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domingo, 28 abril 2024
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Anita: “Me caí de la vida…”

Por Marcos Rodriguez

Una advertencia para todo aquel que esté pensando en ir a ver Anita: esta película incluye a Norma Aleandro (que aparece poco), una chica con síndrome de down, el atentado a la AMIA y una ristra de marginados que en el fondo tienen buen corazón (más o menos). No estaría bien que alguien pagara una entrada de cine sin saber a lo que se va a enfrentar. Hay quien dirá que Anita revela una “verdad emotiva” o algo por el estilo. No es mi opinión. No es una película hecha con malas intenciones, es simplemente una película mal hecha.

Anita es el quinto largometraje de Marcos Carnevale, figura asociada fundamentalmente con la productora Pol-ka. Probablemente su obra más conocida sea la película de 2005 Elsa y Fred, pero el público argentino se viene relacionando con sus productos desde hace años, ya sea desde la televisión (es desde 2007 Director de Contenidos de Pol-ka Producciones y se ha visto involucrado en muchas de sus últimas telenovelas de horario central) u otros trabajos para cine (suyos son los guiones de, por ejemplo, El día que me amen y Los Pintín al rescate).

La película presenta dos líneas paralelas que se tocan al principio y al final. Por un lado está el atentado a la AMIA y la angustia de los familiares de las víctimas. Por otro lado está la historia de Anita (Alejandra Manzo, una chica con síndrome de down, no actriz, elegida para esta película), quien en el atentado pierde a su madre (aunque ella no lo sabe) y queda desorientada vagando por la ciudad de Buenos Aires.

La historia de Anita en el fondo poco tiene que ver con el atentado, sirve como excusa para conocer a diferentes personajes que la irán alojando, siempre al principio contra su voluntad.

Es una película torpe y hasta cierto punto parece que no le importara serlo. Una parte de su metraje termina siendo involuntariamente cómica, como por ejemplo en la escena en la que el personaje interpretado por Luis Luque (fotógrafo fracasado, alcohólico y separado) articula la frase que va como título de esta nota. En cuanto a las interpretaciones, la única que no sobreactúa es Alejandra Manzo, quien hasta cierto punto podríamos decir que actúa de sí misma.

La idea es tan clara que poco importa que la expongamos acá: Carnevale decide poner como protagonista de su película a una chica con síndrome de down, una persona que no entiende. Al final, tendrán que explicarle que su madre murió por una bomba, un hecho “que no se entiende”. Ese era el dilema planteado: ¿cómo explicarle a alguien que no entiende lo que no puede entenderse? El problema es que la idea de “lo inexplicable” (válida por sí misma) puede funcionar como conclusión a la que uno llega después de abordar un tema tan atroz, pero si partimos de “lo inexplicable” como supuesto, no hay mucho para decir. Eso es lo que le pasa a esta película: no tiene mucho para decir. A quince años del atentado de la AMIA, también resulta inexplicable que el caso siga sin resolverse. Pero repetir lo evidente es casi como no decir nada.

Toda la historia de Anita rezuma sentimentalismo, sirve para mostrar lo frío y terrible que es el mundo y para sostener la idea de una fe última (y estereotipada) en el amor. En el camino la película cruza los límites de lo abyecto en su forma de representar lo que pasó en la AMIA y lo que es una persona con síndrome de down.

Título: Anita.
Título Original: Idem.
Dirección: Marcos Carnevale.
Intérpretes: Norma Aleandro, Luis Luque, Leonor Manso, Peto Menahem, Alejandra Manzo, Laura Cymer, Germán de Silva.
Género: Drama.
Clasificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 104 minutos.
Origen: Argentina.
Año de realización: 2009.
Distribuidora: Distribution Company.
Fecha de Estreno: 27/08/2009.

Puntaje: 3 (tres)

El staff opinó:

Este relato iniciático propuesto por Marcos Carnevale con una premisa dramática difícil de sostener sin caer en cierto grado de obsecuencia o una suma de golpes bajos, y que tiene como protagonista a una actriz con síndrome de Down, merece respeto por haberse animado a unir dos temáticas sensibles como el atentado a la AMIA y la discapacidad mental. Un guión pulido más allá de algunas frases altisonantes y una que otra escena injustificada suma un plus a partir de las actuaciones de Leonor Manso y Alejandra Manzo, toda una revelación que se desenvuelve con espontaneidad, frescura y carisma sin perder de vista su personaje. Sin embargo, el realizador vuelve a trastabillar con su impronta televisiva y pasado telenovelesco para arrinconar a la historia en una anécdota bien narrada que no trasciende lo suficiente en materia de relato pero que sí logra crecer dramáticamente hablando sin la búsqueda exagerada del llanto o el alivio bienpensante…- Pablo E. Arahuete (5 puntos)

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