back to top
lunes, 29 abril 2024
InicioCríticaVitus: El gran simulador

Vitus: El gran simulador

A comienzos de 1992 recuerdo haber visto el filme Mentes que brillan (Little man Tate), la apenas discreta ópera prima de Jodie Foster, cuyo argumento desarrollaba con morosidad la compleja vida de un niño genio. Uno de los aspectos que más me molestaron en aquella oportunidad fue que el actorcito elegido para tan delicado rol no parecía un superdotado en lo más mínimo. No transmitía la sensación de inteligencia y su azorado rostro de paparulo reconcentrado me generaba más desconfianza que convicción. El nene recitaba peor que en un acto escolar y al parecer la Foster no se percataba de nada porque, tal como un Francisco Lamolina del cine, su consigna directorial apelaba al célebre “¡Siga, siga!” con total impunidad.

Los responsables de la película suiza Vitus –que fue exhibida con buena respuesta del público en la sección Punto de vista del más reciente Festival de Mar del Plata- encontraron la solución al conflicto con absoluta simpleza: si el protagonista necesita saber tocar el piano como un pichón de Mozart… ¿por qué no convocar a un auténtico genio musical y mostrarlo en plena tarea sin necesidad de doblarlo por un especialista? El pibe en cuestión también se defiende actuando –o, en todo caso, haciendo de sí mismo- y si bien podríamos encarcelarlo por portación de cara (de queso), las escenas en las que toca prueban que además de ser no siempre hay que parecer. Y con eso, por el momento, se derriban todos mis prejuicios.

Hoy día, de compararse la malograda obra de Jodie Foster con esta nueva propuesta del veterano realizador Fredi M. Murer, encontraríamos una curiosa inversión en los objetivos de cada una. Tal es así que la película estadounidense se asemeja a una europea por tono, ritmo y ambición; y la europea a una estadounidense por su excelente desempeño como pasatiempo orientado al disfrute de toda la familia. Evidentemente, Murer debe haber tomado nota de las fallas cometidas por Foster porque entrega un producto sólido muy auto-conciente de sus limitaciones. No se observa en su narración un sesudo mensaje de superación ni tampoco una falsa imposición de lo que podría denominarse como un “tema serio”. Aquí lo que se busca es darle naturalidad a una historia chiquita comprometiendo los sentimientos del espectador sin ruborizarse. Un final inflamado e innecesario en el cual se cumplen los deseos de casi todos los personajes principales resulta en ese sentido paradigmático. Y levemente patético porque delata lo que tanto temíamos: los suizos nos cocinaron utilizando la misma fórmula pre-fabricada que Hollywood perfeccionó con sus guiones de laboratorio.

El Vitus del título (interpretado por Fabrizio Borsani a los seis años y por Teo Gheorghiu a los doce) pretende transitar por la vida como una persona normal, pero sus padres (Julika Jenkins, Urs Jucker) lo presionan más de la cuenta para que se convierta en un concertista de fama y dinero. Y de esa manera ascender socialmente. Cansado de resignar felicidad y con la complicidad de su abuelo (el gran Bruno Ganz, en las antípodas de su magnífica versión de Adolf Hitler para el filme La caída), Vitus simula haber perdido la inteligencia con un ardid digno de la telenovela más elemental. Algunos toques de humor, una veta romántica propiciada por el deslumbramiento con una chica mayor que él (la muy interesante Tamara Scarpellini), algo de dramatismo y cierto delirio fantasioso en los tramos concluyentes, son los condimentos predominantes servidos por Fredi M. Murer sin mayores hallazgos visuales, narrativos y/o estéticos. Que pese a ello, Vitus resulte un logrado divertimento no sé si habla bien de su director o mal de mi discernimiento para calificar a la película. Tranquilamente, va a encabezar mi ranking anual de placeres culpables, pero esto no debería ser una excusa. Lo reconozco: me gustó.

Título: Vitus.
Título Original: Idem.
Dirección: Fredi M. Murer.
Intérpretes: Bruno Ganz, Teo Gheorghiu, Julika Jenkins, Urs Jucker, Fabrizio Borsani, Eleni Haupt, Tamara Scarpellini, Kristina Lykowa, Heidy Forster.
Género: Drama, Música.
Clasificación: Apta todo público.
Duración: 120 minutos.
Origen: Suiza.
Año de realización: 2006.
Distribuidora: CDI Films.
Fecha de Estreno: 15/11/2007.

Puntaje: 6 (seis)

El staff opinó:

Esta historia que gira en torno al conflictivo mundo de un niño superdotado -que anhela ser normal- resulta al menos simpática, aunque no escatima en los lugares comunes y en constantes arbitrariedades de guion.Pablo E. Arahuete (6 puntos)

NOTAS RELACIONADAS

Dejar una respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here

ÚLTIMAS PUBLICACIONES