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domingo, 28 abril 2024
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El hombre de los sueños: Del halago a la pesadilla

A Nicolas Cage le debemos muchos recuerdos cinéfilos entrañables por algunas de sus interpretaciones en una trayectoria que supera las cuatro décadas. Motivo más que suficiente para que finjamos demencia y hagamos la vista gorda para no recordar la nómina interminable de bodrios que el sobrino de Francis Ford Coppola se vio obligado a protagonizar entre 2014 y 2022 impulsado por sus aprietos con el fisco. Con la IRS no se jode… ¿no es cierto Wesley Snipes? Si bien algunas decisiones “artísticas” comprometieron su prestigio, Cage logró pagar los más de 6 millones de dólares que adeudaba gracias a esos pequeños y por lo general lamentables filmes independientes. Pensar que dilapidó una fortuna en malas inversiones inmobiliarias y un sinfín de adquisiciones estrafalarias al estilo Michael Jackson… Esperemos que haya aprendido la lección.

Hay varias facetas que coexisten en los trabajos de este actor. Raramente son armónicas. Tiene una vena bizarra y es proclive a los excesos de todo tipo. Si le dan rienda suelta se desboca por lo que necesita de proyectos que lo obliguen a tomarse su papel en serio. Resulta esencial que el director a cargo pueda ir marcándole el camino. La tan mentada dirección actoral no es una frase trivial sino un elemento aglutinante para que funcione la historia. Si el protagonista recae en manierismos la credibilidad se esfuma en tiempo récord. Los roles más destacados, aunque hay excepciones, suelen estar asociados a creadores con impronta propia. La lista es larga e incluye a gente de talento como Alan Parker, los hermanos Coen, Martin Scorsese, Ridley Scott, John Woo, Norman Jewison, Brian De Palma, Werner Herzog o su famoso tío Francis. David Lynch, por ejemplo, le dio libertad para su desaforado Sailor Ripley en Corazón salvaje (1990) y esa intensidad un tanto sobreactuada le calzó como un guante a un personaje border. Con la solemne Adiós a Las Vegas (1995) se llevó un premio Oscar al Mejor actor y acto seguido empezaría una nueva etapa asumiendo su posición de estrella hollywoodense al rodar menos cine de autor y más productos masivos como los filmes La Roca (1996), Con Air (1997) o Contracara (1997). Los 2000 fueron una etapa prolífica en la que incursionó en varios géneros y volvió a demostrar que si está bien marcado puede entregar una gran interpretación, verbigracia su doble rol como los mellizos Charlie y Donald en la excelente El ladrón de orquídeas (2002), por la que volvió a ser nominado al Oscar como Mejor Actor. Con sus desbordes, Cage ha sido un profesional respetado por la industria y el público. Eventualmente su imagen se fue desgastando y durante la década en que debió realizar hasta cuatro películas por año para ir reduciendo su morosidad con la IRS, terminó yéndose a pique sin remedio. Parecía no haber vuelta atrás pero con Pig (2021) Cage recogió las críticas más elogiosas en 20 años. ¿Sería posible una resurrección artística? Es prematuro decirlo pero, por lo pronto, el estreno en salas argentinas de la interesante El hombre de los sueños (Dream Scenario, 2023) nos deja un buen sabor de boca.

El cineasta noruego Kristoffer Borgli tuvo un debut auspicioso con Sick of myself (2022) que fuera presentada en la sección “Un certain regard” del Festival de Cannes. Llamó tanto la atención que para su segundo opus logró asociarse con la productora independiente A24, conseguir que el muy en boga Ari Aster (Midsommar – El terror no espera la noche, Beau tiene miedo) se haga cargo de la producción y que Nicolas Cage se sume al proyecto como protagonista y productor para narrar una historia supuestamente inspirada en un engaño pergeñado por una agencia de publicidad que se convirtió en viral. ¿De qué se trataba? A través de un sitio web se promovió la presunción de que a lo largo de un período extenso de tiempo 3.000 personas soñaron con el mismo hombre en repetidas ocasiones. El gestor de esta particular idea acabó confesando que fue un invento para explorar cómo se manifiestan y divulgan las leyendas urbanas y/o los mitos colectivos (ponele). Borgli le agregó al concepto sus propias inquietudes motivado por las teorías de Carl Jung y el resultado de esta alquimia es una comedia surrealista con toques de terror que a partir de un solo elemento fantástico dispara sus dardos venenosos sobre los riesgos de la celebridad y cómo las redes sociales pueden afectar la percepción de la gente. La cultura de la cancelación es otro tema que desarrolla Borgli con bastante énfasis en la segunda mitad de la obra apelando a un contenido más reflexivo que lo habitual en el género. Hay humor, momentos absurdos y una atmósfera de pesadilla que va creciendo en paralelo al conflicto personal del personaje principal. En algunos aspectos se podría trazar una comparación con el cine de Charlie Kaufman, Spike Jonze o el francés Michel Gondry pero Borgli aún no está a la altura de estos nombres. Dream Scenario no le llega ni a los talones a maravillas como ¿Quieres ser John Malkovich? (1999), Eterno resplandor de una mente sin recuerdos (2003) o la ya citada El ladrón de orquídeas. Y de todos modos es una buena película. Una cosa no quita la otra.

