, me parece muy importante el concepto de que Roberto es extra de publicidades, pero también es extra en su propia vida, y el pasaje a tomar el protagonismo se vuelve el objetivo en la historia. La película lo acompaña con cariño, pero sin ayudarlo, a que él pueda alcanzar sus metas y sus objetivos
Pablo Arahuete: – Un recurso que me resultó interesante es el de la enunciación cinematográfica. ¿Cómo se te ocurrió esta idea para la ficción?
Robert Bonomo: – La idea inicial era combinar elementos que previamente no combinan mucho. Era mezclar personajes documentales, con actuaciones más bien reales, en una ciudad más bien prolija, ordenada y estilizada.
Apartarse de una puesta en escena costumbrista y poner a funcionar a personajes periféricos en un lugar más limpio
Pablo Arahuete: – ¿Cómo llega Malena Villa al proyecto, teniendo en cuenta que el resto del elenco no tiene experiencia en actuación?
Robert Bonomo: – Malena aparece luego de un largo casting que duró 
mucho tiempo. La premisa principal no era solamente su naturalidad y fisic du rol de aspirante a modelo, sino el producir una empatía y una química sensible con el personaje de Roberto. Era fundamental construir una relación verosímil con el protagonista.
La manera en que ella miraba y se conectaba con él durante las pruebas fue lo que me convenció que ella era ideal para el personaje.
Pablo Arahuete: – ¿Qué fue lo más difícil de concretar durante el rodaje con el protagonista?
Robert Bonomo: – Por un lado lograr la naturalidad de los personajes no actores de la película, son personajes documentales y como tal debían de hacer de ellos mismos y no atarse ni forzar la actuación, haciendo propio los diálogos y transitando la escena con la mayor realidad posible. Y por otro lado, como decía antes, un desafío fundamental era armar una relación real y creíble entre el personaje de la chica y Roberto, en esa relación dispar de amor que crece con la historia.
Pablo Arahuete: – ¿Cómo manejaste la sutil frontera entre la sobre actuación y la actuación naturalista, teniendo en cuenta el desafío con el que te cruzabas?
Robert Bonomo: – El mayor desafío era crear un código de actuación desde el comienzo para los no actores. Si en los primero minutos de la película uno inaugura y presenta ciertos criterios de actuación, los espectadores lo incorporan y lo aceptan como tal. Luego uno lo echa a correr en la historia tal cual son y las fronteras entre la sobre actuación y la naturalidad se vuelven difusas.
Pablo Arahuete: – Si bien calculo que había un guion antes de largarte al rodaje, ¿hubo momentos de improvisación o intuición que te llevaron a cambiar el rumbo? ¿Cuáles?
Robert Bonomo: – En el rodaje se repetó bastante el guion y el curso de la historia. Para eso hubo un gran trabajo previo de adaptación, inspiración y retroalimentación del personaje. En los ensayos había que seguir una hoja de ruta incorporando los diálogos, haciéndolos propios. Pero una vez que empezamos a filmar seguimos bastante el guion inicial. En la edición sí, la historia sufrió una reconstrucción y los personajes se terminaron de delinear para hacer la historia más funcional.
