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domingo, 28 abril 2024
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Vida acuática: Dulce y melancólico

Por Pablo E. Arahuete

Lacónico, el oceanógrafo Steven Zissou arrastra la melancolía del rostro de Bill Murray y responde que el motivo de su nueva expedición en busca del tiburón atigrado -que en el pasado se devoró a su compañero y amigo- no es otro que la venganza. Quizás, la venganza no signifique sólo un ojo por ojo, sino comprobarle a los demás la veracidad de los hechos pasados debido a la sospecha de un falso documental; otro de los tantos que el oceanógrafo realizó para registrar sus travesías por exóticos parajes del mundo. Hoy ya no inquietan al público concurrente a sus proyecciones, como en otras épocas. No obstante, el taciturno Zissou, en la actualidad opacado por su archienemigo Jeff Golblum, también oceanógrafo exitoso y mediático favorecido por fundaciones o subsidios de todo tipo, no resigna su espíritu aventurero. Conseguirá dinero, gente, a fin de remontar los mares.

Bastan estos apuntes elementales para contar una buena historia; traspolar los ejes narrativos estructurales de la canónica Moby Dick; dosificar la acción con algunos personajes secundarios y un par de giros dramáticos para cumplir a rajatabla los códigos de un relato clásico. Pero si a esta matriz se la sumerge en el universo de Wes Anderson, entonces la experiencia cinematográfica se vuelve apasionante y caótica a la vez. En un intrépido vaivén de viñetas absurdas y al filo de lo verosímil, Vida acuática (cuarto proyecto del director) arremete en la pantalla con una galería de personajes poco usual, cuyo peso sostiene el anárquico desarrollo de la trama.

El núcleo del film lo constituye la aventura de Zissou, su tripulación excéntrica y los avatares de la expedición, con una serie de subtramas en las cuales juega un rol predominante el contacto de la cámara con los actores, al nivel de transformarse en un tripulante omnipresente. Ese escudriñar continuo en la intimidad del viaje supondría de antemano una suerte de agobio para el espectador. Sin embargo el creador de Rushmore se desplaza con absoluta libertad acercando el objetivo cuando el relato absorbe las pausas reflexivas que necesita para no desbocarse y toma distancia en los momentos de fluidez narrativa. La riqueza de Vida acuática obedece a la mezcla de tiempos y registros, abordados por el realizador de Los excéntricos Tenenbaum con ingenio y eficacia.

Tal vez, este film condense lo mejor de Rushmore y Los Tenenbaum desde el punto de vista narrativo pero aporta significativas diferencias en el tono más dinámico, arriesgado, no tan cínico y fuertemente paródico. Anderson no descuida ninguna de las líneas narrativas desmontadas a lo largo de la película y para ello se toma el tiempo requerido en la secuencia. Es justo reconocer el cruce de niveles en el relato, ciertos guiños relacionados con el cine, sin sentido para el gran público poco familiarizado por ejemplo con George Melliês cuando la cámara recorre los compartimentos del Belafonte, la embarcación de Zissou, en un plano secuencia que evoca a los decorados desmontables utilizados por el ilusionista francés en Viaje a la luna. Además de un declarado homenaje al cine de Jaques Ives Cousteau, recreado en ciertos rasgos compositivos del personaje principal en la piel de Bill Murray, sobrevuelan las referencias al cine documental del británico Flaherty, un pionero que se atrevió a introducir elementos dramáticos en sus filmes.

Sin revelar demasiado de la historia podemos imaginar la siguiente imagen: Vida acuática es el anverso de los Tenenbaum desde dos lecturas posibles: el encuentro de un hijo (Owen Wilson) con su padre, a quien le pesa el tiempo y la culpa del abandono tras haber elegido continuar sus aventuras. La segunda arista retoma la idea de familia (Anjelica Houston, William Defoe, Cate Blanchett, entre otros) como entorno conflictivo pero cohesionado en los lazos afectivos, en este caso la cosmopolita y ecléctica tripulación.

Tomar contacto con la propuesta implica someterse a la degustación de un raro manjar, que a los primeros bocados parece difícil de digerir pero cuando el paladar se acostumbre irá descubriendo el sabor agridulce de la melancolía.

Título: Vida acuática.
Título Original: The Life Aquatic with Steve Zissou.
Dirección: Wes Anderson.
Intérpretes: Bill Murray, Owen Wilson, Cate Blanchett, Anjelica Huston, Willem Dafoe, Jeff Goldblum, Michael Gambon, Noah Taylor, Bud Cort, Seu Jorge, Robyn Cohen, Waris Ahluwalia, Seymour Cassel y Noah Baumbach.
Género: Comedia, Aventura.
Clasificación: Apta todo público.
Duración: 119 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2004.
Distribuidora: Buena Vista.
Fecha de Estreno: 24/03/2005.

Puntaje: 9 (nueve)

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