La trama es simple y sigue el periplo de un desganado profesor universitario, versado en biología evolutiva, llamado Paul Matthews e interpretado magistralmente por Nicolas Cage (no hay pelucas enmarañadas aquí, el catedrático es calvo). El primer acto nos informa sobre su núcleo familiar, compuesto por su esposa Janet (Julianne Nicholson, vista en Iniciales S.G. compartiendo cartel con Diego Peretti) y sus poco animadas hijas adolescentes Sophie (Lily Bird) y Hannah (Jessica Clement). La relación con Janet luce afianzada después de tantos años viviendo juntos pero no se observa mucha afinidad con las chicas. Quizás porque ellas atraviesan una edad difícil o simplemente por no compartir nada fuera del desayuno o la cena. Matthews es un educador ignoto que resiente no haberse dedicado a la investigación científica. Su máxima ambición consiste en poder escribir un libro por el que pueda ser reconocido en su ámbito académico. Es un personaje quejumbroso, apático y frustrado, que no hace nada por salir de este círculo vicioso.

En Dream Scenario la situación desencadenante se dispara cuando una ex novia le revela que soñó con él. Podía no ser más que una mera casualidad pero en pocos días se siguen añadiendo otros individuos que han pasado por una experiencia similar. Al comienzo son universitarios, alumnos propios en su mayoría, y luego personas de la más variada extracción. La mayoría de ellos ni siquiera lo conocen personalmente. A Matthews la extrañeza del asunto se le vuelve más tolerable cuando su creciente popularidad provoca el interés de una agencia de marketing con la que podría gestionar una editorial para que le publique un libro del que, vale la pena la aclaración, no ha escrito aún ni una sola oración. Este grupito de oportunistas, liderado por el ya no tan imberbe Michael Cera (Juno) y la atractiva morocha Dylan Gelula, procura convencer al profesor de que preste su imagen para realizar publicidades de productos de consumo rápido, algo que no es de su agrado. La mesa de negociación no parece tener futuro, cada uno apunta a diferentes objetivos lo que ayuda a Kristoffer Borgli a resaltar la deplorable postura de la sociedad actual en la que todo es efímero, descartable y cada día se puede subir a alguien a un pedestal para hundirlo después sin miramientos. Con o sin justificación.

Pasado este punto la película propone un giro lógico para un personaje que es básicamente un loser incurable. Por eso en el trabajo de Nicolas Cage conviven la desesperación, la angustia y un existencialismo amargo. Matthews quiere algo para lo que no está predestinado y si al comienzo su vida es un cúmulo de fracasos con el transcurso de la trama no hay redención posible que lo libere. El guion lo deja caer en una pendiente supinamente cruel y sin embargo comprensible. Él sólo se ha puesto en ese lugar debido a su inacción o malas decisiones. Hacer que este drama sea gracioso es el gran mérito del director y su estrella que, una vez más, vuelve a parecerse al ave fénix.

Título: El hombre de los sueños.
Título original: Dream Scenario.
Dirección: Kristoffer Borgli.
Intérpretes: Nicolas Cage, Julianne Nicholson, Michael Cera, Dylan Baker, Kate Berlant, Dylan Gelula, Tim Meadows, Jennifer Wigmore, Noah Lamanna, Lily Bird, Jessica Clement, Sofia Banzhaf y Lily Gao.
Género: Comedia, Terror.
Calificación: Apta para mayores de 13 años, con reservas.
Duración: 100 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2023.
Distribuidora: Imagem Films.
Fecha de estreno: 01/02/2024.

Puntaje: 7 (siete)

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