back to top
lunes, 29 abril 2024
InicioCríticaUn año sin amor: Sobre el final

Un año sin amor: Sobre el final

Por Luis Pietragalla

El personaje principal baja la escalera de un cine porno gay y traspasa una zona iluminada para sumergirse en la oscuridad; la cámara queda allí durante un tiempo, tras el que aparecen los títulos finales. Pasó un año desde que empezó la historia; el personaje tuvo una transformación desde entonces, pero a pesar de él.

En 1986, bastante avanzada la primavera alfonsinista, se estrenó Otra historia de amor, escrita y dirigida por el fallecido (por el SIDA) Américo Ortiz de Zárate. Era una historia de amor entre dos hombres, que resultó ser uno de los éxitos de público de aquel año. En un momento de la película, y por única vez, la pareja se besa, aunque es vista a través del vidrio deformante de una botella; era el límite que el público podría tolerar para ese entonces. Una historia sobre un amor romántico e idealizado, sin zonas oscuras, buscaba tal vez convencer y complacer a los espectadores persuadiéndolos de que una relación “diferente” era nada más que eso. Veinte años después, Un año sin amor, dirigida por Anahí Berneri, quien confeccionó el guión con Pablo Pérez, autor de la autobiográfica novela-diario que origina el filme, no busca complacer a nadie, ni tampoco contar un relato almibarado. No es poco.

La historia transcurre durante el año bisagra para el tratamiento del SIDA (1996), cuando aún no había resultados ciertos de que el cóctel AZT iba a transformar una enfermedad mortal en crónica. Sobre la certeza y la no aceptación de un ser humano ante su final, se habla (entre otras cosas) en esta obra. El mundo que desvela está mostrado desde una posición distanciada, no involucrada emocionalmente (a diferencia de la novela, donde el relato en primera persona transmite la emoción y las idas y venidas de un agonizante a mediano plazo). El tiempo para pensar y la catarsis evitada caracterizan a la transposición.

No obstante, ciertos personajes que no terminan de cerrar o no tienen una función clara en el relato, como la alumna de francés o la tía del protagonista (pese a la buena interpretación de Mimí Ardú). La misoginia se manifiesta en la descolocación de los personajes femeninos (una médica y una burócrata incluidas) respecto de los varones, que son más razonables y comprensivos (el médico, el amigo, la pareja sadomasoquista y hasta el mismo editor).

La composición de Juan Minujín, en el rol del mismo Pablo Pérez, es sobria, medida y a la vez intensa y profunda, ya que transmite el mundo interior del protagonista sin necesidad de palabras, muecas o tics. La luz cruda de Lucio Bonelli, con el permanente hormigueo del grano o el continuo empleo de largos teleobjetivos anulando la perspectiva, acentuados por primeros planos sonoros, amplifican el minimalismo que atraviesa todo el relato. La ciudad descuidada, con cables colgando dentro y fuera de los edificios, es el marco para que compartamos el estado de ánimo de una persona ante la inminencia de su muerte.

Pero algo hace ruido: la necesidad de exhibición egoísta, que se manifiesta en la misma esencia de lo que se cuenta: ese diario privado, hoy hecho público, a pesar de las personas cercanas que pueda herir (o tal vez precisamente por eso). El problema pasaría porque no hay preparación desde el guión y por medio de acciones para que el espectador note las fricciones con el entorno familiar cercano; más allá de lo informado por ciertas verbalizaciones, la calidad de relación entre esos personajes no se desprende con claridad de la trama (cosa que no ocurre en el texto literario).

No obstante, el mundo del sexo y del deseo está visto sin pasión y sin críticas ni moralinas. Parecería que entre aquella película de 1986 y ésta ha habido un crecimiento de artistas y público como para contar sin estereotipos ni trazos gruesos un tema “fuerte”, como se decía antes. Tampoco es poco.

Título: Un año sin amor.
Título Original: Idem.
Dirección: Anahí Berneri.
Intérpretes: Juan Minujín, Mimí Ardú, Carlos Echevarría, Bárbara Lombardo, Javier Van De Couter, Osmar Nuñez, Ricardo Merkin, Carlos Portaluppi, Mónica Cabrera, Ricardo Moriello y Juan Carlos Ricci.
Género: Drama, Romance.
Clasificación: Apta mayores de 18 años.
Duración: 95 minutos.
Origen: Argentina.
Año de realización: 2004.
Distribuidora: Distribution Company.
Fecha de Estreno: 24/03/2005.

Puntaje: 7 (siete)

NOTAS RELACIONADAS

ÚLTIMAS PUBLICACIONES