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lunes, 29 abril 2024
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Frío de perros: Didactismo de los gélidos

Por Juan Blanco

Hay algo acerca de Disney que nunca va a quedar claro: ¿Cómo es que se esmeran por concebir sus películas de animación con tanta perspicacia tanto para niños como adultos, y terminan haciendo todos sus proyectos con actores absolutamente impermeables para todo tipo de público?

Hoy es inevitable agradecerles el grado de astucia que se encuentra en clásicos animados como La Bella y la Bestia, Toy Story, o bien la reciente Lilo & Stitch, pero uno no puede dejar de indignarse frente a sus otras películas, las de “carne y hueso”, esas que no sólo se muestran agotadas desde un principio para el público ya crecido, sino que para colmo ni siquiera alcanzan a persuadir a los más chiquitos, debiendo ser este último al menos su primordial propósito.

Este es el caso de Frío de Perros, la última comedia del director Brian Levant, responsable de Beethoven y Los Picapiedras. Ted Brooks (Cuba Gooding, Jr) es un exitoso dentista de Miami que se entera de un momento para otro de que es adoptado, y de que su madre biológica (una residente de Alaska) murió dejándole en su testamento todas sus pertenencias, que incluyen desde una cabaña muy modesta, hasta ocho traviesos perros (siete de ellos siberianos campeones de carreras de trineos) que, por supuesto, serán junto con Teddy los ganchos de la película. El viaje de este renegado de ciudad hacia los fríos parajes de Alaska le reportará una serie de descubrimientos personales –entre otras cosas el amor-, que lo enfrentará a la temible figura de su padre Jack, El Trueno (James Coburn), con quien al fin de cuentas habrá de disputase la tenencia de los invaluables canes.

El problema más grave de Frío de perros –que en nuestro país ya se estrena con un defasaje peligrosísimo por haber finalizado las vacaciones de invierno- no es el didactismo que persigue a través de la recurrencia a los lugares más comunes de la fábula para niños (aunque lo propone), sino la carencia absoluta de chispa en todos y cada uno de ellos para conseguirlo. Y sumado a esto, todavía está el segundo peligro ambulante que llega con el infundado histrionismo de Gooding, Jr, quien piensa que la sobreactuación presupone claridad y empatía hacia los más chicos, cuando en realidad uno termina rezando durante toda la película que se lo coma alguno de los “perritos” (en especial uno llamado Demon).

Gracias al cielo el presente es uno de esos títulos que uno adivina no superiores a los noventa y tantos minutos, pero para el caso hasta ese escaso metraje ya resulta más que excesivo. Aunque pensándolo bien, no cabe esperar mucho de una película cuyos momentos más “graciosos” terminan siendo las incursiones melódicas y un cameo del desaparecido en acción Michael Bolton.

Título: Frío de perros.
Título Original: Snow dogs.
Dirección: Brian Levant.
Intérpretes: Cuba Gooding Jr., James Coburn, Sisqó, Graham Greene, Randy Birch, Brian Doyle-Murray, Joanna Bacalso, M. Emmet Walsh, Nichelle Nichols, Ron Small y Michael Bolton.
Género: Aventura, Comedia, Familiar.
Clasificación: Apta para todo público.
Duración: 97 minutos.
Origen: EE.UU./ Canadá.
Año de realización: 2002.
Distribuidora: Buena Vista.
Fecha de Estreno: 15/08/2002.

Puntaje: 3 (tres)

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