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sábado, 27 abril 2024
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Muti: Rituales mortales: Solo malas decisiones…

Cuesta creer que Muti: Rituales mortales fue “escrita” por ni más ni menos que seis guionistas. Podría ser uno de esos casos donde el autor que retoca el trabajo preexistente en lugar de mejorarlo lo empeora generando saltos de lógica y agujeros en el guion del tamaño de un cráter. Nada tiene sentido en este thriller policial dirigido por el prolífico y nada talentoso George Gallo, cuyos últimos emprendimientos –enrolados en una indisimulable clase “B”- han sido beneficiados por la presencia de actores veteranos populares hoy en día muy devaluados como John Travolta, Robert De Niro, Tommy Lee Jones, Brendan Fraser o Morgan Freeman que en esta oportunidad encabeza el elenco aunque no se trate del protagonista. Como realizador Gallo no se ha destacado en absoluto y de sus 14 películas menos de un tercio han llegado a estrenarse en la Argentina. Como escritor la comedia de acción Fuga a la medianoche (Martin Brest, 1988), con la inolvidable dupla conformada por Robert De Niro y Charles Grodin, sigue siendo su único punto alto en una carrera de casi 40 años. Como se podrá apreciar, con estos antecedentes no eran muy altas las expectativas depositadas en su último opus que bebe de cuanto policial hard-boiled circule por ahí. Queda demostrado por enésima vez que la Pecados capitales (1995) de David Fincher siempre será un modelo a seguir… sin lograr siquiera emular o raspar su gran eficacia.

Decía que Morgan Freeman aparece primero en los títulos y créditos pero el auténtico leading man es el limitado Cole Hauser, un actor secundario que suele prodigarse en roles de tipo duro ya sea como partenaire del protagonista o directamente como el villano de turno. Los seguidores de la saga de Rápidos y furiosos lo recordarán por su presencia en +Rápido +Furioso (2003), la segunda entrega de la multimillonaria franquicia de Neal H. Moritz y Vin Diesel, donde encarnó a un zar de la droga de origen… argentino. También antagonizó con Diesel en Eclipse mortal (Pitch Black, 2000), la primera aparición del antihéroe Richard B. Riddick cuyo cuarto capítulo se encuentra finalmente en producción. Tener a Hauser como intérprete principal delata la precariedad de un proyecto muy mal guionado y que desaprovecha los no muchos minutos de pantalla que aporta Morgan Freeman. Sin intención maliciosa de mi parte, el vuelo de Muti: Rituales mortales no puede caer más bajo. No reviste de un nivel decoroso ni siquiera para ver en streaming y lanzarla en salas de cine parece un desmedido gesto de confianza.

Lo que se denomina guion, pese a los seis libretistas involucrados, no supera alguna instancia preliminar en el trabajo de escritura. Es como una escaleta argumental con diálogos básicos que permiten seguir adelante con la historia sin profundizar sobre los personajes ni generar una retroalimentación entre ellos. Si fuera desconfiado diría que el rodaje se completó así, con un guion sin acabar. Varios pasajes, en particular aquellas escenas que explican burdamente los eventos del pasado que han marcado al protagonista, están a la altura de un ejercicio de estudiantes de cine primerizos. Algo imperdonable, se supone que Muti… es una película profesional con algo para ofrecerle al espectador. No se observa arte en ningún rubro técnico y George Gallo no sabe imprimirle un estilo a lo que se proyecta en la pantalla. No hay atmósfera ni suspenso que compensen las múltiples debilidades exhibidas. Seamos claros con esto: no existe actor capaz de salvar un producto tan mal ensamblado. Lo más triste es que Morgan Freeman sabía dónde se estaba metiendo: Muti… es la cuarta colaboración suya con Gallo.

Uno de los aspectos que más molestan es la subtrama ambientada en Italia. Con el transcurrir de los minutos se hace muy obvio que el policía interpretado por Giuseppe Zeno sólo tiene su razón de ser para encarrilar a nuestro torturado héroe, el detective de Mississippi Lucas Boyd (Cole Hauser), cuando se queda sin ideas para seguirle la pista a un asesino de origen zulú (Vernon Davis) que ataca niños y adolescentes por motivos francamente insólitos. El conflicto de Boyd es de lo más trillado que se le ocurrió a la “mente colectiva” detrás del guion: la pérdida de una hija y el consecuente sentido de culpa. Ni siquiera se esmeraron en escribir algún diálogo para esas escenas: música triste de fondo y los personajes gritándose en la cara frases sueltas como para que la audiencia “capte” la idea. Morgan Freeman, en el rol más penoso que le recuerdo, es el Dr. Mackles, un profesor universitario experto en cultura africana al que Boyd acude para que lo asista en una escena tan horrendamente montada y actuada que da vergüenza ajena.

Cuando no le exigen ponerse al hombro el film o la serie en la que participa, Cole Hauser puede ser módicamente carismático y hasta simpático. El final de Muti… le demanda un tour de force actoral para el que no está preparado. Y aunque lo estuviese esa resolución es tan absurda como los ochenta y cinco minutos previos de metraje. Morgan Freeman se ve que había cumplido con los días pautados de filmación por contrato porque en el tercer acto de golpe y porrazo se esfuma. Con respecto al villano debo señalar que Vernon Davis luce más convincente que sus colegas y sale mejor parado de lo esperado.

Título: Muti: Rituales mortales.
Título original: The Ritual Killer.
Dirección: George Gallo.
Intérpretes: Morgan Freeman, Cole Hauser, Vernon Davis, Peter Stormare, Julie Lott, Paul Sampson, Bill Luckett, Giuseppe Zeno, Richard Salvatore, Luke Stratte-McClure.
Género: Thriller, Policial.
Calificación: Apta para mayores de 16 años.
Duración: 92 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2023.
Distribuidora: MB Films.
Fecha de estreno: 25/01/2024.

Puntaje: 2 (dos)

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