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martes, 30 abril 2024
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Las invasiones bárbaras: Más decadente que antes

Por Pablo Arahuete

En el año 1986 el realizador Denys Arcand sacudió a la crítica especializada y al público festivalero con su film La decadencia del imperio americano: un ácido retrato de la burguesía canadiense que en realidad exponía la crítica social no sólo a esta clase específica, sino a la intelectualidad que no podía ver más allá de su ombligo. La película se concentraba en largas disquisiciones sobre el modo de vida burgués de un grupo de amigos, cultores de un hedonismo atroz. La trama presentaba situaciones anecdóticas como la de un grupo de mujeres hablando de sus ocasionales amantes en un gimnasio o las reuniones de hombres compartiendo sus impresiones sobre la vida y las infidelidades.

Casi veinte años después, Arcand reúne al mismo elenco y retoma la historia aggiornándola a los tiempos que corren en su último trabajo Las invasiones bárbaras. Igual que en La decadencia…, el protagonismo recae en la historia de Rémy (Rémy Girard), quien con el transcurso del tiempo no abandonó su vida dedicada al placer y a su cátedra de Historia en la Universidad hasta enfermarse de cáncer.

Su ex-esposa Louise (Dorothée Berryman) pide a su hijo Sébastien (Stéphane Rousseau) que vuelva de Londres para estar junto a su padre pese a la incomunicación que mantienen hace tiempo. Si bien el reencuentro despierta viejos rencores, Rémy y su hijo comienzan a recomponer lazos y a conocerse. Rémy aún conserva su cinismo y vehemencia para defender sus principios desde su cómoda pose intelectual y rechaza la mirada pragmática del joven Sébastien, para quien el fin justifica los medios. Quizás la culpa o simplemente el deber de hijo lo llevan a hacerse cargo de la enfermedad de Rémy, de tratar que pase la última etapa de su vida lo mejor posible.

Arcand esta vez apunta sus dardos venenosos contra el supuesto Estado benefactor canadiense y la corrupción enquistada en todos los niveles, desde la policía hasta el clero. Las redes de la burocracia estatal aparecen en el microclima de un hospital público, colapsado y manejado por los sindicatos de turno.

Sébastien se vale de su dinero para brindarle a su padre el mayor confort en una exclusiva habitación del hospital en un piso aislado, donde desfilan sus antiguos amigos, colegas y amantes tras el llamado del joven.

Los rostros del elenco original denuncian el paso del tiempo. El desencanto de un mundo cambiante y cada vez más absurdo y patético se refleja en las nada sutiles escenas de este film.

Arcand mantiene sus dosis de ironía apoyado en algunos diálogos filosos o situaciones que bajo un cúmulo de arbitrariedades superan el enfoque ramplón de la historia. La transformación de los personajes es un aspecto poco trabajado desde el guión y pasa desapercibida si el espectador no recuerda La decadencia del imperio… como referencia.

Menos reflexivo y más sensiblero, Denys Arcand no logra plasmar en la pantalla aquella fórmula exitosa del 86 pero deja la huella de algunos momentos ocurrentes. Un film que seguramente se venda con palabras como:”un emotivo film sobre las relaciones humanas” pero que no es más que el tibio monólogo de un burgués decadente.

Título: Las invasiones bárbaras.
Título Original: Les invasions barbares.
Dirección: Denys Arcand.
Intérpretes: Rémy Girard, Stéphane Rousseau, Marie-Josée Croze, Dorothée Berryman, Louise Portal, Dominique Michel, Yves Jacques.
Género: Drama, Comedia.
Clasificación: Apta mayores de 13 años, con reservas.
Duración: 99 minutos.
Origen: Canadá/ Francia.
Año de realización: 2003.
Distribuidora: Distribution Company.
Fecha de Estreno: 29/01/2004.

Puntaje: 5 (cinco)

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