*Se advierte al lector que la crítica podría contener spoilers
Las Maldiciones, miniserie de producción nacional, estrenada el pasado 12 de septiembre a través de la plataforma Netflix, está basada en la novela homónima de Claudia Piñeiro, autora previamente adaptada en múltiples oportunidades al cine (Betibú, Las Grietas de Jara, Elena sabe y Las Viudas de los Jueves). En esta ocasión, su universo literario se traslada a la pantalla con un relato que combina el thriller político y el drama familiar.

De la mano de Daniel Burman -en compañía de Martín Hodara en labores de dirección- el guion de la propuesta fue desarrollado junto a Natacha Caravia, Andrés Gelos y Pablo Gelós. La dupla creativa se rodeó de un gran elenco, encabezado por Leonardo Sbaraglia, junto a Gustavo Bassani, Alejandra Flechtner, Osmar Núñez y Monna Antonópulos. La producción, a cargo de Oficina Burman y Cimarrón, se rodó en los paisajes áridos y vastos del norte argentino; también en locaciones uruguayas.
En apenas tres episodios de poco más de media hora de duración —casi cien minutos en total, lo que equivale a un largometraje— la propuesta se despliega en tres actos. La historia que se nos narra aborda traumáticas filiaciones, centrándose en la figura ficticia del gobernador Fernando Rovira, quien, en el punto más álgido de una campaña política, debe elegir entre su carrera y la vida de su hija, secuestrada por su propio secretario privado.
Episodio a episodio, se exploran temáticas que no esquivan el tabú y las elecciones límite: entre el éxito político y las responsabilidades que la paternidad exige, el relato refuerza su dimensión más inquietante. Atrapado en la oscuridad del microcosmos del que forma parte, acaso confrontado por sus propias contradicciones, el protagonista -a quien interpreta con su habitual prestancia Leo Sbaraglia- se encuentra a merced de una compleja red de manipulaciones y manejos. El poder público que lo sostiene es, al mismo tiempo, el que lo condena. Rozando lo perturbador, la miniserie se interna en zonas de vulnerabilidad y fragilidad.

Con acierto, Las Maldiciones trabaja con el recurso del flashback como especial aliado, abordando los desafíos propios de una adaptación, en la siempre difícil tarea de hallar equilibrio entre la mirada autoral y el respeto hacia la obra original. Entre negociados políticos que dialogan con nuestra realidad, situaciones claves modificarán el curso de los acontecimientos. Bajo dicha óptica, la serie indaga en el peso de una dudosa herencia familiar y en lazos corrompidos. El panorama no tarda en teñirse de uniforme oscuridad. Una catástrofe en ciernes, una irrevocable maldición o una inminente fatalidad son algunos trágicos destinos posibles de un relato que nos desafía a unir los cabos sueltos de dos hechos fundamentales ocurridos con doce años de diferencia.
Burman, de dilatada trayectoria en el medio audiovisual, explora los límites del poder. ¿Dónde está realmente? ¿Y en manos de quién? ¿De qué modo opera? ¿Una vez expuesto, pierde su condición cómo tal? Para aquel lector que aún no ha visto el material, es preferible conservar el misterio: ciertas acciones revelarán oportunamente la propia naturaleza de su intención.
Título: Las maldiciones.
Título original: Idem.
Dirección: Daniel Burman & Martín Hodara.
Showrunner: Daniel Burman.
Intérpretes: Leonardo Sbaraglia, Gustavo Bassani, Francesca Varela, Alejandra Flechner, Osmar Núñez, Monna Antonópulos, Nazareno Casero, María Ucedo y César Bordón.
Género: Miniserie, Basado en novela, Drama, Thriller.
Calificación: AM 16 años.
Duración: 3 capítulos de 35, 43 y 48 minutos.
Origen: Argentina.
Año de realización: 2025.
Plataforma: Netflix.
Fecha de estreno: 12/09/2025.
Puntaje: 7 (siete)
