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lunes, 29 abril 2024
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Patoruzito 2 – La gran aventura: Chauvinismo y mediocridad

Por Emiliano Fernández

La primera Patoruzito (2004) llevó dos millones y medio de espectadores a las salas cinematográficas a lo largo de su año de estreno, convirtiéndose en la película más vista en la historia del cine argentino reciente. Con semejante éxito financiero, era de esperar una continuación. Tan deficiente desde el punto de vista artístico como su predecesora, tenemos ante nosotros un producto mediocre que, gracias a las campañas de marketing, de seguro engrosará las cuentas bancarias de los productores del film, Jorge “Corcho” Rodríguez y Carlos L. Mentasti.

En un arrebato de genialidad, a los realizadores se les ocurrió invertir el axioma cómico que regía a la primera parte. Si en aquella teníamos a un muy porteño Isidorito que visitaba a Patoruzito en su Patagonia, aquí el pequeño cacique de los Tehuelches se va de joda a la city imperial, a la inmensa Buenos Aires. La excusa es un desfile patrio por el 9 de julio que amerita la representación de las tribus indígenas de todo el país. Como esto es Patoruzito, el chauvinismo y el costumbrismo más berreta siempre están presentes. A partir de ahí la narración entra en un interminable delirio que no deja de lado ninguno de los lugares comunes de los relatos infantiles: el héroe “más bueno que el pan” y sus compinches entre simpáticos y estúpidos, la bruja fea y malvada que en el fondo, además de dominar al mundo, quiere ser bella y joven, la casa embrujada con un fantasma bastante mamerto, y la infaltable hada de los deseos con poco busto y nada de cola.

En la película domina la animación tradicional por sobre la 3D generada por computadora, esta última solo utilizada para los fondos, los medios de transporte (aviones, autos, camionetas, etc.) y para algún que otro personaje que necesite muchos detalles o que se pretende hacer resaltar por sobre el resto. Se puede decir que la animación, en general, está más pulida, es más prolija y tiene menos errores, si la comparamos con la de la primera Patoruzito. Los colores, por su parte, son más vigorosos y poseen un mayor número de matices que en el anterior film. El movimiento de las cámaras y la estructuración de las tomas también mejoraron, principalmente en lo que respecta a las secuencias de acción, las cuales ahora podemos ver desde distintos ángulos y perspectivas. La defectuosa sincronía entre las voces y los movimientos de los labios de los personajes está resaltada por las pobres actuaciones de los actores reclutados: Lucila Gómez (Patoruzito), Lionel Campoy (Isidorito), Noemí Morelli (Chacha, la figura materna del protagonista), Susana Sisto (Upita, el hermano menor de Patoruzito), Florencia Otero (Malén, la novia del precoz aborigen), Julián Weich (el fantasma Benito), etc. La única que está cerca de no caer en el tedio general es Norma Aleandro como la bruja Jiuma, un mérito obtenido más a fuerza de sobreactuación que de talento.

Patoruzito 2: la gran aventura hace un recorrido turístico por los puntos ineludibles de todo buen visitante de la ciudad de Buenos Aires: el Congreso, el obelisco, los subterráneos, el Teatro Colón, etc. La dualidad simplona y maniquea de la ciudad corrupta/Isidorito en oposición al campo bonachón/Patoruzito, es repetida nuevamente hasta el hartazgo, como ya ocurría en la primera película y en la historieta original creada por Dante Quinterno en 1945.

El film va dirigido a un público infantil virgen en términos cinematográficos, con una muy limitada experiencia como espectador y una credulidad a todo terreno. Como siempre ocurre en estos casos, queda en los padres decidir si llevan a sus hijos a “disfrutar” de un producto tan pobre desde lo formal y tan previsible desde el punto de vista del contenido. Que una película de animación como esta tenga el éxito que seguro va a tener, como no puede ser de otra forma con 175 copias exhibiéndose en todo el país, habla de la insensatez del público medio nacional, del canibalismo de los distribuidores, de la mediocridad general de las industrias culturales argentinas y de la animación mainstream local.

Título: Patoruzito 2: La gran aventura.
Título Original: Idem.
Dirección: José Luis Massa.
Voces originales: Lionel Campoy, Julián Weich, Norma Aleandro, Florencia Otero, Claudio Martínez y Lucila Gómez.
Género: Secuela, Animación, Aventura, Basado en historieta.
Clasificación: Apta todo público.
Duración: 81 minutos.
Origen: Argentina.
Año de realización: 2006.
Distribuidora: Buena Vista.
Fecha de Estreno: 29/06/2006.

Puntaje: 3 (tres)

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