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domingo, 28 abril 2024
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Otro día para morir: Bond puertas adentro

Por Juan Blanco

De toda la historia de James Bond, el mejor actor a cargo de representar al espía británico resultó ser Sean Connery, y el más interesante de los episodios con el rostro del escocés fue sin duda Nunca digas nunca jamás –aún sin ser considerado un capítulo oficial de la saga-, y lo fue por un detalle importantísimo: comenzaba con un Bond viejo, mohoso y vulnerable como cualquier católico, aunque después se despachara sus buenos números. Ahora, después de Connery, el Bond más elegante es sin lugar a dudas Pierce Brosnan, y lo paradójico resulta ser que hasta el momento el mejor episodio de los protagonizados por el ex Remington Steel es Otro día para morir, casualmente por el mismo motivo que lo fue Nunca digas nunca jamás.

Resulta que este nuevo capítulo comienza con Bond capturado por su enemigo, abandonado en Corea y torturado durante 14 meses, período en el que se puede aprovechar para ver al agente desaliñado y sucio como nunca nos hubiésemos imaginado (pelo largo, barba y todo). Y lo astuto de Otro día para morir radica justamente en eso: en mostrar a un personaje históricamente invulnerable alcanzado por casualidades desfavorables y superiores a cualquiera de sus habilidades. Cosa que, sin quitarle el desenfreno a la aventura, procura que ante su personaje el público cambie esa añeja fascinación estúpida ante el héroe por algo llamado interés, y una gran cuota de cariño. Otro día para morir hace que nos animemos por primera vez a llamarlo James, en lugar de Bond, el agente 007 (hasta pasamos a saber que el tipo tiene el hígado hecho puré a causa de los martinis, cosa siempre sospechada pero nunca comprobada).

Cuando a Bond le resuelven (atentos a este término, porque él no resuelve nada) su situación de “abandono en el extranjero”, el tipo termina no sólo despedido de la agencia, sino caliente por no saber quién lo traicionó ni por qué. Desde ahí, James Bond, ya sin la licencia doble cero, se embarcará en una vendetta escapando de su propio gobierno y de sus “amigos” (en el mundo del espionaje los vínculos son muy dudosos). Para el caso, Otro día para morir ya encara a su personaje desde un aspecto más humano del que se puedan haber arriesgado en la historia del agente 007, y eso es todo un logro y definitivamente un acierto.

Lo que mueve a James en esta última entrega es la venganza, lo personal por sobre cualquier orden de su Majestad (por más que después lo reintegren a la fuerza). Y el realizador neozelandés Lee Tamahori (El amor y la furia) se encargó del resto. Partiendo de la premisa que James está de vuelta de la muerte y al borde del exilio, Tamahori se la juega por un relato más pausado y meditado que el de cualquier aventura anterior del agente, aunque no menos fantástica y graciosa. Los gadgets son increíbles, como de costumbre (el Aston Martin se hace invisible!), las chicas preciosas, y muchas de las improvisaciones del héroe ante esos “pequeños conflictos” de siempre, continúan provocando envidia en aquel pobre espectador masculino que una vez terminada la proyección probablemente deba ir a la cama hasta mañana, y sin gloria. Pero a pesar del espectáculo, James ya no confía en nadie, y por más que continúa con ese humor cínico -que ojalá nunca se le acabe- se le nota en los gestos la ira más que la usual intención de juego.

Más consciente, más concisa y mejor dirigida que cualquier otra Bond de Brosnan, Otro día para morir deja en claro que el agente 007 es mucho más que un martini agitado, no batido, y que una bolsa de trucos con productos de marca (ya no hay rastros de BMW, ni de Ericson, y apenas si los hay de Omega). Tamahori demuestra que James Bond es un personaje con un pasado tan increíble como inolvidable (por eso el film está plagado de citas a su historia misma: el bikini de Halle Berry, alguna vez de Ursula Andress en Dr No, las turbinas propulsoras que Connery usara en Goldfinger, el respirador acuático de Operación Trueno, la vuelta del Aston Martin, y tantas más), y que puede resultar mucho más interesante como persona de lo que tantos directores y guionistas creyeron factible a lo largo de diecinueve títulos. Otro día para morir ya no comete el error de subestimarlo como ser humano, y esto es un valor agregado.

Título: Otro día para morir.
Título Original: Die another day.
Dirección: Lee Tamahori.
Intérpretes: Pierce Brosnan, Halle Berry, Judi Dench, Toby Stephens, John Cleese, Madonna, Rosamund Pike, Rick Yune, Kenneth Tsang, Will Yun Lee, Emilio Echevarría, Samantha Bond, Michael Madsen.
Género: Acción, Espionaje.
Clasificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 133 minutos.
Origen: Reino Unido/ EE.UU.
Año de realización: 2002.
Distribuidora: Fox.
Fecha de Estreno: 16/01/2003.

Puntaje: 8 (ocho)

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