Por Omar Tubio
Ya es cosa sabida. Cuando algo funciona en Hollywood, el lema universal es exprimirlo hasta la última gota. Y en estos últimos años el “negocio” consiste en trasladar a la pantalla grande a los grandes superhéroes de los más famosos cómics, o recurrir a las viejas series 
televisivas que hicieron furor en los 70 y 80. Claro que esto no siempre da buenos resultados; baste recordar los fiascos de films como Patrulla Juvenil (The Mod Squad), Los Vengadores, o la más reciente Yo soy espía para darse cuenta de que hace falta algo más que ganas para homenajear a esos clásicos que permanecen en nuestra memoria. Pero como decía antes, esto no detiene a la maquinaria infernal que incesantemente sigue buscando lo que más le interesa: dinero y más dinero.
Y dinero es lo que recaudó con creces la primera entrega de Los Ángeles de Charlie (U$s265.000.000 sólo en los EEUU), como para que la decisión de producir una secuela fuera un punto sin discusión. Ahora, la pregunta que surge de manera inevitable es: en términos artísticos… ¿hacía falta más de lo mismo?
Cuando el film se estrenó, en su momento cierta crítica rescataba y defendía la falta de pretensiones de la que hacía gala, su libertad creativa, y el que se riera de manera ostensible de sí misma. Cuestiones discutibles si las hay y que de cualquier forma no bastaban para sostener un producto más bien ridículo y destinado al rápido olvido.
Los Ángeles de Charlie: Al límite desnuda aun más las falencias de su antecesora, al llevar las cuestiones antes apuntadas a un grado de exacerbación tal que terminan por convertirse en una especie de boomerang en contra. Todo es exagerado; desde la idiotez extrema de algunos diálogos de las tres agentes, hasta las increíbles proezas acrobáticas de las que son capaces de hacer; desde la atronadora banda sonora siempre presente, hasta esa pretendida modernidad en el montaje que abusa del corte en cámara lenta. Y cuando sostengo que todo esto actúa en contra, es porque hasta el mínimo condimento dramático que nos depara el guión es demolido sin miramientos por el mismo engranaje que lleva adelante a la película: su artificialidad. Así, por ejemplo, el que uno de los ángeles
descubra su pasado tenebroso y confiese ser una testigo protegida por el Estado, o que la villana de turno sea un ángel descarriado sediento de venganza (por qué?!!), pierden todo su aditivo emocional y por ende su peso en la historia. No hay dudas de que McG, el director en ambas entregas, sabe de imágenes pero su pasado videoclipero lo delata, y no es lo mismo tener un par de ideas para los tres o cuatro minutos que dura un tema musical, que sostener casi dos horas de un film con la misma capacidad.
Lo que sí sobra en la película es mucho humor light y mucha carne en exposición. Parodias y homenajes a viejos títulos, que van desde La novicia rebelde a Flashdance, cameos ultrafamosos como el de Bruce Willis o nostalgiosos como el de la eternamente bella Jaclyn Smith (Kelly Garreth en la serie homónima), y hasta la forzada irrupción de un Bosley negro, encarnado por el insufrible Bernie Mac ante la inteligente deserción de Bill Murray, que dijo basta para mí. Díaz, Barrymore y Liu, muy sueltas y simpáticas, muestran mucho más que en la primera y la cámara se deleita sin tapujos en sus torneados cuerpos. Si todo esto vale como pretexto para pagar una entrada de cine, el lector se verá recompensado con creces. Caso contrario, otro pretexto tan válido como el anterior es ser testigo del regreso de una actriz que llevaba varios años retirada del cine, y que aquí demuestra estar en plena forma. El último tramo del film le pertenece y hasta llega a eclipsar sin esfuerzo a las propias protagonistas. Es un placer y un deleite volver a verla. Bienvenida… Demi Moore.
Título: Los Ángeles de Charlie: Al límite.
Título Original: Charlie’s Angels: Full Throttle.
Dirección: McG.
Intérpretes: Cameron Diaz, Drew Barrymore, Lucy Liu, Demi Moore, Bernie Mac, Justin Theroux, Crispin Glover, Robert Patrick, John Cleese, John Forsythe, Matt LeBlanc, Rodrigo Santoro, Shia LaBeouf.
Género: Secuela, Comedia, Acción, Basada en serie de TV.
Clasificación: Apta para todo público.
Duración: 106 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 2003.
Distribuidora: Columbia.
Fecha de Estreno: 07/08/2003.
Puntaje: 4 (cuatro)
