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lunes, 29 abril 2024
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Con el diablo adentro: Sobre la transmisión demoníaca

Por Emiliano Fernández

Por más que ya nadie los reclame desde hace muchísimo tiempo, hoy nuevamente tenemos ante nosotros un mockumentary de terror que más que infundir algo de vitalidad al subgénero lo único que hace es confirmar su agotamiento temático y formal. Como suele ocurrir en el ámbito cinematográfico, los coletazos de un producto exitoso se extienden en demasía hasta el punto de la saturación y ponen en perspectiva el trayecto que permitió llegar a esta situación: de hecho, cuando nos topamos con un exploitation berreta de otro exploitation berreta es sin dudas un signo irrevocable de que es momento de detenerse.

Así como El último Exorcismo (The Last Exorcism, 2010) era una mixtura muy poco original de las imbatibles El Proyecto Blair Witch (The Blair Witch Project, 1999) y El Exorcista (The Exorcist, 1973), la insípida Con el Diablo Adentro (The Devil Inside, 2012) funciona como una extrapolación directa de El último Exorcismo pero con detalles varios sustraídos de El Exorcismo de Emily Rose (The Exorcism of Emily Rose, 2005) y El Rito (The Rite, 2011), miembros recientes de la familia de las posesiones satánicas. Una vez más un guion básico y previsible cede todo el peso del relato al dispositivo de la enunciación.

La trama gira alrededor de las tribulaciones de Isabella Rossi (Fernanda Andrade), cuya madre María (Suzan Crowley) asesinó en 1989 a tres personas durante su propio “ritual de purificación”. Un par de décadas más tarde, la joven considera propicio entrevistar a su progenitora junto a un camarógrafo con el fin de comprender las motivaciones detrás de los crímenes: por supuesto que la señorita descubre que María continúa arrastrando el mismo problema y eventualmente decide encarar un nuevo exorcismo con la ayuda de dos sacerdotes renegados que se dedican a “examinar” los casos rechazados por el Vaticano.

Se podría decir que la segunda mitad, más aguerrida y compacta, compensa en gran parte unos primeros minutos bastante flojos en cuanto a un planteo dramático vetusto y cierta torpeza para elegir las excusas de la “transmisión demoníaca”. La edición está bien y las escenas en cuestión poseen una impronta clasicista aunque lamentablemente el convite no escapa de la típica medianía de los estereotipos progresivos y las buenas intenciones nunca plasmadas del todo. El realizador William Brent Bell no cuenta con la imaginación visual suficiente como para potenciar un elenco enclenque y una historia plagada de clichés…

Título: Con el Diablo Adentro.
Titulo Original: The Devil Inside.
Director: William Brent Bell.
Intérpretes: Fernanda Andrade, Simon Quarterman, Evan Helmuth, Ionut Grama, Suzan Crowley y Bonnie Morgan.
Género: Horror, Terror, Thriller.
Calificación: Apta mayores de 16 años, con reservas.
Duración: 83 minutos.
Origen: EE.UU.
Año Realización: 2012.
Distribuidora: UIP.
Fecha Estreno: 23/02/2012.

Puntaje: 4 (cuatro)

El staff opinó:

Deudora en cuanto a lo formal de todos los falsos documentales de terror de la última temporada, esta nueva propuesta de posesiones satánicas redunda en clichés, es elemental a nivel narrativo y no aporta ni siquiera la cuota mínima de tensión o momentos elaborados para el sobresalto de la platea. Sería hora de cambiar y terminar de una vez por todas de vivir del éxito de lo que fuera la original El Proyecto Blair Witch y dejar descansar -aunque sea por unos años- a la inigualable El exorcista.Pablo Arahuete (3 puntos)

Podría comenzar diciendo que el film vuelve a retomar la estrategia ya demasiado agotada del falso documental, como si dicha estrategia fuese garantía de un terror mayor y más impactante. La única emoción que me producen los “falsos documentales” es el aburrimiento, y la desazonada intuición de que el realizador no sabe componer con la ficción hecha y derecha, núcleo decisivo de todo horror auténtico. Pero no vale siquiera la pena adentrarse en este terreno. El film no lo vale, es sencillamente una mala producción, mal realizada, con un desarrollo torpe y un final insultante. Lo único entretenido de ver la película fue la experiencia en la sala, oír las risotadas del público, que gracias a Dios no es idiota, y oír a la masa de espectadores expresar en voz alta sus insultos ante el imprevisto final del film, que más que un desenlace inesperado, da la impresión de que el director se quedó repentinamente sin ideas, pero enseguida se advierte que esto no es posible, no pueden terminársele las ideas a quien no ha ensayado ni una sola.Juan Samaja (2 puntos)

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